Se me vino a la mente tremenda historia con esta canción y otras dos de Sebastián Yatra y Tini jsjs. Me gusta pensar que Cristina, Oye, y Carne y hueso son como una misma historia, no sé si me explico.
En fin, va a ser el primer shot en tener más de una parte, así que espero les guste y que no los haga sufrir tanto, jeje.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—¡Cristina! Sales en diez minutos— escucho que me gritan.
Giro mi cuerpo viendo mi rostro en el espejo de mi camerino. Mis manos sudan y mi corazón late tan rápido que creo se va a salir de mi pecho.
Tengo unas ganas gigantes de salir de acá y desaparecer, pero eso parece completamente imposible.
Desde pequeña comencé una carrera en la actuación, años más tarde me sugirieron pasarme a la música, y poco a poco me empecé a hacer más reconocida. Llené escenarios, estadios; pero a mis 19 años, no había parado a dar un respiro, y lentamente me estaba cansando de esta vida. No podía salir a la calle en paz, hace mucho no tengo un momento para mi sola, y lo único que hago es grabar canciones y dar conciertos.
Sé que sueno como una loca, muchas personas darían lo que fuera por estar en mi lugar; pero luego de cinco años en el ojo público, necesitaba parar por un segundo y volver a sentirme feliz.
Y ahí fue cuando mi celular sonó.
Laura: Pequeñaaaaaa. Estoy en un bar viendo a mi novio. ¿Por qué no vienes? Escapate de tu trabajo por cinco segundos. Sé que lo necesitas ❤️
No lo pensé por mucho tiempo, y me levanté de mi silla. Tomé un saco negro que tenía en el cuarto, un gorro y unas gafas, saliendo silenciosamente de mi camerino.
Bajé hasta el parqueadero, robé unas llaves de uno de los carros, y hice sonar la alarma para encontrarlo. Sin importarme mis deberes, ni en el concierto que se supone tendría que estar dando en este momento; prendí el motor del carro y salí lo mas rápido que pude de ese lugar.
Le pedí a Laura su ubicación, y manejé lo más rápido que pude para llegar al bar. Cuando llegué, abrí la puerta, y comencé a bajar las escaleras tratando de encontrar a mi amiga. Miré por todas las mesas, hasta encontrar la cabellera café de Laura.
—hola— tomé el hombro de mi amiga, y esta giró a verme con una sonrisa.
—sabía que ibas a venir— murmuró emocionada. Se acercó a darme un abrazo, y solté un suspiro de tranquilidad al estar con ella.
Laura me señaló una silla al lado de ella, y con una pequeña sonrisa me senté. Me quité mis gafas un poco más segura que acá no me reconocerían tan fácilmente.