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—hija, te ves hermosa en ese vestido- escuché que la mamá de Zahira decirle a ella.
—gracias mamá- Zahira salió de su cuarto encontrándose con mi mirada. En el momento que me miró me abrazó con todas sus fuerzas mientras le caricia la cabeza.
Tomé su mano y la guié hasta la salida de su casa, nos montamos en mi carro y la llevé hasta mi casa. No hablamos en todo el camino, los dos sabíamos todo lo que nos queríamos decir.
—hola, amiga- Simón abrazó a la chica al lado mío por un largo tiempo. No tenía razones para que molestara, es mas, sabía que ella lo necesitaba ahora.
—hola, Monchi- Zahi le sonrió y se dirigió a abrazar a todos los presentes en mi casa. Les pedí que vinieran a acompañar a mi chica.
Nos sentamos en la sala para hablar un poco. Nath y Simón trajeron un poco de comida para ayudar al ambiente.
—sé que no debería estar preguntando esto, pero, ¿cómo te sientes, Zahi?- preguntó Laura sonriendo un poco.
—pues, de la mejor manera de la que puedo estar- forzó una sonrisa —pero estaré mejor- mi corazón se volvió a romper en mil pedazo, me dolía verla así.
—igual Nicolás es una buena persona- interrumpió Nath —se ve que no te va a hacer daño-.
—lo sé- Zahira soltó un suspiro —pero siempre será el chico con el cual me están obligando a casarme-.
—es difícil, pero vamos a estar todos para apoyarte- Villa se sentó al lado de Zahi y la abrazó. Sin saber en qué momento, todos terminamos abrazados. Era la muestra de apoyo que le dábamos, entre muchas otras.
—pero bueno, hablemos de algo más feliz- propuso Martín.
Nos quedamos un largo tiempo hablando con todos y riendo. No podría hacer esto sin mis amigos, estoy eternamente agradecido que estén conmigo en estos momentos. Luego de unas horas decidí llevar a Zahira a su casa, era momento de irnos. Todo el camino me sostuvo de la mano, era difícil para los dos. Era difícil ver al amor de tu vida casarse con alguien más.
—quédate, por favor- me pidió cuando me estacioné frente a su casa.
—Zahi, sabes que no puedo- pasé uno de sus pelos rebeldes detrás de su oreja.
—mi mamá no está- respondió en un susurro —se va a quedar a dormir con mi tía, para los últimos detalles. Me negué a ir-.
Le sonreí un poco y me bajé del carro con ella. Subimos hasta su apartamento y nos quedamos en silencio por unos largos minutos. Decidí hacer lo que ninguno de los dos se atrevía a hacer. Nadie nos está viendo, y sólo lo hacemos cuando nadie ve. Besé sus labios como un a en mi vida. Teniendo en cuenta que podía ser la última oportunidad de hacerlo, tenía que ser inolvidable.
—sabes que si pudiera elegir serias tú- murmuró contra mis labios —te elegiría a ti todo el tiempo-.
—lo sé- la miré a los ojos —lo recordaré toda la vida, y estoy tranquilo por esa razón-.
—no hablemos de eso, ¿sí?- empezó a jugar con mi pelo —solo tengamos nuestra última noche juntos-.
—solo la última noche- volví a atacar sus labios con ferocidad.
Era la última noche.
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—se ven muy guapos- la mamá de Zahira se acercó a nosotros.
Hoy era el día. Era el día en el que iba a ver a mi alma gemela irse con otro hombre a crear su vida. Hoy se iba a marcar el momento en el que no volvería a amarla cuando nadie ve, porque la iba a amar toda mi vida aunque tuviera a otra persona su lado.
—hola, Isa- Nicolás se acercó a mi con una sonrisa. No lo odiaba, no era su culpa, de hecho a él también lo estaban obligando. Eso era lo malo de dos mujeres que desde que sus hijos nacieron les arreglaron un matrimonio.
—hola, Nico- lo saludé con u apretón de manos —¿listo para hoy?-.
—sí- susurró mirando al piso —tengo que estarlo- le sonreí tratando de transmitir un poco de apoyo —la voy a cuidar, lo prometo-.
—lo sé- asentí —si no estuviera seguro de eso estaría luchando por ella-.
—puedes seguir luchando por ella. En tus sueños, en los detalles- me animó.
—no, ya no lo haré- suspiré —lo único que puedo hacer es decir que no me duele que no esté conmigo, porque la quiero conmigo-.
Me miró con lástima para luego abrazarme. Es curioso, los dos salimos perdiendo de esta. Bueno, los tres.
La ceremonia empezó como todo matrimonio. Las palabras del sacerdote, la misa que me dan ganas de dormir. Todo igual.
—Nicolás Duarte, ¿aceptas a Zahira Cala como tu esposa en las buenas y en las malas, hasta que las muerte los separe?- preguntó el sacerdote. Nicolás se quedó unos segundos en silencio y asintió con la cabeza.
—acepto- respondió.
—Zahira Cala, ¿aceptas a Nicolás Duarte como tu esposo en las buenos y en las malas, hasta que la muerte los separe?- todo se quedó en silencio. Zahi se volteó a mirarme por un segundo. Le sonreí para hacerle ver que todo estaba bien, que lo podía hacer. Miró a su mamá y al resto de las personas, algo no estaba bien.
—no puedo hacer esto- dijo negando con la cabeza mirando a Nicolás —mamá lo siento, pero no es lo que quiero- vi a su mamá darle miradas para que continuara la ceremonia, pero su hija no le hizo caso.
—no me puedo casar con alguien que no amo- se dirigió a todo el público —esto es un matrimonio arreglado, ninguno de los dos quiere esto- miró a Nicolás —la persona que amo está entre ustedes, a punto de verme cometer el peor error de mi vida- me miró, se bajó del altar y comenzó a caminar hacia mí —Juan Pablo Isaza, te conocí cuando teníamos cinco años, nos volvimos mejores amigos desde el primer momento. Nos separamos cuando te fuiste a España con tu banda, pero el destino nos volvió a unir hace cuatro años. Me derretiste con tu mirada cuando la volví a encontrar. Te conté todo sobre mi vida, y aún haci sabiendo que me tendría que ie con alguien más, aceptaste una relación cuando nadie ve. Aceptaste tener que negar que soñabas una vida conmigo. Fue un castigo tener que fingir que éramos amigos, pero ya no lo quiero seguir haciendo- le tomó de las manos mientras sonreía —nadie debe tener que estar obligado a casarse con alguien que no quiere, es injusto. Quiero pasar mi vida con Juan Pablo Isaza, y si eso significa no volver a hablar con mi mamá, pues lo haré-.
Todo el mundo se quedó en silencio mientras yo le sonreía. Mis compañeros de banda y sus novias empezaron a aplaudir. Me di cuenta que Simón tenía lágrimas en sus ojos. Me empecé a reír con Zahira y nos abrazamos.
—perro, mejor vámonos antes que nos asesinen- nos dijo Villa riendo un poco.
Salimos todos juntos de las iglesia riendo. Estaba feliz, no podía explicar lo feliz que estaba.
—¡vamos a celebrar que Zahira y Juan Pablo están juntos!- gritó Martín y nos empezamos a reír más fuerte.
Ya no tendríamos que escondernos. Ya no nos teníamos que amar cuando nadie ve. . . . . . . . . . . . . . Me puse dramática jsjsjs *modo Villamil on*. Pero bueno, espero les guste. Los amo❤️
