¿DÓNDE? ¿CÓMO?

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{NASH}


Todo por culpa del gilipollas de Jack. Todo este dolor por su culpa. Pudo haberme matado. O tal vez me ha dado una muerte peor, morir lentamente y terminar convirtiéndome en un zombi.

Me escuece el rasguño que tengo en el cuello. No tengo muy claro si es un arañazo del zombi al que me empujó Jack o un arañazo por otro motivo.

Me muerdo fuerte el labio para no gritar. Sé lo que me espera y no tenemos anestesia para que no sintamos dolor.
Walter me pellizca la carne del cuello donde tengo el arañazo. Lo roza con el filo de un cuchillo afilado. Va a empezar y lo va a hacer del tirón.
Grito cuando sucede. Me corta la piel del cuello donde tengo el arañazo. Duele, mucho. Me recuerdo que esto me lo ha hecho Jack. Voy a vengarme de él, aunque Rachel no quiera que lo toque. Lo haré en silencio, sin que nadie se dé cuenta, sin que nadie vea su cuerpo sin vida, lo mataré y luego lo descuartizaré.

¿Pero en qué estoy pensando? Solo lo mataré, y ya está.
Eso es lo que pienso mientras me cortan la posible zona infectada. Luego me desinfectan la zona, escuece un montón y no puedo evitar gritar. Espero que Rachel, en otra habitación, no llegue a escucharme. Ella no quería que me hicieran esto, pero era la única salida para sobrevivir en el caso de que un arañazo pudiera infectar. Y tal vez ya sea demasiado tarde. Es algo que no tenemos forma de saber con certeza.

Walter me enrolla una venda alrededor del cuello, cortando la intensa hemorragia. Luego me pasa un trapo y lo aprieto fuerte contra el cuello para que deje de sangrar. Duele, pero tengo que apretar para no morir desangrado. No me han cortado mucha piel, solo la suficiente. Parece que Walter se va a convertir en el nuevo médico del campamento durante unas semanas, ya que Paul no está en condiciones de hacerlo y él sabe alguna que otra cosa sobre cuidados.

Después de todo esto, vuelvo con Rachel. Si no fuera por ella, mataría ya a Jack, sin importarme que me echaran del campamento o lo que fuera. Pero allí está ella, con su mirada celeste, dulce y tierna. Ella es la cura de todos mis dolores.
- ¿Estás bien?- me pregunta, preocupada, mirando hacia mi cuello.
- No hasta que he vuelto a verte. Ahora sí estoy bien- intento sonreír pero no lo consigo.
- ¿Te duele, verdad?
- No más que si no te tuviera.
- Deja de decir tonterías, el dolor te está afectando- dice y me abraza, yo también lo hago y la beso en la cabeza-. Estaba muy preocupada por ti, te oí gritar.
- Vaya, siento que me hayas escuchado- suspiro.
- Mientras sigas vivo y conmigo...- susurra ella y me mira a los ojos-. Prométeme que dejarás de ir a las expediciones esas en la superficie.
- Rachel... no puedo hacer eso... Es lo único que me exigen para quedarnos...
- Pues entonces iré con ustedes, queráis o no- dice ella seriamente.
- No te dejarán y yo me niego rotundamente a que corras peligro. Y, además, sé cuidarme. No me hubiera pasado esto de no haber sido por tu primito...
- Lo sé pero no puedo hacerle nada, no quiere saber nada de mí y no me va a hacer caso si le regaño...
- Bueno, puede que a lo mejor se comporte si le doy su merecido- y ante la expresión horrorizada de Rachel, especifico-. No quiero decir hacerle mucho daño, solo un puñetazo o dos.
Si me da permiso para hacer eso, olvidaré el plan de matarle. Por ella, porque ahora mismo es la única persona en el mundo en la que puedo confiar.
- No, lo siento pero no. Bueno, puedes hacerlo pero sabes que te odiaré. Aunque Jack no quiera ni verme, sigue siendo mi primo y yo le sigo teniendo aprecio.
- Vale- es lo único que digo y la beso en la frente-. No haré nada, por ti.
- Prométemelo- dice mirándome fijamente.
- ¿Qué pasa, no te fías de mí?- le digo sonriendo burlón.
- Sí, pero quiero que me lo prometas.
- Te lo prometo- miento. Pienso matarlo sea como sea. No solo por venganza sino porque si no le mato yo primero, él me matará a mí, no parará hasta hacerlo y no pienso permitirlo.
- ¿Sabes que te quiero?- me dice ella dándome un pequeño beso en los labios.
- ¿Sabes que te amo?- le susurro yo y le doy un beso más largo.

Una vez que estoy en el dormitorio, solo, junto a Rachel, que duerme con su cabeza apoyada en mi hombro, empiezo a darle vueltas sobre dónde y cómo matar a Jack sin que nadie se entere hasta que termino cerrando los ojos.

- ¡Grr!
Me despierto asustado, creo que he tenido una pesadilla.
No, es el mundo real. Escucho unos gruñidos, demasiado cerca.
Me levanto del tirón y Rachel se despierta, sobresaltada.
- ¿Qué...?- empieza ella pero la mando a callar poniéndome un dedo en los labios.
Son gruñidos. Se escuchan perfectamente.
Rachel también los escucha y adopta una expresión de terror.
- No están afuera, no se escucharían desde aquí...- susurro.
- ¿Y los demás?- pregunta Rachel al no oír a nadie y me doy cuenta del silencio que hay en el campamento.
- Vámonos- susurro y salimos despacio del dormitorio.
Cada vez se escuchan mejor los gruñidos.
Llegamos a la sala principal y no vemos a nadie pero los gruñidos se escuchan como si estuvieran aquí mismo. Le indico a Rachel que me siga lo más cerca posible, por detrás mía.
Echo un vistazo por una sala... ¡Ahí están!

Escondo la cabeza del tirón. Creo que estoy blanco. Acabo de ver a unos cuantos zombis, comiéndose a Paul. No quedaba nada de él, solo huesos. Están en el campamento. ¿Cómo habrán entrado? ¿Habrán matado a los demás? No paro de hacerme preguntas sin respuestas.
Estamos a punto de alejarnos de allí cuando vemos entrar a una horda de zombis por otro callejón, el de la segunda salida de este sitio. Quien haya sido, ha abierto las dos puertas que daban al campamento.

Rachel no puede evitar dar un pequeño grito. Los zombis que se comían a Paul nos han escuchado y ya vienen hacia nosotros.
No tenemos donde ir, solo podemos correr por callejones sin salida.
Y eso es lo que hacemos. Echamos a correr hacia el callejón más próximo. Llegamos a la sala en la que tenían a Alex y Roxanne encerradas cuando llegamos.

La puerta está abierta y el candado tirado en el suelo. Cerramos la puerta metálica con el candado y nos quedamos dentro, atrapados, ahora no podemos salir de allí. Pero era nuestra única "salida".
Los zombis llegan y chocan contra la puerta, metiendo los dedos entre los agujeros de esta.
Son muchos, van a poder con la puerta. Creo que Rachel se da cuenta, empieza a temblar.
La abrazo fuerte contra mí, protegiéndola.
Nos hacemos una bola en un rincón, abrazados y llorando. No tenemos ni agua ni comida y pronto lograrán echar la puerta abajo.
Solo nos queda esperar a que llegue ese momento.

Pero las preguntas siguen invadiendo mi mente.

¿Dónde están todos?

¿Cómo ha pasado?

¿Dónde? ¿Cómo?

Apocalipsis Zeta - Parte 1: En busca de un lugar seguroOnde histórias criam vida. Descubra agora