Honestamente no les puedo explicar lo que estoy a punto de escribir, va a ser un poquito diferente, pero espero les guste :)
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—¿aló?— se escuchó una voz grave del otro lado de la línea.
—Hola— respondí con la voz temblorosa esperando su respuesta.
—perdón, ¿con quien hablo?—
—con María— dije mientras tomaba el teléfono en mi mano con fuerza —s-soy amiga de Gabriela, la novia de Juan Pablo Villamil. Ayer nos vimos en una fiesta, no se si te acuerdas—.
—¡María!— exclamó entendiendo todo —claro, María, que pena no reconocer tu voz, llevo como síes horas medio en el estudio con los demás, y ya pierdo todo tipo de habilidad para socializar—.
Una pequeña sonrisa se escapó por mi garganta, intento no soltar una carcajada qué me delatara —no te preocupes , Juan Pablo, entiendo completamente—.
—dime Isa, por favor— respondió con rapidez —mira, María, tengo que volver al estudio, pero no se si te parece salir en algún momento. Ayer la pase genial contigo, de verdad—.
Mi corazón comenzó a latir con rapidez ante su propuesta. No esperaba que esta conversación saliera así —si, me parece increíble, Isa—.
—¡perfecto! Entonces voy a guardar tu número y te escribo en unas horas para cuadrar los detalles. Gracias por llamar, María—.
Antes de poder contestar, el ya había colgado, dejándome sin aire con mil preguntas en mi cabeza, pero con la espera a su mensaje para poder volverlo a ver.
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—¿aló?—.
En una mano tenía mi pestañina mientras que en la otra intentaba hacer malabares para poder contestar el teléfono. Tenía mi segunda cita con Isaza, y se supone que tenía que estar lista hace media hora; pero como siempre, estaba retrasada.
—María— escuché su voz llena de gracia del otro lado de la línea. Llevábamos dos citas y ya le había hecho esto la vez pasada.
—perdón, perdón, perdón, perdón— balbucee apurando mi manos para intentar terminar mi maquillaje —estoy a punto de bajar, prometido—.
—tu y yo sabemos que eso es mentira, linda— soltó una carcajada.
—puede que me demore un poquito más, lo acepto, pero en nada bajo, yo me apuro—.
