Hunter [OS Kimetsu no Yaiba]

[1] Mitsuri Kanroji

Advertencia: Spoiler del manga.

Dirigí mi mirada hacia detrás sin detener mis piernas en ningún momento, huyendo del demonio que me estaba persiguiendo desde hacía ya varios minutos, y que, a pesar de su fuerza y velocidad muy por encima de la mía, permanecía en mí espalda, como si quisiera torturándome psicológicamente.

Estaba jugando conmigo, agotando mis piernas, las cuales ya estaban bastante adoloridas, hasta que no pudieran más. Mientras las heridas poco profundas que había en mi cuerpo continuaban sangrando, aumentando mi cansancio, y mis pulmones ardían entre el pánico y la presión debido al cansancio.

Tenía miedo, mucho miedo. Tenía miedo a morir aun sí esto último parecía inevitable.

—Te tengo— escuché una voz leve junto a mí oído que me sorprendió y me hizo tropezar con la nada misma, estando a punto de caer al suelo.

Pero, antes de que mi cara tocara la tierra, unos brazos rodearon mi cintura con una toque delicado a pesar de la situación, mientras el viento golpeaba de manera cortante mi rostro, obligándome a cerrar los ojos con fuerza. Sintiendo que me llevaban fuera del camino, dejándome sentada en las raíces de un árbol.

—Descansa, yo me encargo de todo— dijo una voz femenina en un suave susurro cerca de mí oído. Pero cuando levanté la mirada hacia donde estaba, estaba ya había desaparecido de mi lado y vista.

Y como si hubiera ido a un mundo completamente diferente, mi alrededor cambió de manera drástica. Todo se invadió de una, casi, completa tranquilidad (pues de fondo todavía se escuchaban algunos gritos y como el aire era cortado y silbaba entre los movimientos rápidos de la pelea). Su pelea estaba bastante alejada, por lo que no podía verlos, aunque lo prefería de esta manera.

No quería morir con solo diecisiete años. Aun era demasiado joven.

—¿Estás bien?— preguntaron de golpe la misma voz de mi salvadora. Lo que me sobresaltó debido a que estaba enfrascada en mis pensamientos—. ¡Oh, por dios!— gritó con las mejillas rojas, apresurándose a quitarse su haori para colocarlo sobre mis hombros.

La miré bastante confundida, mientras bajaba la mirada hacia mí ropa (donde ella estaba mirando), viendo entre la prenda que me acababan de prestar. Mi kimono estaba bastante roto debido a mi incursión por el bosque y mi forcejeo anterior con el demonio.

—Dios, que vergüenza— murmuré mientras me apresuraba a cubrirme un poco más con mis brazos.

—¿Estás bien?— preguntó nuevamente, acuclillándose para estar a mi altura... sus ojos eran muy bonitos, de un verde brillante que me recordaba a una esmeralda.

—Sí, estoy bien— sonreí con las mejillas coloreadas. Notando como escaneaba mi cuerpo, fijándose en los cortes—. Son cortes leves, no son graves— intenté quitarle importancia. El cuerpo a penas me dolía ahora que había tomado un descanso—. Oh, sí. ¡Muchas gracias por salvarme! ¡Se lo agradezco mucho!— dije con una sonrisa avergonzada mientras inclinaba mi cuerpo ante ella.