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«Y me enamoré. Probablemente el error más grande que cometí.»

Era sus ojos. No no, era su peló. El toqué de sus cálidas manos. Claro que no, era la forma en que sonreía y sus mejillas brillaban felices. La forma en que sus lengua remojaba sus pequeños y rosados labios cada vez que estaba nerviosa o ansiosa. Tal vez era la forma como caminaba y su pelo castaño rebotaba en su espalda, o tal vez, era ella.

Ella.

La pequeña chica que caminaba por las mañanas a tomar el autobús e ir a la universidad. Y cuando termina su horario educativo, caminaba treinta minutos para llegar a su trabajó y salir en la noche, muy noche. Donde la oscuridad había cubrído el sol, donde la gente dormía plasidamente en sus camas o algunos, muy pocos, trabajando o pasandola mal - tal vez bien - en algun lugar. Pero ni si quiera la noche podría cubrir esos hermosos ojos grises, los que ella llevaba. Los ojos más hermosos que Harry Styles había visto en el mundo.

Los ojos que se mantenían una y otra y otra vez en la cabeza del chico risado.

No solamente sus ojos eran hermosos, toda ella era una belleza.

Y Harry se había enamorado de esa pequeña chica.

Enamorado, obsesiónado. Para Harry, no había diferencia entré ellos. El sólo sabía que ella, era suya, que ella le pertenecía y que nadie, ni si quiera el hombre más poderoso en el mundo, se la quitaría.

Pero primero, tenía que tenerla en sus manos.

***

Un pasó, otro pasó y cinco pasos más. La maldita sencacion de alguien siguiendome no se iba de mi cabeza, me sentía acosada, nerviosa, insegura. ¿Quién es? ¿Qué es? ¿Por qué me siento así?

Las hojas secas en el pisó del concreto me acompañaban, el otoño estaba justo en el toque y por supuesto este año, no iba a ser una excepción. Necesitaba tranquilizarme, necesitaba despejar mi menté de toda la basura que llevaba dentro. Pero justo ahora, quería dormir, quería llegar a mi departamento y acostarme. Tratar de sentirme segura. Hace dos meses que no podía sentirme así, ni si quiera en mi propio departamento y era algo aterrorizante.

Las palabras de mí mejor amiga se repetían una y otra vez en mi cabeza. Ten cuidado que no sabes nunca lo que te espera allá fuera.

¿Qué es a lo que se refería? No tenía idea, pero desde aquel día, hace seis meses y medio nunca más la volví a ver. La extrañaba, extrañaba su risa y las lindas palabras que me decía cada vez que necesitaba la ayuda de alguien. Ella siempre estuvo ahí para mi y la culpa de que yo no la pude ayudar a ella me comía viva.

Suspire una ves más, abriendo la puerta de mi pequeño pero acojedor departamento. Mis ojos observaron, por ultima vez, las calles de Inglaterra. Todo estaba normal, todo era perfecto. ¿Entonces qué era? Negue con la cabeza y cerre la puerta, decidí ir por un poco de té para calmar mis nervios y luego dormir un poco, no sin antes cerrar la puerta con seguro y tratar de pensar que ahora estaba segura.

Photograph.

Después de tres horas esperando afuera del departamento, empecé a caminar lentamente y con traquilidad hacia la ventana principal de aquel pequeño lugar. Colgué la cámara en mi cuello y con mucho cuidado, deslicé la ventana hacía arriba y, antes de mirar hacia ambos lados de la callé, metí mi cuerpo dentro. Cerre la ventana, por sexta ves en el mes y empeze a caminar al pequeño cuarto de mi amada Chaterine.

Sus ojos estaban cerrados, su respiración era calmada y tranquila. Su cuerpo estaba cubierto por las sabanas que había lavado hace tres días atras. Su cabello estaba suelto, regado por toda su almohada y brillando gracias a la luz que la luna reflejaba por la ventana. Sus labios estaban entre abiertos y contuve todas mis ganas de lanzarme sobré ella y hacerle el amor ahí mismo.

No hoy, pero pronto.

Sonreí y tomé la cámara en mis manos, me posicione enfrente de su cama y empecé a sacar las fotos necesarias. Una, dos, tres, cuatro.

Ella era hermosa, una completa Diosa. No podía creer que alguien como ella, estuviera tan sola en un mundo como este. Pero pronto la tendré en mis manos, y no sufrirá nunca más, pronto. Despues dé diez minutos observándola, su cuerpo se giro haciendo que las sabanas se calleran al pisó. Sonreí, mí pequeña loca dormilona.

Su cuerpo estaba justo enfrente de mí, con unos pequeños shorts y una blusa blanca. Me sorprendía la manera en que yo mismo me controlaba, pero la amaba y yo nunca le haría daño. Tomé unas cuántas fotos en su ahora nueva posición y la volví a tapar con las sabanas con mucho cuidado, antes de que su cuerpo empezará a temblar por el frío.

Cuatro horas y muchas fotos de ella durmiendo después, decidí irme no sin antes darle un pequeño beso en la frente y prometerle que siempe estaré con ella.

—Adiós, mi bella durmiente.—Y salí de su habitación.

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¡Hola! Primero, gracias por leer :) y segundo, esperó que les haya gustado. Perdón por las faltas de ortografía y eso, es que he escrito el capitulo por celular.

Bueno, y aquí comienza Photograph, este capítulo fue corto, lo se, pero era una manera de introducir la historia y supieran como sería:).

¡Muchas gracias otra vez, y voten!

Photograph |h.s|Where stories live. Discover now