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-¿Cuál una de las reglas?
-Obedecerte.-contesto murmurando.-
Odette estaba de rodillas en la habitación mientras Erich caminaba rodeándola con un pequeño látigo de cuero negro en sus manos.
-¿Y qué hiciste?
-Yo no.- dio un latigazo al aire provocando que se sobresaltara.-
-Me desobedeciste.- tomo su mentón entre su mano.-Y por eso te tengo que castigar. ¿Es lo justo no es asi mi niña?
-Si daddy.-contesto sin levantar su mirada.-Es lo justo.
-Bien.-asintio.-Mírame.- lentamente levanto su mirada mirándolo a los ojos.-Gatea hasta la cama y ofrécele tu bonito trasero a daddy.
Asintio y comenzó a gatear a la cama una vez arriba dejo caer su pecho en la cama estirando sus manos y levantando sus caderas para él.
-¿Cuántos azotes debería de darte amor?-pregunto pasando el látigo entre sus piernas.- ¿Treinta te parece un numero justo.
-No.-jadeo al sentir el primero estrellarse en su piel.- Me he portado bien, lo juro.
-Desobedeciste y usaste esa falda tan corta en mi oficina.-volvió a estrellar el látigo en su trasero.- Carajo Odette, todos te estaban viendo. Estaban viendo lo que es mío.- la golpeo una vez más.- ¿De quién es esto?
-Tuyo.-su voz tembló al hablar.- Solo tuyo.
-Solo mío.-afirmo acariciando con su mano.-Mio, pero esos cabrones no lo entienden.- estrello el látigo en su piel.- No cariño, ellos no dejaran de verte si tu no dejas de usar esas jodidas faldas.
Comenzó a azotarla en repetidas ocasiones logrando que jadeos de dolor/placer salieran de sus labios.
-¿Cuántos llevamos mi niña?
-Quince... quince daddy.
-Quince.-amaso su trasero logrando que el ardor se hiciera mas intenso.- ¿Con esos quince mi niña entenderá que no debe usar esas faldas en mi oficina?
-Si... si daddy.
-Confiare en ti.- dejo el látigo en la cama y se inclino solo para besar cada uno de sus glúteos mientras con su mano derecha acariciaba su entrepierna adornada por una pequeña tanga blanca dejando ver su humedad.- Daddy hará sentir muy bien a su pequeña niña. Es lo que siempre hace no es asi?
-Si.-jadeo.- Si lo hace daddy.
-Claro que si.- acaricio su intimidad con su mano antes de comenzar a separar su pequeña ropa interior y con su mano abarcar su intimidad mientras la acariciaba.
Su pulgar bajo a su clítoris y comenzó a presionarlo provocando gemidos de parte de la chica.
Todo lo hacia de manera lenta le encantaba admirar la belleza de Odette, ver como con algo tan simple como sus dedos se podían volver loca.
Acelero sus movimientos logrando que las caderas de Odette tomaran el ritmo de sus dedos mientras mordía la almohada callando sus gemidos.
-Shhh.-arrullo.- Déjamelo a mi.- se acercó pegando sus labios con su intimidad, lamiendo todos los jugos que ya resbalan por sus piernas a causa de su excitación.
-No puedo con tu coño, es tan perfecto.-tarareo pasando su lengua.- Tan delicioso.-Odette jadeo fuerte al sentir su clítoris siendo succionado por su boca.- Tan mío.
-Daddy.-gimió.- No puedo.
-Claro que puedes, solo sopórtalo un poco mas.-se separo para comenzar a desabrochar su pantalón.-
Puso ambas manos en su cadera, ladeando su cabeza tronando lentamente su cuello entrando en ella lentamente.
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Odette soltó un gemido de satisfacción al sentirlo, sintiendo como chocaba su cadera con la suya, con ambas manos jalaba y apretaba las sabanas tratando de soportar el furor de sus embestidas.
Como siempre lo hacía, no tenía siquiera consideración, definitivamente Erich Blunt no conocía el termino de hacerlo suave o delicado.
Y eso era lo que más volvía loca a Odette.
Sus movimientos fueron acelerando, dejándose ir completamente dentro de ella, logrando tocar lugares que ella desconocía. Sentía como su miembro la acariciaba por dentro, como las venas de este raspaban en sus paredes de una manera demasiado placentera.
Bruscamente tomo ambas de sus colocándolas en su espalda embistiendo aun mas fuerte dejándose llevar por el placer que estaba hundiéndolo completamente.
-Se una buena niña y lléname de tus jugos.-jadeo dejando su boca abierta.- joder Odette córrete en mi polla, se que quieres hacerlo, eres una zorra tan.-jadeo dejando caer su cabeza hacia atrás.-
Odette grito al sentirlo llegar apretando sus puños al mismo tiempo que sus músculos aprisionando a Erich.
Se dejo llevar corriéndose dentro de ella, apretando fuertemente sus caderas mientras lo hacía.
Cuando termino la giro acostándose sobre ella sin llegar a aplastarla y la beso dulcemente.
-¿Estas bien?
-Siempre.-asintio mientras el separaba los mechones de su cabello de su cara.-
-Sabes que jamás seria asi fuera de la cama.-beso su mejilla.-
-Lo sé.
-Te amo.-sonrió.-
-Tambiénte amo.-cerro los ojos al sentir que besaba su frente.-
