Promesas * Max Verstappen *

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Gianna (27 de mayo del 2021)

Mi departamento estaba repleto de regalos. No podía dejar de reír al ver los comentarios en mi publicación.

La cara de Skyler al despertar fue épica. Literalmente era casi imposible caminar en la sala.

Max llegó casi a las once de la mañana y desde que vio mi departamento no debaba de reír.

—Ya deja de reírte— lo regañe.

—Es que me parece increíble que sean tan idiotas como para perder en este juego que ellos mismos inventaron— seguía riendo y negando con la cabeza.

—No seas malo, peor eres tu que no enviaste nada— lo acuse.

—No te gustan las flores, porque se marchitan muy rápido una vez que las cortan—se defendió muy bien.

—Podrías enviar flores de plástico—murmure.

—Admito que eso no lo pensé, sin embargo no iba a meterme en el juego de ellos. Las reglas normales ya me favorecían, entrando a esto era probable que perdiera— me senté junto a él en el sofá.

—Todo un estratega ¿Así que no enviaste nada para ganar?— giró a verme.

—Me da igual que equipo te guste más, no me cambia en nada. Para empezar dudo que tu contrato te deje llevar algo que te haga ver a favor de uno u otro. Además, terminarás apoyandome a mi sobre a algún equipo y eso si me importa— traté de ocultar mi sonrisa.

—Quizás termine apoyando a Lando— soltó una risa.

—Lleva años siendo tu amigo y no te declaraste team Mc Laren, ni team Lando Norris. Cuando te enamores de mi, serás mi mayor fan y defensora— me dio un beso en la frente antes de sonreír.

—Ya no vas por el cuando seamos amigos, ni nada simple, vas por estar enamorados. Eso si que es ir rápido...— murmure dirigiendo mi vista a las flores.

—Bueno, que no me estes insultando, diciendo egocéntrico o tratando de ocultar tu sonrisa es un gran avance para mi.

—Retrocediste al no enviar flores— bromee.

—No necesito una excusa tonta como un concurso de tontos para enviarte regalos. Si los quieres los tendrás, solo debes pedirlos— giré a verlo, parecía hablar muy en serio.

—No le digas tontos a mis amigos.

—Siempre sacas lo que te conviene de lo que digo— reprocho.

—Lo mío era broma, es verdad que no me gusta que arranquen las flores y no necesito regalos— apoyó la cabeza sobre el respaldo del sofá y giró a verme.

—Eso de pedir y tener si iba de verdad — murmuró.

—Entiendo, pues tienes suerte porque no soy de pedir, así que no te haré dar vueltas con nada— negó con una sonrisa y volvió a ver las flores.

—Admite que son unos idiotas—volvió a reír.

—Ya deja de burlarte de mis amigos— le di un suave golpe.

—Quisieron sacarme ventaja y perdieron... Vamos, se nota que quieres reírte— tocó mi hombro.
 
—No, no quiero hacerlo— mantuve mi postura.

—Si quieres, siéntete libre de reír, no les iré con el cuento— empecé a reirme.

—Si vieras lo indignado que estaban, Charles envió un audio de cinco minutos haciéndome reproches sobre esto. Y quería que le jure que aunque sea una vez iba a usar una gorra de Ferrari ¿Qué les pasa? — lo escuché reír.