VINGT-UNE

762 92 23
                                    

Abrí los ojos y me di la vuelta en mi cama, mirando hacia el techo.
— Debería levantarme para ir a la empresa...— pensé para mi mismo.
Bright había hecho un trato conmigo, yo sería su secretario personal temporal hasta nuevo aviso, o sea, hasta que el gerente de Onyx pidiera disculpas y que pidiera por que regresaran. La verdad es que tanto a mi como a él nos resultaba conveniente.
El único problema es que como ahora pertenencia a un puesto oficial, mi escritorio estaba fuera de la oficina de Bright. Hice una mueca al imaginarlo lejos de mi todo el día.

"Sé mi novio Win, por favor"

Una semana había pasado desde su declaración y no sabía como sentirme al respecto.

"—¿Me puedes dar algo de tiempo para pensarlo?—"

Me cubrí la cara con una almohada, intentando arrastrar a lo más profundo de mi mente esos pensamientos. Su cara después de que solté esas palabra no había cambiado nada, simplemente asintió y se inclinó a darme otro beso antes de caminar de mi mano hasta el carro. No había pasado mucho más esa noche, simplemente nos acostamos a dormir abrazados el uno al otro.

Sin embargo, su trato conmigo era ligeramente más frío, como queriendo marcar cierto límite entre los dos. Cuando íbamos juntos en el carro, ya no ponía su mano alrededor de mi pierna, había dejado de llamarme bebé y en el trabajo era mucho más formal que al inicio. Suspiré. Aún con eso, no dejaba de ser detallista. Todas las mañanas desde que había aceptado ser su secretario dejaba una flor diferente en mi escritorio junto a un café preparado justo como me gustaba. En mis pocos ratos libres buscaba el nombre de la flor y sus significados, lo que a veces me hacía sonrojar por horas. Volví a suspirar y solté un gruñido bajo. De verdad, ahora me sentía más confundido que al inicio.

—Debería dejar de pensar en esas cosas y levantarme a trabajar— hablé para mi mismo.

Bright me había prestado algunos de sus sacos y pantalones para la oficina, consciente de que yo no tenía muchos, si es que ninguno. Algunos de sus sacos aún olían a él, haciéndome sonreír cuando me lo puse. Me miré en el espejo, satisfecho con el conjunto gris que había escogido para ese día.

— Muy bien Win... es hora de empezar el día— hablé para mi mismo en el espejo del baño después de haberme lavado la cara.
Bajé hasta mi carro y conduje en silencio por la ciudad. Me había costado un poco acostumbrarme al horario matutino y el ritmo al que obligaba a vivir un trabajo de oficina, pero no me disgustaba realmente. La verdad podría ahorrarme algo de tiempo si hubiera aceptado la oferta que Bright me hizo cuando habíamos hecho el trato, de quedarme en su casa mientras trabajaba como su secretario, pero la rechacé porque no quería poner más tensión a nuestra relación.

Repasando mis memorias, Bright no me había besado desde que habíamos ido al club. Una sensación de desilusión me llenó por unos segundos, pero la despejé con una sacudida de cabeza, no era el mejor momento para pensar en eso. Entré al estacionamiento subterráneo de la empresa, y estacioné mi carro cerca del elevador. Bajé con cuidado y puse la alarma.

— ¿Tu eres Win, cierto?—
Una voz gruesa me hizo voltear. Era uno de los cuatro amigos de Bright, pero no recordaba muy bien su nombre.
— Eh... si, soy yo, ¿nos conocemos de antes?—
—Si, soy Max, el amigo de Bright, ¿estás trabajando con él ahora?—

Asentí y comencé a caminar hacia el ascensor, siendo seguido por el amigo de Bright. Tomó el elevador al mismo tiempo que yo, haciéndome una plática amena que me hizo  sentir bien. Fue amable conmigo todo el rato y subió al mismo piso que yo. Cuando se abrieron las puertas del elevador y salimos, quedamos frente a la oficina de Bright, con una vista directa a mi escritorio justo fuera de la puerta de mi ahora jefe.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Aug 04, 2021 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

ଽ   ꞋꞌꞋ Oɴʏx ꞋꞌꞋ ᝢWhere stories live. Discover now