Capítulo 8

2.1K 92 6
                                    

QUINN

Ese momento donde tratas de respirar hondo y aguantar las ganas de llorar. La impotencia de saber que toda tu vida era una completa mentira. Que todo lo que creías, no existe.

R: ¿Estás bien, Quinn?

No podía moverme. Estaba sentada sin hacer un solo movimiento y no pretendía hacerlo. Miraba fijamente el suelo con los ojos duros, apretando los dientes para no llorar y lanzar toda la angustia que tenía dentro.

R: Papá, me está preocupando.

Sentía la voz de Rachel, pero no podía moverme ni responder. Sentí a Leroy arrodillarse frente a mí y tratando de reanimarme, no había caso. Tenía la mente en otro mundo.

¿Mi madre se había casado con él estado embarazada de otro hombre? Ella lo amaba, de eso no tenía dudas. ¿Pero que le costaba aceptarme como su hija? Me hubiera gustado un poco de cariño paternal.

Por muy extraño que parezca, no sé lo que es tener un padre. A pesar de tener uno mi vida entera, jamás demostró amor hacia mí. Mi vida estaba llena de secretos, secretos que los Berry desconocían.

Unas manos tomaron mi rostro y eso me distrajo. Observé como una Rachel angustiada y preocupada me observaba con atención.

R: Quinn, te lo imploro. ¡Contéstame!

No pude hacer nada, dejé la boca abierta de par en par y cuando quise darme cuenta todo se volvió oscuro. Me había desmayado.

Un olor extraño me hizo saltar y desperté. Todo era confuso a mi alrededor.

M: Tranquila, Quinn. Todo estará bien, trata de respirar tranquila.

La voz de Martin me hizo reaccionar. Cuando terminé de abrir los ojos noté a Leroy mirándome.

L: ¿Estás bien, Quinn? Nos tenías preocupados.

Q: Sí, estoy bien. Un poco mareada.

Me ayudaron a sentarme y fue cuando noté a un señor mirándome sorprendido. Se me cortó la respiración al ver sus ojos y supe quién era... Jason.

H: Quinn, quiero presentarte al hombre más honesto y mi mejor amigo. Él es Jason Radcliffe. Jason, te presento a Quinn Fabray.

Dijo Hiriam muy cortes y él se acercó. Se arrodilló frente a mí y ofreció su mano. La tomé con miedo y me sonrió.

J: Es un honor conocerte al fin, Quinn.

Q: El honor es mío, eh oído mucho sobre ti.

J: ¿Ah, sí? ¿Qué has oído de mí? Espero que te hayan dicho cosas buenas.

Dijo con una sonrisa y se giró un segundo para ver a Hiriam que le hizo una mueca divertida.

Q: ¿Eres mi padre?

Le pregunté sin más vueltas y con el corazón en la boca. Nuestros ojos se encontraron y vi sinceridad en ellos. Sabía que era mi padre, nuestro parecido era innegable. Solo que necesitaba oírlo de sus labios.

J: Así es, lo soy.

Suspiré, liberando mucha tensión acumulada por años. Todos notaron la angustia que salió de mis labios y no lo resistí más, coloqué mi cara entre mis manos y comencé a llorar como loca. Sentí sus manos sobre las mías, me hizo verlo y no sé por qué lo abracé. Me hundí en él y lloré como nunca lo había hecho. Me abrazó con fuerza y me di cuenta que estaba abrazando a un extraño.

Me separé y me levanté.

Q: Lo siento, no debí hacer eso.

J: No te preocupes...

Amor en Londres (Faberry)Where stories live. Discover now