El difícil camino a seguir

38 10 1
                                    

Ya seas un humano, un ser celestial o un demonio todo ser vivo le teme y respeta por igual a la madre superiora Kaede.

No estoy mintiendo. Es una anciana cuya presencia hace guardar silencio y rendir explicaciones a cualquier ser vivo.

Aunque también es la persona más amable del mundo. Bueno, al menos del mundo que yo conozco.

-Deja que te vea y me las pagarás!-grito creyendo estar sola mientras me dejó caer nuevamente en la camilla.

-Rin, a quien le gritas?-La madre superiora Kaede entra a la enfermería apoyada en su bastón.

Me levanto al escuchar su voz y me esfuerzo por sonreírle justo antes de empezar mi justificación.

-Juro que no sé quién ese sujeto, ni qué hace aquí, madre superiora-me apuro a decirle

-De qué hablas, cuál sujeto?. Oh, mi pobre niña, debes haberte lastimado la cabeza al caer. Recuéstate y cuéntame despacio qué fue lo que pasó.

Su respuesta me deja confundida. Creí que ella se había topado con aquel desconocido, pero al parecer no fue así.

-Dime, cómo es que terminaste cayendo sobre el altar? Sé que eres muy inquieta, pero esto ya es demasiado, niña.

-Pues es que yo...-dudo en responder pues de por si se me hace difícil hilar con coherencia lo que ha pasado-Me distraje con las pinturas del techo y luego me caí-logro articular finalmente y acompaño mi respuesta con mi mejor sonrisa en un intento por parecer sincera.

-Es eso así?-La madre superiora me mira con un gesto de incredulidad pero no insiste.-De cualquier forma, para alguien tan bajito como tú es muy peligroso lo que estabas haciendo, le diré a Sor Úrsula que ya no te incluya más en las labores del templo.

-Ay, no, por favor madre superiora, si hace eso me enviara de regreso a limpiar los establos!-chillo tomándola del brazo

-Por ahora descansa-es su respuesta mientras me obliga a recostarme.

-Pero-intento quejarme nuevamente.

-Rin, vine porque necesitamos hablar de esto. Yo soy una anciana a punto de morir...

Oh, santo cielos, otra vez está conversación

-Kaede-sama...

-No me interrumpas, Rin-dice tomando mis manos entre las suyas-Pronto cumplirás 18 años y no hay forma de que pueda seguir protegiéndote. Por favor, al menos piensa en unirte al noviciado.

Separo mis manos de las de ella y acomodo un mechón de mi cabello detrás de mí oído derecho.

-Kaede-sama, realmente no puedo hacer lo que me pide. Usted también lo sabe, lo que más deseo en el mundo es tener mi propia familia.

-Pero Rin, si te vas estarás sola en un mundo que no conoces.

-Lo sé, estar sola me asusta pero si no me voy ahora jamás conoceré ese mundo. No quiero seguir estando sola, madre superiora. Dado que mi familia murio lo único que he anhelado es eso, una familia.

-Rin, tú ves la vida de un color muy distinto al resto. Eres pura e inocente, tú corazón es demasiado bueno, por eso te llamamos Lirio. Entiende mi preocupación, el mundo fuera de estos muros es ...

-Kaede-sama, por favor, no intente asustarme. Estaré bien.

La Muerte Y La FlorOnde as histórias ganham vida. Descobre agora