Final.

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Lalisa tuvo que esperar un angustioso día entero hasta poder volver a ver a Jennie

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Lalisa tuvo que esperar un angustioso día entero hasta poder volver a ver a Jennie. La omega llegó tarde a clase, arrastrando los pies, con la piel pálida y sin brillo, con los ojos tristes y profundas ojeras bajo estos. El olor de la tristeza era tan intenso que la temperatura del aula descendió un par de grados. Ni siquiera el profesor se atrevió a reclamarle por la tardanza, parecía estar a punto de quebrarse. Lisa quería pegarse un tiro por eso.

Jennie se había tomado dos supresores esa mañana y se había obligado a salir de la cama. Ella no era así, ella no dejaba que nada arruinara su buen humor, no importaba lo mucho que doliera ver a Lisa sentada en su sitio de siempre, con la vista clavada en su persona. Jennie y su orgullo malherido hicieron todo lo posible por ignorar a la alfa y a su delicioso olor que le evocaba dolorosos recuerdos de unas manos grandes y delicadas recorriendo cada rincón de su cuerpo desnudo y haciéndola suspirar. Maldijo en voz baja, debía olvidarse de Lisa. No podía hacer nada si la alfa la había rechazado. Y volvió a maldecir, porque ella nunca maldecía.

Caminó hacia su mesa y se sentó al lado de ChaeYoung, que la miró con preocupación.

─ ¿Cómo te encuentras? ─ Preguntó.

─ Estoy bien.

Y sonrió, la sonrisa más rota del mundo.

ChaeYoung fingió creerle y ella suspiró agotada intentando poner algo de atención en la clase. No podía permitirse que sus notas bajaran, eso nunca. Aunque era verdaderamente difícil concentrarse cuando podía sentir la mirada de Lisa clavada en su nuca, casi como un contacto físico real.

Sabía que su aspecto no era el mejor, y que estaba llamando la atención de muchos a su alrededor. Incluso el señor Choi, que normalmente tenía predilección por ella para hacer preguntas sobre la materia, había decidido darle su espacio, ignorándola durante toda la clase. Se lo agradeció mentalmente de todo corazón.

Lisa no podía apartar la mirada de la enmarañada cabellera que Jennie trataba de disimular con un chongo mal hecho, estaba en tensión, forzándose a mirar la pizarra, ignorándola deliberadamente. Tenía que encontrar el momento justo para hablar con Jennie, para poder decirle que sentía haberse marchado, que la amaba y que nunca se iría de su lado, pero las manecillas del reloj parecía reírse de ella, moviéndose con una lentitud exasperante. Lisa nunca fue una buena alumna, pero aquel día ni siquiera fue consciente de qué asignaturas estaba teniendo. Ni siquiera se molestó en sacar los libros de la mochila, lo que fue algo bueno cuando sonó el timbre y solo tuvo que levantarse para dirigirse rápidamente hacia la omega.

Jennie no necesitó ver a Lisa para saber que se acercaba, su olor era intenso y podría reconocerlo a kilómetros de distancia, ahora más que nunca.

─ Lo siento Rosie, tengo prisa.

Sin esperar respuesta de su amiga, salió corriendo de la clase, en dirección a la cafetería.

─ ¡Jennie!

Intocable ━━ JenlisaWhere stories live. Discover now