IMPOSIBLE DE CREER

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{RACHEL}


No, no, no. No puedo creérmelo. Esto no es verdad. Simplemente, no me lo creo. Esto tiene que ser una clase de broma de mal gusto. No me puedo creer que ahora tenga de repente una hermana cuando siempre he sido hija única. No me puedo creer que mis padres de toda la vida, aquellos que me han criado, no sean mis padres. Y tampoco soy plenamente consciente de la casualidad tan tremenda que tenemos Jack y yo, de ser primos tanto de padres adoptivos como por parte de nuestros padres de sangre.
No puedo parar de mirar los papeles estos que dicen que soy adoptada. Los miro, temblorosa y con escepticismo.
A mi lado, Roxanne, mi hermana, mira el archivo de su familia, que dice que me adoptaron por motivo de pobreza, por ser incapaces de mantenerme. ¿Pero tan mal estaban que no podían tenerme con ellos? Nunca he hablado con Roxanne acerca de sus padres, ni de si tienes hermanos. De todas formas, no voy a ponerme a investigar ahora.
Es todo tan raro... tan confuso... tan... poco creíble...
El único consuelo que tengo ahora mismo es que Jack sigue siendo mi primo. Él también es adoptado y para él debe de ser más doloroso, acaba de perder a su hermana, Alex, hace apenas unas horas.

Y, en efecto, lo es. Está hecho una bola, llorando a lágrima viva, con el consuelo en vano de Maya.
Yo me acerco a su lado, me siento en el suelo y me pongo a llorar en silencio.
Mis padres biológicos no me querían, me abandonaron. No quiero saber nada de ellos ni de nadie de su familia, no quiero saber nada de Roxanne. Mis verdaderos padres son los que me han criado, ellos son mi única familia, junto a Jack.

- Vamos a tener que irnos- nos avisa Larry, que ha estado callado durante todo este lío.
Jack y yo ya hemos parado de llorar y nos hemos quedado en silencio, mirando al infinito, pensativos.
- ¿Cuál es el plan?- pregunta Maya.
Larry despierta a Nash y este mira hacia todos lados, confuso.
Rápidamente, me voy a su lado y le sonrío levemente. Él me devuelve un pequeño esbozo de una sonrisa. Está mal, lo sé. Él me ha asegurado que no me preocupara, que sería una fiebre o algo por el estilo, que no le habían mordido apenas, y al final he llegado a creérmelo, pero más que nada por tener fe y esperanza de que solo sea eso, una pequeña enfermedad pasajera.
- No te puedes ni imaginar todo lo que ha pasado mientras estabas dormido- le susurro.
- Todo parece igual...- dice con tono cansado.
- Soy adoptada, Jack también. Soy hermana de Roxanne. Jack de Alex- le resumo.
Nash me mira arrugando la frente, escéptico.
- Buen intento, pequeña. Pero a mí no puedes engañarme, tu cara seria no puede convencerme- dice él intentando reírse, sin conseguirlo.
- Es verdad, te lo juro...
Larry nos interrumpe a todos.
- Shh, atended. No tenemos vehículos, vamos a seguir a pie unos kilómetros hasta llegar a un desierto no muy lejos de aquí. No hay lugar más seguro para pasar unos días. Después planearemos nuestra próxima movida. Por el momento lo único que tenemos que hacer es salir de este sitio, buscar provisiones para una semana o dos y marcharnos a donde yo he dicho. Solo tenéis que seguirme. Y aquí- saca un arma de un cajón y se la pasa a mi primo al vuelo, él logra cogerla- tienes un arma, Jack. Sabes disparar. Nash tiene otra y yo también. Los demás tenéis cuchillos, defendeos con eso. Solo he encontrado una pistola por este sitio y Jack es el que tiene más práctica. Las otras dos las tenemos desde que salimos del campamento, pero eso ya lo sabéis. De todas formas, no creo que haya ningún problema. No hay muchos caminantes por esta parte del pueblo. Además, estamos cerca de la carretera que quiero tomar- termina y todos asentimos.

Me levanto y ayudo a Nash a levantarse. Al principio se tambalea, pero después logra caminar con normalidad. Yo hago intención de ayudarlo, pero él me rechaza, diciendo que no está tan mal, que puede andar solo, así que lo único que hago es caminar a su lado.

Salimos de aquella sala que me ha cambiado la vida. Aunque, de todas formas, pienso hacer como si nada allí dentro hubiera pasado, como si no me hubiera enterado de que soy adoptada y de que tengo una hermana, Roxanne, que sigue viva y viaja con nosotros. Creo que eso va a ser mejor para mí.
Bajamos a la planta de abajo y nos encontramos con ruido. Llaman a la puerta, la toquetean. Por lo que parece, son cientos de manos, cientos de ellos.
Nos esperan fuera. No sé cómo saben que estamos aquí, pero de repente se me viene una idea a la cabeza.
Nos huelen. Tendrán pocas facultades mentales, o ninguna, pero el sentido del oído y del olfato lo tienen muy desarrollado.
Me recorre un escalofrío por toda la columna al pensar en todos ellos, allí en la puerta, esperando a que salgamos para devorarnos.
- No podemos pasar por ahí- dice Maya, cosa de la que todos nos hemos dado cuenta.
- Hay una puerta trasera. Podemos probar por allí- sugiere Larry y le hacemos caso.

Por la parte trasera del ayuntamiento no se escucha ningún ruido.
Es una puerta más pequeña que la delantera. Larry quita una cadena, agarra el pomo y lo gira despacio, abre la puerta lentamente y mira alrededor.
Abre los ojos y de pronto escuchamos muchos gemidos.
- No hay muchos pero están algo lejos. Me han visto y vienen hacia aquí, pero nos da tiempo a salir corriendo. Es ahora o nunca- dice Larry atropelladamente y sale corriendo.
Le seguimos.
Nash y yo vamos los últimos. Él no puede correr tan rápido.
Miro alrededor. Los zombis se acercan a nosotros y no solo los que estaban por la parte trasera, los que estaban toqueteando la puerta delantera nos han oído y también vienen hacia nosotros, dando un rodeo por el edificio.
No tardan en ser cientos de zombis. Vienen por todos lados.
Corro a toda velocidad, llevada por el miedo.
Pero Nash no puede correr a mi ritmo. No sé por qué está tan mal.
Nash tropieza y se cae. Al principio me quedo paralizada, horrorizada, recordando lo que les ha pasado a los que se han caído y han perdido los segundos que le quedaban de vida.
Pero yo no pienso permitirlo.
Corro a toda velocidad y apuñalo en la cabeza al zombi que está más cerca de Nash.
Luego ayudo a Nash a levantarse y él se levanta con mi ayuda.
Dispara a un zombi que nos bloquea el paso.
Me doy cuenta de que estamos solos, de que hemos perdido de vista a los demás, que corrían como locos.
Y los zombis nos bloquean el paso por todos lados.
Visualizo todo el lugar, infectado de zombis, buscando una escapatoria, buscando una posible salida.
Debo reaccionar rápido, debo encontrar el modo de salir antes de que sea demasiado tarde.
Y de repente lo visualizo. Hay un sitio por el que solo vienen dos zombis.
Corro ayudando a Nash, que apenas se mantiene en pie.
- ¡Nash, escúchame, no te duermas, dispara a ese zombi al que nos acercamos, yo me encargo del otro!- le grito lo más rápido que puedo y algo dentro de él parece despertarse.
Lo dejo un momento, el momento de cargarme al zombi que tengo delante, clavándole el cuchillo en su cráneo.
Oigo un disparo, luego otro y veo cómo Nash se carga con éxito al zombi que debía matar tras un par de intentos.
Pasamos por el hueco que queda antes de que los otros zombis nos atrapen y nos alejamos lo más rápido que podemos.
Nash se apoya en mí.
Seguimos sin ver a los demás.
Estamos perdidos.
Solos.
Solo quiero ir a un lugar seguro en el que Nash pueda descansar, sea donde sea.
Tengo que cuidarlo, tengo que intentar que se ponga bien. No puedo verlo así...

Llegamos a la carretera por la que Larry quería ir, pero sigue sin haber rastro de los demás. ¿Y si ellos no han podido sobrevivir? No, lo sabría.

Nash y yo nos adentramos por el bosque que hay alrededor de la carretera y paramos cuando ya estamos lo bastante lejos de San Anselmo y llevamos tiempo sin escuchar esos espeluznantes gruñidos de los zombis.

Nash se deja caer contra un árbol y suspira, cansado.
Yo me pongo a caminar de un lado a otro, en un mar de nervios, pensando qué hacer ahora, qué hacer en esta situación, si seguir adelante y encontrar a los demás o quedarme a cuidar de Nash. ¿Pero cómo? Si ni siquiera sé lo que le pasa...
- ¿Puedes parar de dar vueltas? Me mareas...- me dice Nash y me vuelvo hacia él.
- ¡Nash! Creí que te habías dormido...
- Que cierre los ojos no significa que esté dormido. Solo estaba descansando.
- Nash... ¿qué voy a hacer contigo? ¿Qué es lo que te pasa? Dímelo, sé que tú lo sabes...
Lo digo por decir pero de pronto adopta una expresión seria. He acertado, sabe lo que le pasa.
- Rachel... yo... yo...

Apocalipsis Zeta - Parte 1: En busca de un lugar seguroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora