Hunter [OS Kimetsu no Yaiba]

[3] Kyojuro Rengoku

Nota rápida: ¡Bienvenida toda la gente que recién empieza a leer estos OS! Para las más antiguas(os), hola de nuevo después de mucho tiempo.

Quiero aclarar primero que nada, los shots que voy a estar subiendo próximamente son los antiguos editados y modificados, el tiempo a pasado y mi manera de narrar a cambiado mucho, por lo que he decidido esto para darles un cambio más a mi estilo actual de escritura y modificar algunas cosas que me molestaban en ellos.

¡Para ambos grupos, espero que disfrutéis estos One-shots!

Advertencia: AU moderno.

—Silencio, no digas nada— murmuró por octava vez la mujer desde que había salido de su casa a pesar de que a penas había pasado cinco minutos—. Solo te estoy pidiendo silencio lo que duren las clases.

—Pero-

—Tengo un examen muy importante hoy, siento que si me despisto se me olvidará todo— suspiró ligeramente, mirando a ambos lados de la calle, impaciente.

El autobús estaba llegando con algo de retraso, y aunque había salido algo más pronto de lo habitual, la ansiedad le estaba diciendo que iba a llegar tarde y a perder ese examen tan importante, por lo que terminaría suspendiendo la asignatura.

 —Tranquila— dijo en un tono suave, posando ambas manos en los hombros de la chica, dando un leve masaje en sus hombros—. Llevas estas últimas semanas estudiando, seguro que se te da bien— intentó animarla.

—Eso espero— le contestó en el mismo tono, intentando acabar en un ataque de pánico, agradecida de que no siguiera insistiendo con que hiciera sopa de camote cuando regresara a casa.

Estaría mintiendo si había ocasiones en la que ___ no se arrepentía de haber ido hacía dos años atrás a esa excursión al templo con su clase de la universidad.

No solo se había llevado un resfriado por no ir lo suficientemente abrigada, sino que ahora tenía un espíritu ligado a ella, un Kitsune después de haberse separado momentáneamente de su grupo y haber tocado un talismán, o eso le había explicado el espíritu mitad animal tras ella.

Era más alto que ella, con el cabello de dos colores, siendo rubio con las puntas de un llamativo rojo -al igual que su larga y esponjosa cola-. Y unos ojos de unos tonos parecidos, bastante grandes y que parecían atentos en todo momento a lo que ocurriera.

No lo odiaba ni nada parecido, era bastante amable y energético, al punto de agradarle. Pero había sido todo demasiado repentino y había ocasiones en la que su paciencia -que por naturaleza era muy escosa- terminaba por ser sobre pasada, irritándola más de lo normal cuando se entremezclaba su impaciencia con el estrés de los estudios.

—___— volvió a llamarla tras unos minutos de silencio, cuando ya estaba en el autobús. Haciendo un leve gesto, intentando que no siguiera hablando.