[9] Uzui Tengen

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Advertencia: spoiler del arco del distrito rojo

LEAN EL AVISO DEL FINAL

La mujer cerró los ojos, aferrándose con fuerza a la bandeja con comida que cargaba, buscando reunir fuerza para ir a la habitación donde Makio estaba siendo apresada por la luna superior

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La mujer cerró los ojos, aferrándose con fuerza a la bandeja con comida que cargaba, buscando reunir fuerza para ir a la habitación donde Makio estaba siendo apresada por la luna superior. Comenzando a dirigirse hacia allí por el intransitado y silencioso pasillo que todas las empleadas preferían evitar.

La impotencia adueñándose de ella con cada paso que daba. Quería ayudarla, sacarla de allí, pero no era fuerte ni tenía las herramientas para enfrentarse a un demonio.

Daki, por alguna razón que desconocía y que realmente no quería descubrir, se había encaprichado con ella. Atrayéndola con engaños, pensando que era una Oiran y que la tomaría como su aprendiz, solo para mostrar su verdadera naturaleza poco tiempo después.

Su cintura estaba apresada por una de sus fajas, lo que impedía que pudiera moverse sin que la demonio supiera donde se encontraba. Haciendo más fuerte el agarre en caso de que desobedeciera alguna de sus órdenes.

—Lo siento— murmuró, a penas puso un pie en el interior de la habitación.

Dejando a un lado la bandeja, revisando rápidamente sus heridas, limpiando estas como pudo antes de ayudarla a darle de comer en completo silencio. Teniendo cuidado de no tirar ni un solo trozo de la escasa comida que le habían dado -pues debía compartir parte de su plato-. Sintiendo la mirada de la mujer sobre su cuerpo.

A veces sentía que la juzgaba por no hacer nada, pero prefería simplemente creer que era su imaginación, que realmente no la estaba culpando por algo en lo que no tenía control.

Lo cierto era que sentía pena por ella. Era unos cuantos años más joven que ella, pero no lo parecía por el aspecto algo demacrado que tenía por el estrés constante al que estaba sometida.

___ salió de la habitación a penas terminó, asegurándose de acomodarle la mordaza como era debido para que no hiciera ruido, no sin antes volver a disculparse. Saliendo de allí de puntillas.

Avanzando hacia la cocina, esperando que hubiera sobrado algo de comida para no volver a quedarse sin comer. Chocando repentinamente al girar la esquina con el hombro de la joven recién llegada, casi haciéndola tirar la bandeja que llevaba.

—Lo siento, no era mi intención— murmuró, inclinándose un poco.

Alzando la mirada con curiosidad hacia la pelinegra con las puntas azuladas. Retrocediendo un paso instintivamente cuando sus ojos se posaron sobre ella mostrando cierta hostilidad.

Dándole una última mirada al notarla aún parada en la esquina, para luego mirar a la puerta donde estaba Makio, y después alzar la mirada hacia el techo. Haciendo el amago para ir hacia la habitación, pero ___ lo detuvo, sosteniendo su hombro.

—No deberías ir— dijo lo más tranquila que pudo, sintiendo como una aura oscura salía de la habitación.

Daki estaba allí.

Hunter [OS Kimetsu no Yaiba]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora