Por Ella

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.Se puede ver a un Katsuki de 16 años sentado en una de las bancas del parque usando su teléfono. Varias personas se encontraban caminando juntos o platicando, incluso había varios niños que jugaban a la distancia. Podía reconocer a varios de sus antiguos compañeros de secundaria, algunos intentaban acercarse a él, pero con una mirada siempre los alejaba, algunos decían que era mejor no acercarse porque era un salvaje y se juntaba con un quirkless, o simplemente lo ignoraban.

Esto no era algo que le molestara, ya estaba acostumbrado a juntarse solo con Izuku, y recientemente con la chica planta en sus sesiones de entrenamiento, así que disfrutaba estos momentos donde nadie lo molestaba.

–¿Bakugou-san? – la voz de alguien hizo que alzara quitara la vista de su teléfono topándose con Ibara la cual iba vestido con un simple vestido blanco acompañado de una chaqueta roja, llevaba unos tenis deportivos negros, y en su brazo tenía una canasta de flores.

–¿Qué carajo haces aquí? – viendo de forma irritada a Ibara, quería que se fuera pronto, si bien ya llevaban unas semanas entrenando, su relación era de simples conocidos, nada más que eso

–Bueno, cuando tengo tiempo libre vengo a vender flores a los parques de la ciudad, no esperaba encontrarte aquí y menos tan...solo– Su respuesta fue sencilla y directa, manteniendo su rostro sereno en todo momento

–¿Y a ti que mierda te importa si estoy solo o acompañado? Me gusta estar solo, si me junto con otros es solo porque me van a servir para entrenar– levantándose irritado ante lo que Ibara le había dicho, no necesitaba de nadie, le bastaba con tener de amigo a Izuku, los demás eran simples extraños que le servían para entrenar.

–Vaya, tu vida suena bastante triste– las palabras que Ibara había dicho se habían quedado clavadas en la cabeza de Katsuki ¿triste? Su vida era genial, sus padres ganaban considerables cantidades de dinero, así que cosas materiales nunca le faltaron, era un prodigio para la mayoría de cosas en las que se interesaba, tenía un amigo que siempre lo apoyaría, e incluso se le ofreció una oportunidad para ir a una buena universidad, su vida no era triste

–¿Por qué mierda piensas que mi vida es triste? Tengo todo lo que necesito, un quirk que me va a ayudar a alcanzar mis objetivos, un amigo que no me va a dar la espalda, padres que ganan los suficiente como para darme lo que quiero, y el talento natural para el combate, mi vida es muchas cosas, pero triste no es una de esas–

–Pero estas solo, y eso es algo triste, dices que tienes un amigo, pero nunca estas con él, ni siquiera hablas de él. Y tal como veo las cosas, nadie quiere acercarse a ti por miedo de que los ataques–

Ella estaba haciendo que su paciencia llegara a su límite, ¿Quién demonios se creía para decirle todo eso? Si a su parecer su vida era triste, ¿Qué mierda le importaba? Ella no formaba parte de ella, así que no debería importarle –Escúchame bien maldi... – se detuvo a media oración al ver que Ibara le estaba dando una flor –¿Por qué me estas mostrando tu jodida flor? Yo no la quiero–

–Pero te la estoy ofreciendo, sé que estar solo puede sentirse feo, así que siempre que tengas esta flor no volverás a estar solo– Una pequeña sonrisa adornaba su rostro mientras le ofrecía la flor a Katsuki, solo para que se desvaneciera al ver como este golpeaba su mano haciendo que la flor cayera al suelo –Oh– agachándose para recogerla solo para que la pierna de Katsuki se pusiera en su camino –¿Podrías quitar tu pie? Quiero recoger mi flor– viendo a Katsuki con la poca serenidad que le quedaba al ver lo obstinado y agresivo que era

–Vete de aquí y quitare mi pie, solo entonces podrás recoger tu jodida flor– moviendo su pierna en diferentes direcciones para evitar que Ibara pudiera recoger la flor del suelo

La Pesadilla Del InfiernoWhere stories live. Discover now