Capítulo 25. ¿Y si me dejo llevar por la corriente?

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Dereck volteó el rostro, evadió y se concentró en el discurso del presidente de AirSaab Company... Tan enfadado que el aire del salón era muy pesado para él, se sentía sofocado tanto que la asfixia no lo dejaba respirar.

El discurso de agradecimiento de Larry Korch acabó y los hombres de negocios volvieron su atención a sus propios intereses comerciales.

Fue entonces que decidió marcharse antes de enloquecer, de cometer algo de lo cual pueda llegar a arrepentirse, o de presenciar una escena que lo avergüence más de lo que hasta el momento ha soportado.

No necesitó despedirse. Sus socios, amistades, rivales de la competencia empresarial estaban inmersos en negociaciones y proyectos con el único y claro fin de llamar la atención, de un hombre... del presidente del conglomerado que la familia más poderosa de todos los tiempos posee. Los Rousseau.

Tampoco se despidió de su amigo y socio, Daxton. Salió del salón sin mirar atrás ni siquiera a ella. Toleró por demás el espectáculo entre Ross y el hombre que la sigue como un perro... El hombre que ahora sale en las portadas como si fueran una pareja. Una pareja que le arruinó la noche.

Ya en el pasillo, mientras se dirigía a las enormes puertas de salida del complejo hotelero Dereck se desanudó la corbata como si al hacerlo el aire fuera a disolverse o a volverse más liviano, una ligera imperfección en lo perfecto, no obstante, el traje se ceñía a su cuerpo haciéndolo ver cómo el heredero millonario de ojos grises que él es...

A su alrededor, las personas entre ellos empresarios, modelos, herederas actrices e incluso personal del hotel observaban de reojo al heredero de los Walldering salir bastante molesto, atractivo y, extremadamente sexy.

Ajeno y sin prestar atención de lo que ocasiona a medida que dá cada paso, levantó su muñeca y deslizó las mangas de su saco, el reloj de oro que esta noche decidió usar brilló parpadeante, torció una mueca, el tiempo corre lento y él siente una soga en el cuello.

Sensación cortante que se minorizó cuando llegó a las afueras el complejo. El viento hacia lo suyo moviendo las palmeras verdes del exterior del resort mientras que él esperaba su lamborghini plateado en la salida del hotel.

Se está dando cuenta y, se sorprende lo cobarde que él mismo está a llegando a ser. Le fue imposible permanecer más de tiempo en el salón donde los Koch celebraban su aniversario ochenta y en donde contempló en primera fila a Lombardi besando a su ex prometida en el balcón frente a él, no sólo eso, sino que también frente los distinguidos invitados del sector empresarial como si ellos fueran la pareja del momento.

Un escolta de los Walldering trajo el coche hasta la pista y bajó del vehículo con la cabeza gacha para evitar, desviar la fría mirada de Dereck y la postura intimidante de un hombre como él.

—Su coche señor..... —titubeó el escolta sin levantar la cabeza.

—No me sigan —ordenó Dereck ignorando al guardia y subió a su lamborghini con un pesado humor que tiende a consumirlo de ira más.... más de lo que la escena romántica que contempló le causó.

Arrancó y se fue del complejo hotelero de siete estrellas del que los Korch son dueños dejando a sus escoltas por detrás, algunos guardias de seguridad se quedaron para proteger al resto de la familia que todavía estaban en la fiesta de aniversario y otros escoltas lo siguieron a él.

Una humillación junto con una horrible sensación fue la que Dereck sintió y que perduró en su interior durando todo el camino de regreso a la mansión de los Walldering. Una de las tantas propiedades que heredará junco con las acciones de las empresas de las cuales la familia es poseedora.

El Renacimiento De La Esposa Del CEOHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin