XL

245 27 32
                                    

— ¿Una... cita? — Repitió apenado. — ¿Tú y yo?

— Sólo si quieres y si tienes tiempo. — Dallon siguió mostrándose tímido al respecto.

— Claro que quiero y tengo tiempo para eso. — Respondió el más bajo con emoción, sonriendo en grande y moviendo su asiento para estar más cerca de su opuesto. Cuando lo estuvo, se aferró a su brazo y compartió sus pensamientos en voz alta. — ¿Te imaginas? Tú y yo juntos en una cena romántica, con velas y copas de vino, charlando y riendo.

— Sabía que te gustaría la idea, pero creí que la rechazarías porque estarías ocupado.

— Probablemente aunque tuviera tareas pendientes o exámenes, habría aceptado tener una cita contigo, hottie. — Reveló el sonriente Urie, mirando al otro hombre con ojos enamorados. — Creí que jamás tendríamos una.

— Bueno, si soy sincero, yo no había pensando en ello hasta ahora. — Confesó rascando su nuca. — Como hemos pasado mucho tiempo juntos y ya nos conocemos un poco, no sentía la necesidad de invitarte a salir. Además, con los niños aquí, no existía la posibilidad de que tú y yo estuviéramos solos por un largo rato sin preocupaciones.

— Eso es verdad. — Estuvo de acuerdo el contrario. — En ese aspecto, me da gusto que Breezy haya vuelto por ellos, pero mentiría si dijera que no los extraño, ¡y eso que sólo han pasado dos días y los vi ayer! Creo que lo que echo de menos es comer con ellos, jugar y hacer tarea a su lado, y enviarlos a dormir.

— Yo extraño despertarlos, desayunar juntos, llevarlos y recogerlos en la escuela. — Los dos suspiraron nostálgicos. — Pero, — El castaño recuperó el ánimo repentinamente. — como tú lo señalaste, podemos ver el lado bueno de esto.

— Exacto. — Brendon se sumó al positivismo. — Sin esos pequeños por aquí, tenemos más tiempo para nosotros y podemos salir a donde queramos. Incluso podríamos pasar gran parte de la noche afuera en la ciudad, paseando bajo el cielo estrellado y volver después de medianoche.

— O podemos quedarnos dentro, hablar hasta la medianoche sólo de nosotros y luego — Bajó la voz a medida que las yemas de sus dedos acariciaban la mejilla colorada del azabache. — subir a la habitación y dejar que todo fluya con naturalidad.

Increíblemente, su comentario le robó una sonrisita a Brendon, pero éste la ocultó bajando la mirada.

— Es una opción. — Musitó suavemente y sus dedos se entrelazaron con los de la mano libre del mayor. — Sin embargo, — Añadió. — quiero que antes de que eso pase hayamos tenido al menos tres citas.

— ¿Por qué? — Soltó por reflejo con una mueca de confusión.

— Porque no podemos tener relaciones inmediatamente después de la primera cita, — Sonó obvio. — eso sería bastante precipitado y ya te dije que así no es como quiero que manejemos esta relación. Vayamos lento, con calma. — Pidió. — Y si eso tiene que pasar, dejémoslo pasar sin forzar nada.

— Entiendo, Brenny. — Aceptó las condiciones sin problema y su mano subió a la melena oscura del otro, acomodando algunos finos cabellos que se habían desalineado de su peinado. — Tienes razón, si nos forzamos a hacerlo podría ser menos romántico o placentero.

— Y no lo disfrutaríamos así. — Complementó el menor aún entrelazando sus dedos con su acompañante y ahora mirándolo fijamente a los ojos. — Quiero que nuestra primera vez juntos sea mágica, especial y significativa.

— Yo quiero lo mismo, Brenny. Y así será, ya lo verás.

Sin poder aguantar esas repentinas ganas, ambos acercaron sus rostros y sus labios compartieron tiernos y amorosos roces entre ellos. Un minuto después, se separaron y sonrieron para el otro. Antes de decir alguna otra cosa, Urie bebió lo que quedaba de agua en el vaso de cristal.

East Wind •• BrallonWhere stories live. Discover now