Capítulo 18

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QUINN


Venía sonriendo, abrazando a Rachel por los hombros. Hacía tres días nos habíamos casado y ahora estábamos de nuevo en casa, disfrutando de la vida. Fernanda y Erica se irían en tres días y estábamos tratando de disfrutar tiempo con ellas. Habíamos ido de compras y tríamos la cena.

A dos casas de la nuestra, vimos patrulleros con sus luces encendidas. Dejamos de reír y salimos corriendo al darnos cuenta que era la nuestra. Había una ambulancia atendiendo a Erica, que al parecer se había golpeado la cabeza. Corrimos en seguida a su lado.


Q: ¿¡Qué currió!?


Al sentirme, mi hermana me observó y comenzó a llorar.


E: Los demás aún no llegaban y Fernanda fue con Evelyn a buscarlas. Golpearon y fui a atender. ¡Lo siento! ¡No pude hacer nada!

R: ¿De qué hablas, Erica? Un momento... ¿dónde está Lzzy?


Leroy se acercó y lo supe en su cara antes de oírlo.


L: Hija, Finn se la llevó.


Rachel se desplomó en llanto y cayó de rodillas al suelo. Yo me quedé dura ahí donde estaba, respirando agitadamente. Sentí una frenada y cuando quise darme cuenta, mi padre me estaba observando bastante preocupado.


J: Hija, tienes que calmarte. ¿Quinn? ¿Quinn, me escuchas?

Q: Voy a matarlo...


Dije y lo miré, comencé a llorar con fuerza.


Q: ¡Voy a matar a ese imbesil! ¡Voy a romperle la cabeza! ¡Mi hija! ¡¡Necesito recuperar a mi hija!!


Dije apresurada y comencé a irme, pero él me detuvo.


J: ¡Quinn, detente! No tienes dónde buscar.

Q: Papá, necesito irme. Tengo que encontrar a mi hija... tengo... que...


No pude seguir, me desplomé y comencé a llorar. Vi que alguien se acercaba a nosotros, una chica morena que me observó seria.


S: Señora Radcliffe, soy la detective Santana Lopez y ella es la teniente Brittany Pears, su padre nos contrato y le aseguro que encontraré a su hija.


Miré a la chica y su mirada era tan dura que daba miedo. Me puse de pie y la miré apretando los dientes.


Q: Quiero arrancarle los testículos a ese idiota yo misma.

S: Entonces, permítame que lo encuentre y se lo entregaré yo misma.


Dijo la detective Lopez con una gran sonrisa y le asentí. La teniente Pears nos interrogó, pidiéndonos con lujo de detalles el origen del problema. Dentro de la casa, Rachel y yo nos sentamos en un sillón mientras la chica anotaba. La detective tomaba muestras de toda la casa, sobre Lzzy y huellas de Finn. La vimos acercarse y se arrodilló para quedar a nuestra altura cuando notó a Rachel en un ataque de nervios. A mí me estaba por dar uno.

Amor en Londres (Faberry)Where stories live. Discover now