ミCapítulo Siete彡

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La inquietud en el Omega no pasó desapercibida para los individuos que hablaban un poco más animados que antes, como si aquel estrepitoso suceso de horas atrás no fuese un hecho real sino algo de su imaginación.

—Me disculpan, pero necesito hablar con Joel —fue su respuesta luego de evadir las preguntas acerca de su familia—. No quiero sonar grosero, porque mi intención no es esa.

Martha asintió y se ofreció para llevarlo hacia la habitación de Joel. Erick agradeció en voz baja y se retiró acompañado de la Beta, quien en menos de tres segundos ya le narraba una historia que poco o nada le incumbía a él.

Por más que agudizara sus oídos no existía ruido que delatara un arranque grave de ira y que advirtiera irse lo más pronto de ahí. No, no había nada eso. Por el contrario, mientras más se aproximaba a la puerta blanquecina, una extraña quietud lo iba abrazando a tal punto de sentirse flotar sobre nubes.

Aquello sí que jamás se asomó por sus pensamientos.

Él había lidiado con cierta clase de Alfas que, muy poco, sabían controlar sus enojos. Y por ello nunca se acercaba a un Alfa que, posiblemente, va a terminar lanzando cualquier objeto hacia su cuerpo. Bien. Una vez sí quiso arreglar la situación y fue, sin duda alguna, la decisión más estúpida que pudo haber tomado.

Tres golpes bastaron para enrojecer sus nudillos y que su nariz se frunza ante el aroma.

Martha ya lo había dejado a su suerte después de, literalmente, desearle suerte y levantar ambos pulgares.

Vaya cuñada que tendrá en un futuro.

Aclara su garganta y golpea una vez más.

—Uhm, Joel, cariño. ¿Podemos hablar? Mi Omega estuvo a nada de romperme la cabeza por el desasosiego y, sinceramente, estoy muy preocupado por ti.

Nada.

Ni un mísero suspiro.

Erick no iba a rendirse fácilmente. Claro que no. A estas alturas ya no interesaba si un florero impactaba contra sus piernas. Ok, sí importaba y rezaba para que no suceda. ¡Pero está preocupado por su Alfa! ¿Acaso los demás no lo notan? Ok. No son pareja oficial. No hay una mordida que avale su relación. No hay un cachorro que valide su relación oficial ante los habitantes de la ciudad. Tampoco hay papeles o alianzas de por medios. ¡Pero él está seguro de sentir que nada está bien! Que su Alfa lo necesita. Y si debe competir con monstruos marinos o vete a saber con quién o qué, lo hará.

Porque ha caído profundamente enamorado de Joel y ese vacío que hay justo ahora en su pecho es tan doloroso que ni rasgando su piel va a detenerse.

No sabe cuánto ha pasado, pueden ser segundos, minutos u horas.

Así que gira hasta apoyar su espalda a la madera y se va deslizando con lentitud, terminando con el trasero en la pequeña alfombra. Estira sus piernas, coloca la derecha encima de la izquierda y empieza a jugar con sus dedos.

—No sé qué problemas tienes con él, o tuviste. Y tampoco es como si de la noche a la mañana vas a contarme, después de todo seguimos siendo extraños. ¿No es así?

Esperó una respuesta que jamás llegó.

Una risa amarga y sarcástica abandonó sus labios, perdiéndose en el vaho que también se fundió con ella.

—Me gustas, de una forma tan subliminal que me da miedo. He caído por ti como no te imaginas, y, aunque es bonito, también duele. Duele porque tenemos esta barrera de los aromas. No sabes lo mucho que deseo fundir mi cuerpo con el tuyo en un simple abrazo, pero resulta imposible. O incluso tomar tu mano con la mía —. Erick no sabe en qué momento las sonrisas se volvieron lágrimas, tampoco sabe el momento en que sus brazos rodearon sus piernas y ahora su rostro se esconde en el hueco que dejaron estratégicamente—. Si hubiese sabido que estar enamorado de ti iba a doler, créeme, que nunca permitiría tu ayuda para tomar ese libro. Créeme que me hubiese alejado por todos los medios posibles. Créeme que no hubiese aceptado ningún regalo tuyo. Pero fue imposible. Porque desde el primer segundo en que te vi, supe que eras mi destino. Mi buen y cruel destino. Tan dulce como la miel, pero amargo como el café.

Y mientras Joel lloraba por el pasado.

Erick lloraba por haberse enamorado.

Esa noche dos almas destinadas a encontrarse se hundieron en las tinieblas de un futuro incierto. La Luna tampoco brilló.

|N|O|T|A|

Bueno, yo solo vengo a desearles un buen inicio de semana <3

Y avisar que la historia ya está por terminar. 

Besos.

Café y miel || JoerickWhere stories live. Discover now