Amor de psicópatas© [Completa✔️] #PGP2023

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—¿Puedo saber que hace aquí señorita?— preguntó uno de los policías.

—Oh; soy hija de Edward Harrison— fingí tristeza y James me miraba divertido.

—Oh adelante— estúpidos; ¿En serio creyeron eso?.

Caminé tras el en la comisaría; tras mí iba James con las gafas negras que cubrían su rostro y tenía una sonrisa divertida; sabía que le causaba gracia que fingiera.

El oficial me hizo lugar para entrar a la oficina del delegado y yo entré.

—Buenos días señorita— obvio no sabía mi nombre.

—Emma; Emma Harrison— lo saludé cordialmente aunque quería asesinarlo ahí mismo.

—¿Es cierto que es hija del difunto Edward?— asentí con una fingida sonrisa triste. —¿Sabía usted que tenía otra hija?.

—Oh sí; Daniela— hice una pausa —Nunca fue buena— murmuré.

—Se dice que ella fue la que asesinó al señor Edward— incluso muerto le tenían respeto; que estupidez.

—Lo escuché; quería venir antes pero estaba saturada de trabajo en Suiza— gran mentira.

—Valla— me observó —Pero; ¿Sabe que no podemos darle el testamento hasta estar seguros verdad?

—Oh; claro que lo sé oficial; por eso traigo conmigo una prueba de ADN— le entregué los documentos y me observó por encima de sus lentes.

—Bien— comenzó a revisar todo.

La verdad no había sido tan difícil crear una nueva identidad; solo mover unos hilos por aquí y por allá y cambiar el look era lo único que se necesitaba.

Ah; y desaparecer todo rastro de la persona que era; pobre Daniela; murió de la manera más triste posible.

Asesinada por su querido Marcus a sangre fría y después este se suicidó.

Terrible historia.

—Todo en orden señorita Harrison.

Le sonreí inocentemente.

—Señor— entró uno de los guardias y se veía agitado.

—¿No ve que estoy ocupado?

—Sí; pero esto es más importante.— sonreí; sabía de qué se trataba.

—Si me disculpa— se levantó el delegado y asentí.

Seguía allí en la oficina; esperando los papeles del testamento de mi padre; oh vamos; sería dueña de cada una de sus empresas y toda su fortuna; soy su única familia.

Decidí salir de la oficina y me encontré con James en la puerta. Me dio una sonrisa perversa como era típico de él.

—¿Y bien?— preguntó murmurando.

—Todo genial— susurré en su oído y mordí su cuello.

—Emma—  mi nombre en sus labios era como música para mis oídos.

—Señorita Harrison— el delegado llegó a mi lado con una mirada preocupada y yo fingí preocupación también.

—¿Pasa algo delegado? Se ve tenso.

—Sí; pero— miró a James —vamos a mi oficina nuevamente.

Lo seguí hasta que cerró la puerta tras nosotros y se sentó en su escritorio.