Favorecido por los dioses

79 14 4
                                    

-Vaya, que ser más estúpido.-digo al ver lo torpe que pueden ser las personas.

Ver a los humanos preocuparse  por vivir es de las cosas más divertidas, más cuando sabes que su paso por el mundo es tan fugaz como el aleteo de una mariposa. No pueden evitar morir, pero se aferran a una vida que no les pertenece.

Son criaturas divertidamente estúpidas.

-Oye tú, te estás burlando de mí?

La voz de la chica sentada en la azotea, meciendo sus pies en el vacío, me sorprende. Sus ojos negros siguen mirando directamente a los míos.

Es la primera vez que pasa, al menos la primera vez que un humano sano y lleno de vida es capaz de mirarme a los ojos.

Algo debe ir mal. Quizás es debido a mi estado actual.

Aún así no es posible.

Soy un ángel convertido en parca, el más temible mensajero de la muerte. Un demonio más que un ángel. Vivo únicamente para tomar como mío el último soplo de vida de los frágiles humanos.

Miro despacio en ambas direcciones para estar seguro de que somos los únicos aquí. Sólo las escobas viejas y las puertas rotas nos acompañan desde el otro extremo.

-Eh, tonto-dice levantándose de donde está, mientras sacude el polvo de su uniforme.-Crees que puedes llamarme estúpida e ignorarme tan fácilmente?

La miro un poco más antes de hacerme una idea. Tiene los puños cerrados, como si quisiera golpearme.

La chica está loca, sabe si quiera a quien tiene en frente?. El hecho de que ahora esté herido no se traduce en que alguien tan insignificante pueda hablarme de esa manera.

-Ajá, mírate pretendiendo que no me escuchas-suelta de repente.

Paso a su lado sin dejar de mirarla y con mi mano izquierda deshago su postura. Sigo mi camino hasta las escaleras y ella grita algo, pero no le presto atención.

Mi error.

Una de las escobas aterriza en mi cabeza. Volteó lentamente, incrédulo, y la veo con los brazos en la cintura. Su larga cabellera, se mueve levemente con el viento.

No voy a mentir, estoy bastante asombrado. Desde, no sé, ¿siglos? He mantenido mi distancia con los humanos, al menos con los que aún siguen vivos. Esas criaturas vulnerables me repugnan. Al menos hasta hoy, así fue.

Siendo lo que soy, pocas veces me vi en la necesidad de interactuar con ellos.

-Qué eres?-pregunto un tanto sorprendido.

-cómo que qué soy? soy una mujer, que no ves? Una muy guapa, por cierto. Cómo te atreves a llamarme estúpida y luego ignorarme-dice molesta acercándose a mí sin ningún reparo.

-Alto-exijo, pero ella solo se detiene hasta estar a un paso de distancia.

Es una criatura pequeña, frágil y sus ojos brillantes me examinan de arriba a abajo con desconfíanza.

-Eres un delincuente o algo así?-pregunta sin poner distancia.

-No te comprendo.

-Tus ropas son muy extrañas, no tienes calor con toda esa ropa? Estamos a mitad del verano.

Antes de romper las reglas y tomar su existencia sin permiso, prefiero ignorar a la humana y marcharme.

-Los hombres no están permitidos en un convento-me dice interponiéndose ante mí con la mano en la cintura.

-Bien, pues no soy un hombre-digo a punto de tomar la puerta para salir de una vez por todas de su presencia.

-No me jodas-me responde casi riendo-si te ves como un hombre, quién diría que eres una de las monjitas. Tú disculpa, que si no llevan ustedes el hábito se confunde uno.

-No soy una monja-respondo subiendo levemente el tono sin entender por qué, generalmente me mantengo sereno.

-Pues, antes haz dicho que no eres un hombre. Lo haz dicho tú, vale, no he sido yo.

-No tengo tiempo para lidiar contigo, humana, apártate.




Nota de la autora
Hola! Aquí yo con un fic nuevo, es el primero que escribo de mi amada pareja SesshRin, en teoría será un fic corto, espero les guste! Nos leemos😘

La Muerte Y La FlorWhere stories live. Discover now