101 cartas de amor

El limbo de almas

Un día común en la tierra, Raven y Jordan investigaban la roca encontrando un nexo entre otras rocas si es que existían mas de las que ya conocían, Octavia y Levitt están enamorados comienzan una nueva vida, ellos se encargan de ir a buscar frutas, cuidan un huerto, Hope y Echo cazan peces en un lago, Indra golpea un árbol no es necesario pero ella sigue entrenando, Murphy y Emori viven su vida nuevamente luego que el universo les otorgara una nueva oportunidad de vida, Picasso corre para todos lados y es la nueva sombra de Clarke, la cual se encuentra dibujando en el medio del bosque sentada en una roca.

Clarke se concentra en el papel pero esta en blanco y lo ha estado hace aproximadamente 3 horas, su inspiración se ha ido como sus ganas de permanecer en esta tierra y también lamenta demasiado que sus amigos estén allí por ella quería morir y si lo hacia se sentiría como que condeno a sus amigos en vano, si bien fue decisión propia ella había dicho, no fui la única que hizo cosas malas, Clarke sabia que los últimos años se había vuelto egoísta, rebelde y una asesina sin dudarlo que le había pasado a su esencia la cual le costaba matar, la cual se arrepentía pero lo hacia por su gente, últimamente solo hacia cosas por ella y por Madi, la cabeza de la rubia explotaba quizás Madi no volvió porque no dudaba matar personas en su nombre, ¿fui mala madre?, se preguntaba todos los días.

Sentada allí en el silencio del bosque derrepente un grito de ira y dolor rompió la soledad del bosque, Clarke Griffin había explotado después de tantos años.

-¡NO MEREZCO SER FELIZ 2 SEGUNDOS DE MI VIDA, LUCHEEE, MATE A GENTE, PROTEGI A LAS PERSONAS, PERO ESTOY SOLA PERDI TODO, MI HIJA, MI ESPERANZA, AL AMOR DE MI VIDA Y AUN ASI ME SIGUEN CASTIGANDO!-Gritaba violentamente, se levanto con enojo y empezó a golpear una roca a puño limpio, el dolor que corría en sus puños creaban adrenalina, tenia mas dolor interior que físico, sus nudillos lastimados y su mano ya casi rota no dolía nada a comparación de el dolor que sentía en ese momento en su corazón, Clarke pensaba que estaba sola pero no, alguien mas estaba sufriendo con ella.

En un lugar o en otra dimensión, una persona muy conocida observaba todo en segundo plano.

-¡Déjame ir, porfavor, ya estoy necesito ir con ella!-la primera e única suplica de ella en toda su vida.

-No puedo aun no-dijo una voz firme.

-¡DESDE CUANDO DIGO PORFAVOR, ELLA ME NECESITA E IRE CON ELLA ME DEJES O NO!-con enojo y decisión corrió hacia ella pero se dio cuenta que la traspaso y eso estrujo su alma, aunque su cuerpo no podía abrazarla su alma estaba con ella, se arrodillo y la abrazo como pudo.

Clarke lloraba con fuerza, cuando de la nada sintió una brisa suave pero no le presto mucha atención, pero si lo hizo cuando sintió un escalofrió en su cuerpo y un suave calor con ese escalofrió.

-¿Estas aquí conmigo Lexa?-pregunto con esperanza, aunque sabia que nadie le contestaria pero luego de un momento sintió una brisa esa simple brisa la hizo respirar profundamente y sonreír con esperanza.

-Estoy contigo y siempre lo hare mi Wanheda, may we meet again.

-May We Meet Again Lexa.

Clarke se abrazaba a ella misma esperando que asi abrazara a Lexa al mismo tiempo y sin saberlo lo estaba haciendo.

En la otra dimensión, Lexa abrazaba a su rubia con esperanza de alguna vez volverla a ver y esta vez de verdad.

-Tu alma casi se pierde cuando la flama se rompió, escapaste de la misma forma que sheidheda, tomaste un cuerpo que estaba muriendo pero cuando fuiste a decírselo a Clarke no pudiste, ascendiste pero no puedes volver porque tu cuerpo tardara en regenerarse si es que tu opción es no transcender.

-Claro que mi opción es no transcender, solo apúrate.

Lexa se encontraba en el limbo de almas un lugar donde su alma perduro al todos transcender su alma quedo atrapada en el cuerpo de otro y unos fragmentos estaban en la flama que no se había roto por completo.