(38) Same Boat - Villa

355 28 7
                                    

Emilia observaba en silencio la ventana de su habitación

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Emilia observaba en silencio la ventana de su habitación. Eran las dos de la mañana, y la nieve cubría la ciudad de Londres como una fina capa de color blanco. Los árboles, edificios, carros; toda la ciudad se veía como una película.

En otros tiempos, la joven estaría emocionada por salir a jugar con los copos congelados, pero desde hace unos años que no lo volvió a hacer.

Y es que la nieve, por más hermosa que se vea, le recordaba a Emilia de una amor que nunca pudo tener; fue su amor platónico de toda su época escolar, y un tiempo después, se enteró qué él sentía lo mismo que ella.

Y se trataba de nada más y nada menos que Juan Pablo Villamil.

El chico de ojos verdes y cabello castaño oscuro. El chico que tocaba banjo como los mismísimos dioses. El chico que podía cantar y enamorar a cualquier persona que lo escuchara.

El chico Emilia nunca pudo amar.

.............................

—me voy a morir congelado— se quejó Simón tomando otra cobija (qué ya tenía dos), y la taza de chocolate caliente en sus manos.

—y después se queja cuando hace mucho sol— se burló Martín con Emilia. La chica soltó una fuerte carcajada ganándose una mirada de odio por parte del de gafas.

—¿algún problema con que me guste el clima balanceado?— respondió —por eso me gusta Bogotá; ni mucho frío, ni mucho calor—.

—por eso sé que Simón duerme como un oso; porque nunca se ha despertado a cinco de la mañana a congelarse por el frío mañanero bogotano—todos en la sala soltaron una carcajada por el comentario de Emilia; bueno, todos menos el Vargas mayor.

—en vez de quejarse, moncho, deberias agradecer donde estamos— señaló Isaza.

Simón soltó un bufido —estoy muy agradecido de estar metido en España en pleno invierno congelandome, mientras espero que un milagro ocurra y alguien escuche nuestra música—.

—sean positivos— habló Martín —estoy seguro que muy pronto todo el mundo va a escuchar el nombre de "Morat" en todas partes—.

—y cuando eso pase, Marto y yo vamos a estar en todos sus conciertos apoyándolos— agregó Emilia abrazando a su amigo con fuerza.

Del otro lado de la habitación, Juan Pablo Villamil miraba la interacción del menor de los Vargas con la chica de sus sueños. Odiaba aceptarlo, pero cada vez que los veía juntos no podía evitar sentir un poco de celos; celos porque su cobardía nunca le iba a permitir lograr una cercanía así con ella.

—creo que es momento de ir a dormir— interrumpió Alejo —mañana es un día largo, y este frío solo me da ganas de acostarme entre las cobijas de mi cama—.

One shots ~ canciones de MoratWhere stories live. Discover now