Cap. 7 - Yuri

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   Natsuki estaba caminando rápidamente por las veredas mientras un fuerte viento se había levantado. A veces tenía que apretar fuerte su bolso para que no se le volara. Sin embargo, eso no la detenía. Tenía que ir a ver su novia. Quería ver a Yuri. Necesitaba ver a Yuri. Por eso, siguió caminando.

Natsuki caminó y caminó hasta que llegó a una pequeña casa escondida entre las calles. Era de dos pisos y angosta, aunque parecía acogedora. Con su respiración agitada debido a la velocidad con la que había caminado, se acercó a la puerta y tocó el timbre. Había comenzado a hacer frío y el sol estaba escondiéndose en el horizonte. Natsuki se abrazó a ella misma tratando de darse un poquito de calor.

Ella esperó unos segundos hasta que la puerta se abrió. Desde atrás, Natsuki vio la silueta de una fina mujer alta de cabello largo y violeta. Tenía una mirada muy dulce y una sonrisa cariñosa. La miró hacia Natsuki y preguntó:

- Buenas tardes, ¿qué desea?

Natsuki: Hola, señora – saludó cordialmente -. Soy la nov... - frenó de repente y continuó hablando nerviosa -. Soy una amiga de Yuri, mi nombre es Natsuki. Quería saber si Yuri se encontraba en casa. Quería pasar a visitarla.

- ¿Natsuki? Oh, ¡al fin te conozco!

Para la gran sorpresa de Natsuki, la mujer se le acercó y le dio un cálido abrazo. Continuó hablándole cariñosamente:

- Soy la madre de Yuri. Ella se la pasa hablando de vos. Me alegra al fin verte en persona.

Natsuki: ¿E-ella habla de mí? – preguntó sonrojada.

Madre: ¡Claro! Oh, sos tan tierna y linda como ella te describió.

Natsuki: G-gracias...

Madre: Me alegra que hayas venido – cambió su sonrisa para mostrar preocupación en su rostro -. Yuri estuvo todo el día encerrada en su habitación y no salió ni para comer. Estoy muy preocupada. ¿Crees que vas a poder hablar con ella?

Natsuki: Sí, para eso vine. Quería ver cómo estaba.

Madre: Pasá, que hace frío.

La mujer la invitó a entrar mientras cerraba la puerta, haciendo que Natsuki sienta un reconfortante calorcito. Vio que en frente tenía unas escaleras que llevaban al piso de arriba.

Madre: La habitación de Yuri es la primera puerta subiendo las escaleras. Andá a hablar con ella, por favor.

Natsuki asintió. Dejó su bolso en un costado y subió. No tardó en encontrar una puerta decorada con un cartel de madera con el nombre "Yuri", el cual estaba pintado de violeta. Natsuki no dudó un segundo en tocar la puerta. Al instante escuchó el grito de Yuri desde dentro:

Yuri: ¡No quiero hablar, mamá! ¡Te pedí que me dejes sola, por favor!

Natsuki: Soy yo... Vine a verte.

Se escuchó un silencio. Natsuki se quedó apoyada en frente de la puerta. Cerró sus ojos.

Natsuki: Dijiste que me necesitabas, ¿no? Jamás dejaría a mi novia sola. Acá estoy. Vine para demostrarte que no sos una inútil. Todo lo contrario. Vos hacés que mi vida sea más interesante y divertida. Vos sos la razón por la que me levanto todas las mañanas. Te quiero con todo mi corazón, Yuri. Dejame darte un abrazo. Me muero de ganas de darte un abrazo... Por favor.... Por favor... - susurró mientras una lágrima caía por su mejilla.

Una vez más, desde dentro de la habitación se escuchó silencio. Se quedó así por unos segundos hasta que Natsuki escuchó cómo la traba de la puerta giraba. La manija se bajó mientras muy lentamente la puerta se iba abriendo. Por la pequeña ranura, Natsuki pudo ver a su novia, quien tenía sus ojos rojos de tanto haber llorado y su rostro muy triste.

El poema y el cupcake (YurixNatsuki)Where stories live. Discover now