偶 ៹ c i n c o!

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Tres semanas bastaron para comenzar a recibir inmediatas llamadas, los ojos estaban puestos en mí gracias a un notable movimiento por parte de mis seguidores.
Me situaba en revistas locales y promociones nacionales tras el canal X24.

¿Cómo podría explicar algo tan repentino?

De no ser por Taehyung, nunca hubiera creído en tal disparate sin antes verlo con mis propios ojos, pero allí estaba yo luego de que Jimin se sumara a mi amigo, declarando que me dirigiera a Dairy King cuanto antes al instante en que saliera de mis clases de danza.

Ése día corrí tan rápido como pude al local familiar, y allí estaba, un comentarista introduciendo la nueva sensación de Gwangju, seguido del nombramiento a mi mixtape y su tema principal, para dar lugar a mi nombre artístico.

Mi rostro detrás del vidrio, era indescifrable, ¿Cómo pude acabar en televisión?
Aún cuando Taehyung afirmó que me dirigiera a la tienda de mi tío, tampoco pude creerlo, mi rostro impreso en aquél papel plástico.
¿Ésto siquiera era real?

—Hoseok, acéptalo de una vez. —Dijo Jimin tomando su Americano.

—Pero es extraño, ¿Cómo pude acabar en televisión y en revistas tan pronto? Soy un novato y ni siquiera ha pasado el tiempo suficiente. ¿No se supone que por promociones se debe de pagar? ¿Y qué me dicen de las comisiones? Alguien debe cobrarlas. —Comenté levemente aturdido; no era fácil ocultar mi gran felicidad y confusión.

—Ho, creo que lo piensas demasiado.

—No —Soltó un serio Taehyung a nuestras espaldas logrando que Jimin y yo, giraramos a su dirección—. Hoseok, tiene razón. Ésto es raro.

Nos dedicó una desconfiada mirada y prosiguió a luego marcharse de la Biblioteca a paso seguro.

—¿Qué le ocurre?

—Se cree Lucifer Estrella de la Mañana, apuesto a que intentará ir a averiguar por su cuenta. —Aseguró Jimin continuando con su bebida y su caminata por los pasillos repleto de libros y estantes altos—. Por cierto, no pierdas tu gorra, cuando salgamos tendrás que usarla de nuevo, es el precio por el reconocimiento. —Asentí asegurando mi gorra prendida de mi vaquero.

Comenzar a ser reconocido costaba tu privacidad y espacio personal. Sin duda en las calles empezarían a reconocerme.

Suspiré resignado y me apresuré a otra estantería a dos pasillos de los que se encontraba mi amigo.

Sección psicología.

Amaba el género, la mente humana era todo un misterio por resolver y aún así, jamás podía ser resuelto. Era un gran reto.

Paseando mis dedos por los índices de cada libro, logré tomar uno que consiguió llamar mi completa atención.

Sócrates.

¿Qué hacía en ésta sección? Sin duda pertenece al género filosofía, aunque no era de extrañar que lo confundieran de lugar, tenía un gran aporte y base al género psicológico.

—Sólo sé que nada sé. —Cité con una leve sonrisa.

—El reconocimiento de la propia ignorancia es el principio de la sabiduría. —Agregó una segunda voz a mi derecha.

Mi corazón bombeó desenfrenado y mi cuerpo sintió un leve escalofríos.
Segundos luego, levanté la mirada del libro hasta posarla en quien me acompañaba.

—Tú —Murmuré frunciendo levemente el ceño hasta lograr reconocerlo—. Eres el chico de la cafetería, ¿No? —Claro que lo era, no olvidaría a alguien con un rostro tan bonito como el suyo.

Su sonrisa gatuna se presentó y asintió con el sonrojo en sus mejillas.
Rascó su nuca y señaló mi libro en mano con timidez.

—¿Te gusta Sócrates? —Preguntó observandome con un brillo particular en sus ojos.

Aquella mirada era la misma que solía tener en la secundaria cada vez que se hablaban sobre filósofos, quienes dieron de sí y de su conocimiento para aportar al bien común y social, aunque claro, no todos ellos salieron muy bien parados tras estafar a gente de tal época.

—De hecho, es un libro que me se al derecho y al revés. —Me sinceré un poco avergonzado.

—Éso es increíble, era de esperarse del gran J-Hope. Tienes muy buenas bases en las cuales crecer. —Comentó sonriendo al compás de un chasquido.

—¿Éso crees? —Pregunté bajando la mirada con ilusión.

—¡Claro que sí! Tu música es la exposición más clara de tu alma y tu mente, de hecho, tu música puede ser tan fuerte como tu mente, sólo si sabes cómo y de qué alimentarla. —Aseguró dando un paso hacia mí para luego extender su mano hacia el libro que sostenía.

Se lo dí y éste lo inspeccionó con minucion, buscaba algo entre las páginas.

—¿Qué sucede? —Cuestioné admirando su delicado rostro analizar las hojas.

Cuando pensé que hablaría, cerró el libro y negó. Por consiguiente, miró su reloj de muñeca y realizó una pequeña mueca.

Es hermoso aún cuando se vé un poco molesto.

Sacudí mi cabeza con disimulo eliminando mis pensamientos y carraspeé para llamar su atención, el chico, al cual todavía no sabía su nombre, se veía concentrado en su reloj.

—Lo siento, sólo recordé que tengo cosas pendientes —Se disculpó mirándome con tristeza—. Estoy muy feliz de poder verte una vez más, de verdad soy tu admirador número uno. —Exclamó abandonando su apagada expresión para transformarla en una preciosa sonrisa.

Me devolvió el libro y realizó una reverencia para luego marcharse.
Antes de que se esfumara, alcé la voz para preguntar por su nombre, él sólo gesticuló a lo lejos, Suga.

¿Ése era un nombre válido en éste pais? No lo pensaría demasiado, existen variedad infinitas de nombres extravagantes.

Suga.

Ése era el nombre de mi admirador número uno.

Sonreí.

soy tu admirador nro.1° ✦.ꜜ叛逆 yoonseok Where stories live. Discover now