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El día era realmente frio, Barbara caminaba muy molesta por calles de Inglaterra, tres semanas tenía ahí y el maldito refrigerador no había llegado. Entro a la tienda con la frente en alto memorizando todo un dialogo contra la persona que estuviera detrás del mostrador.
—¿Te puedo ayudar en algo?—pregunto el hombre detrás de la computadora.
—Claro que puedes.—gruño—Mi refrigerador no ha llegado, ¿Acaso sabes tu por qué?
—¿Disculpa?.—levanto su mirada levantando ambas cejas.
—¿No escuchaste?. Mi refrigerador, no llega.
—¿Tienes tu orden de compra?—bufo y le extendió el recibo.
El hombre lo leyó y comenzó a teclear, Barbara se movía impaciente e incomoda frente a el.-
—No tenemos el modelo.—le extendió la hoja.
—¿Perdón?
—Pensé que tu si escuchabas bien.—Barbara rodo los ojos.
—Lo compre hace tres semanas.
—Y el ultimo se vendió...—miro su computadora—Ayer.—agrando sus ojos mirando nuevamente.
—Quiero mi dinero de vuelta.—frunció el ceño.
—Solo te puedo dar el 40%
—No, quiero todo.
—¿Todo bien?.—llego otro hombre detrás de el.—¿Pasa algo Tom?
—Mi refrigerador, no ha llegado, lo compre hace tres semanas.—le extendió al hoja—Y resulta que el ultimo se vendió ayer, y al menos que sea modelo invisible, no esta en mi casa.—el hombre que se hacia llamar "Tom" se rio entre dientes mientras el otro lo empujaba.
—Una disculpa, tuvo que haber un error con el sistema.. podemos ofrecerte otro, del mismo precio, inclusive con más costoso con 20% de margen. ¿Le parece bien señorita...?
—Brown.
—Señorita Brown, elija el que sea de su gusto y con gusto iremos a instalarlo, hoy mismo.
—Bien, me parece perfecto.
—Para servirle.—Barbara levanto ambas cejas y se dio la vuelta mirando uno por uno mientras ambos la miraban.
—Que humor.—murmuro Tom.
—Tiene sus razones, debes de ser amable con todos.
—Por eso no puedo trabajar aquí.
—Y por eso mismo tu iras a instalarlo.
—¿Qué?—giro bruscamente su cabeza—Es un refrigerador.
