偶 ៹ o c h o!

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Dairy King dió un paso al estrellato, el local se media por su gran aporte a los clientes de la ciudad, los años transcurridos desde su apertura no eran irrelevantes, por el contrario, el lugar era el más recurrido de la zona por su gran antigüedad.

Mi espacio favorito para relajarme y disfrutar de encuentros con mis amigos se lo ganaba Dairy King; pero como si cada cuento tuviera un fin, éste había sido el mío.

—Qué pena. —Sorbí el americano acunado entre mis manos.

Levanté la cabeza topándome de primera fila, con los encantados ojos de Taehyung puestos sobre el LCD de la cafetería renovada.

Éste lugar había sufrido el cambio definitivo, el tapizado en tonos oscuros, los decorados, los boletines, fotos y pósters exhibidos tanto dentro como fuera del local y la música, habían cambiado.
Agust D se había adueñado de mi espacio favorito. En su lugar, Dairy King se había entregado a promocionar para el rapero adaptando su estética y estilo; debí verlo venir desde que comenzaron reproduciendo sus canciones como prueba o casualidad.

—Escucha ése beat —Taehyung cerró sus ojos—, joder, me vengo. —Gimoteó llevándose un golpe en su nuca de mi parte.

Éste se quejó riendo y continuó desgustando sus oídos con aquellos fraseos farsantes de RM sonando en las bocinas del LCD.

Maldición, ¿Sólo yo sufría con ésta agonía? Los jóvenes perdían la cabeza por ésos inhumanos seres y sus mediocres letras.

—Tae, es hora de brindar por el viejo Dairy King. —Lloriqueé simulando un brindis con mi bebida.

—Hoseok, superalo. Incluso hasta su nombre cambio, es Black Widow.

Mi lloriqueo aumentó.

¡Incluso su nuevo nombre inspiraba oscuridad y depresión! No puedo aceptarlo.

Qué remedio, no podía hacer nada al respecto. Debía de emprender mi búsqueda a una nueva cafetería donde no pudiera escuchar ni oír de aquellos raperos.

—Dios, sálvame. —Pedí tras oír la línea icónica de Agust D cada que comenzaba a rapear.

Su voz resonaba por las bocinas, las personas de la cafetería parecían extasiadas con aquél sujeto escupiendo groserías contra la ley del país, ni hablar de aquellos pequeños gritos fangirls de las chicas en la última mesa.

Mi cabeza dolía.

—Mira, renacentistas. —Avisó mi amigo observando como fanáticos de Agust D ingresaban al café.

Sus vestimentas y tatuajes los delataban a distancia, incluso un ciego lo notaría.

Era el colmo, debía marcharme de éste lugar.

—Vamos.

Taehyung suspiró resignado y me indicó que pagaría por ambos sin permitirme quejarme al respecto.

Se marchó dando una última mirada a la pantalla donde se mostraba la portada del último álbum lanzado por Agust D y desapareció de entre los nuevos clientes poblando el lugar.

Mierdas infelices, escupo sobre ustedes, me regocijo sobre su-...

Dios mío.

Ése rapero estaba enfermo, ¿Qué aportaba a la sociedad rapeando y vociferando de ésa manera? Sus pensamientos ante el mundo eran un enigma que deseaba jamás conocer.

No podía escuchar su música un segundo más, Taehyung demoraba demasiado. Quizás hasta yo era el impaciente.

—Me largo de aquí.

—Yo creo que no. —Estando de pié, una fuerte mano me devolvió a mi asiento de inmediato.

Encaré al segundo y relajé mi rostro casi al instante.

—Suga, eres tú. ¿Qué haces aquí? —Saludé suprimiendo mi sobresalto anterior.

El chico lucía más encantador que de costumbre, un vaquero azul rasgado y un buzo blanco talla grande cubriendo hasta su rodilla junto a un ondulado cabello alborotado.

Sonreí embobado.

—Pasaba por ésta calle cuando te ví tras el cristal, no podía perder mi oportunidad de hablar con mi ídolo. —Comentó mostrando su amplia sonrisa.

Qué ternura.

—Para de decirlo, aún es extraño para mí. —Sentía el color subir.

Suga negó y rió.

—¿Qué haces aquí tan tarde? Creí que tendrías cuidado en cuanto a tu identidad.

—Te equivocas, quise comprobar con mis propios ojos la remodelación del lugar, es una pena que las noticias fueran ciertas. Y tengo precaución. —Señalé mi gorra y cubrebocas.

Mi acompañante asintió y se recostó en su asiento delante de mí ojeando la pantalla a nuestra derecha.

Aún recordaba lo hablado en la biblioteca, Suga supo por segunda vez cuánto odiaba a los nuevos renacentistas del rap y la generación actual. No era nuevo para él, incluso su expresión parecía divertida cada que hablaba sobre ello, como si lo que dijera fuera un chiste o algo gracioso.

No me tomaba con bastante seriedad o simplemente lucía como un hater cliché, prefería aquello a que llevarme una decepción de él sobre mí.

Mhm, mi gorda polla vibra bajo mis pantalones, tu maldito trasero n-...

Ceñí mis puños, qué desvergonzado.

—¿No puedes soportarlo? —La venosa mano del chico rodeó la mía con suavidad logrando tensar mis músculos.

Sentía angustia, éste chico me gustaba demasiado pero su vibra era extraña y su cercanía me tenía de nervios, mi ansiedad subía a una escala que no podía controlar. Tal vez aquello mismo me frenaba de sentir algo más por él, como una advertencia.

—No me siento bien.

Quita tu mano.

—¿No te sientes bien? —Sentía su pulgar acariciar el dorso de mi mano—, ¿No puedes soportarlo? —Su voz sonaba doblemente dulce pareciendo más atrayente que reconfortante.

Por favor.

Negué olvidando por completo si Taehyung volvía o no.

Éste lugar me sofocaba, quería salir de aquí, no encajaba aunque quisiera aparentarlo; debía de volver a casa.

Cuando por fin decidí alzar la cabeza y mirar a mi contrario, hallé un rostro que no olvidaría ni siquiera antes de ir a dormir.

El aire se escapaba de mis pulmones poco a poco y mi mano bajo la de Suga comenzó a temblar.

Su mirada era aterradora, tenía un brillo inigualable, destellaba; su sonrisa parecía curvarse fascinada ante mí mientras su lengua remojaba sus labios con lentitud.

Parecía encantado con lo que veía.

soy tu admirador nro.1° ✦.ꜜ叛逆 yoonseok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora