Luego de todo lo que paso a Los 100, toda la humanidad trascendio y unos pocos decidieron no hacerlo, pero una de ellas tenia mucho dolor en su interior, asi que Clarke decidió escribirle cartas de amor a la comandante de su corazón, cada día durant...
"Hola, quizás debería de dejar de decir hola, pero no aún no me he vuelto una experta escribiendo cartas, la verdad te confieso que estas son las primeras cartas de mi vida, soy mejor dibujando que escribiendo así que junto a mi historia te dejare un dibujo mio"
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"Tengo tantos dibujos de todos, tengo mucho tiempo extra así que te imaginaras que hecho, no tengo muchas responsabilidades, podemos vivir la vida que queramos, sin luchas, discusiones o futuras guerras, solo nosotros y la tierra que alguna vez creímos nuestra, creo que el humano falla en eso, en pensar que todo es de el y que puede hacer cualquier cosa con ello, primero lo destruye y cuando es tarde intenta repararlo por eso esta vez no arruinaremos esta oportunidad que nos da la vida".
"Siempre quise disfrutar la vida en paz en la tierra, pero cuando llegue aquí fue un caos, ya peleaban por liderazgo, luego luchaban con los terrestres, armamos bandos, tuvimos enemigos en común, fuimos enemigos y el colmo es que las dos líderes se enamoraron, pero aún así su pueblo era primero y eso muchos no lo entendieron, nuestra vida pudo ser distinta, quizás hubieses podido estar conmigo en este momento, pero eso es solo un sueño hermoso que vive en mi mente, bueno sin más palabras, te cuento una breve historia".
"Cuando Madi aún era pequeña fui a recolectat bayas y agarre una pequeña de color azul, cuando la estaba por meter en mi boca siento una patada en mi espalda, creo que aún me crujen los huesos de mi columna, la patada me la pego Madi, a la cuál le dije que mierda te sucede, ella contesto Venenosa y se alejo, solo me basto esa palabra para dejar las bayas ahí, luego me mostro que tan venenosas eran al ponerle una trampa a un conejo, que al comerla tardo unos minutos para quedar tieso en el suelo, así que esa pequeña me salvo de la muerte, como tantas veces".
