💜Esta es una adaptación de la pareja Jihope💜
Jimin era uno de los sultanes más poderosos de arabia, su enorme palacio de fuego en Abu Dhabi era impenetrable, todos los ciudadanos le veneran y respetan por la riqueza de su ciudad, pero, el joven Su...
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El Faraón nunca pudo estar relajado, su hijo mayor no aparecía por ninguna parte por más que le llamó desesperado y con insistencia, los guardias los consideraba unos ineptos y ninguno de la Corte había visto nada por estar ocupados con sus frívolas vidas, además de chismear entre ellos.
Pero algo hacía que sintiera un intenso dolor de cabeza.
El sultán.
Nadie le había visto después de la cena, lo cual le hacía pensar que probablemente había regresado a Abu Dhabi con su hijo-
Pero ¿Sin decir nada?
No podía encontrar lógica por más que meditara la situación.
Suspirando y rendido por el cansancio pensó en recostarse, tal vez el sueño le aliviaría, pero, no tuvo la oportunidad de sentir la cómoda cama cuando un guardia entró avisándole que el sultán deseaba verle.
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De mal humor caminó determinado con el ceño fruncido hasta una sala privada donde distintas figuras egipcias de oro se alzaban al lado del trono del Faraón y cínicamente ahí estaba sentado Jimin acariciando con las grandes manos el asiento.
-¿Cómo te atreves a sentarte en el lugar del Faraón?
Dos guardias apuntaron a Jimin con las lanzas filosas.
-Tengo mucho derecho, más del que imaginas.
-Niño insolente, esto es demasiado.
-Debemos hablar.
-Jaa, tú me pides hablar cuando no hay ningún tema que tratar.
-¿No quieres saber dónde está tu preciado hijo?
El hombre sintiéndose amenazado además de no darle más opción, ordenó a los guardias bajar las armas y retirarse.
El alto se levantó y caminó hasta donde se encontraba de pie, ambos retándose sin huir de la dura mirada.
-¿Cómo te atreves a hacerle eso a mi hijo, a tu esposo?
Jimin negó con la cabeza.
-Ya no es mi esposo.
Había sorpresa en el rostro del Faraón, el cual, sin entender, caminó hasta su respectivo lugar sentándose con la arrogancia que le caracteriza.
-¿Él terminó con el matrimonio?
-No... Fui yo.
Suspiró con pesadez.
-¿Qué pretendes?
Jimin sonrió sintiéndose apenado por Taemin, tal parecía que a su padre no le importaba su bienestar, lo que más era importante, era el oro.
