7.

4.6K 361 80
                                    

«El silencio es el ruido del miedo.»

Chaterine.

Habían pasado tres días, tres días desde que había comido o tomado un poco de agua. Habían pasado tres días desde la ultima vez que vi a Harry, el maldito no se habían molestado ni si quiera en pasar a asegurar si seguía viva o no.

Las últimas palabras que le escuché decir rodaban por mí cabeza cada segundo.

"Tres días sin comer para ti. Tal vez así aprendas a respetarme, muñeca."

Mi estómago rugía cada vez más fuerte. Los minutos pasaban y podría jurar que se sentían como días. Los músculos de mí cuerpo estaban a doloridos, estar en la misma posición en la misma  cama, atada y sin comer por varios días era insoportable. Quería llorar, pero mis lagrimas se habían acabado. Quería gritar pero mis energías se habían ido. No podía dormir del solo pensar en Harry merodeando por aquí. Mis ojos se sentían cansados pero no podía cerrarlos, o me costaría mucho abrirlos. Toda la saliva que alguna vez tuve, se habían extinguido. La oscuridad de la habitación empezaba a incomodarme y me preguntaba cuanto tiempo más estaré así antes de morir. ¿Ya habían pasado tres días o solo era mi imaginación?

Toda la impotencia que sentía estaba comiéndome. Necesitaba comer algo, o tal vez tomar un poco de agua. Quería moverme, quería correr y saltar como nunca lo había hecho. Quería tomar una ducha de al menos siete horas, o más. Quería llorar más y gritar hasta que mis cuerdas vocales dolieran. Todo esto me estaba matando de a poco, y no sabía si podría haber una tortura peor que esta.

La poca esperanza que me quedaba estaba muriendo de a poco, sin embargo, necesitaba ser lista y fuerte para estas situaciones. No sabía que era lo que Harry quería de mi, no tenía dinero, ni si quiera familia y la única amiga que alguna vez tuve estaba muerta. Tenía miedo como el infierno pero estaba muy cansada para mostrarlo, así que, después de tres días matándome la cabeza, una idea maravillosa llegó a mi mente.

—Es mejor que te vayas, ahora.— Una voz muy ronca resonó por fuera de la habitación en donde estaba, haciéndome brincar un poco, y si no me equivocaba, estaba segura que era Harry. ¿Pero con quién esta hablando?

—¡Vamos, Styles! Déjame ver a la chica.— La voz de un chico habló, y este soltó una pequeña risa.—No es como si no la haya visto antes, ¿verdad?

—Es por eso, ya la has visto antes y más de lo que deberías. Largarte ahora.—Harry gruñó, y podía jurar que sus manos formaban dos puños por cada lado de sus muslos.

—¿Qué importa que la vea un poco más? Yo fui el que te dio la idea de secuestrarla, de todos modos.—Abrí mis ojos un poco más y giré mi cabeza, tratando de escuchar con más claridad.

—Te he dicho que te largues, no estoy de humor para tus malditas bromas, Anderson.—Toda la respiración que ni si quiera sabía que estaba conteniendo, salió en un largo suspiró. Harry se escuchaba enojado.

¿Bromas, Harry? Estamos hablando sobre un secuestro. Esto es todo menos una broma. Y déjame recordarte, que soy el único que sabe sobre esa chica.—Hubo un pequeño silencio, cuando el chico "Anderson" continuó hablando.—No te gustaría verme ir a correr la voz con la policía, ¿cierto?

Creí escuchar a Harry maldecir, antes de volver a hablar.

—No lo harías.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Oct 18, 2015 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Photograph |h.s|Where stories live. Discover now