Crecimiento (Parte 2)

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Wei Wuxian describió rápidamente que al igual que el su hija amaba la voz de su padre.
Durante si embarazo Lan Wangji había cantado para en en un intento por permitirle dormir lo cual había funcionado pues si voz tranquilizaba a su pequeña y ahora que ella ya estaba con ellos no era diferente.

Todas las tardes después que Lan Wangji regresara a su hogar luego de una larga jornada como Líder de Secta y Cultivador en Jefe se sentaba junto a su esposo con su pequeña en brazos y cantaba la canción de cuna que su madre cantaba para el y que era el único recuerdo claro que tenia de ella, Lan Yu se quedaba en silencio escuchando atentamente la voz de su padre hasta caer dormida.

Wei Wuxian siempre sonreía ante aquella imagen pues su esposo se veía muy tierno sosteniendo a su hija.

—Lan Zhaaaan— llamo —Nuestra hija ama tu voz tanto como yo

Sin bien la expresión del Segundo Jade no cambio Wei Wuxian pudo ver en sus ojos lo muy feliz que este lucía.

Sabia que para el tenerlo a el y a sus hijos era un sueño, durante trece años había anhelado el regreso de la persona que amaba creyendo que todo lo que había deseado y soñado no era más que una ilusión, pero ahora mas de trece años después podía disfrutar del hombre que amaba y de la familia que habían formado juntos.

La mañana siguiente los recibió con un brillante sol y lo que parecía ser un día agradable, Lan Wangji fue el primero en levantarse pues el preparaba el baño tanto para el como para su esposo que afortunadamente había cambiado sus terribles ciclos de sueño para poder atender a su hija, Wei Wuxian fue el siguiente pues debía alistar a su hija para su ajetreado día, la pequeña los había sorprendido hacia un tiempo atrás pues ya era capaz de pararse –claro esta debía sostener de algo para no caer– pero aquello los había legrado bastante.

Wen Qing había dicho que parecía estar bien, que la constante transferencia de energía espiritual la estaba ayudando a mantenerse fuerte, sin embargo la incertidumbre de no saber si sería capaz de formar su propio núcleo los estaba carcomiendo por dentro y no había nada que hacer más que esperar.

Bueno, los Lan eran muuuy pacientes.

Tres años después

Las épocas frías habían vuelto al Receso de las nubes y la nieve cubría todo dándole aún más una sensación de ser un lugar divino.

—Ya es tarde, El Gran Maestro va a castigarme— murmuraba un discípulo —No hay nadie, no se darán cuenta si "camino" un poco más rápido.

Pero antes de dar un paso más choco con algo, al ver hacia abajo logró ver un pequeño rostro sonriente y un pequeño cuerpo envuelto en un grueso abrigo blanco.

—¿Lady Lan?— pregunto, la pequeña so asintió ante de poner un dedo en sus pequeña boca —No quiere que nadie sepa— la pequeña le sonrió

Cualquiera que la viera sabría reconocer los rasgos  de sus padre en ella, el brillante cabello negro heredado de su padre, la sonrisa brillante cual sol de su madre y su hermosa piel blanca.
La forma de su nariz era heredada de Madam Lan y la de sus labios de Cansé  Sanren, sus ojos eran todo un misterio tendían a cambiar de color.

—Sus padres deben estar buscandola— le dijo una vez se hincó a su altura

La pequeña pareció pensarlo haciendo una pose que le recordaba mucho a su hermano Lan SiZhui antes de solo extender los brazos.

El joven la tomó en brazos y se dirigió a la cabaña de las Gencianas la residencia  del matrimonio  Lan–Wei un ligar que todos los discípulos visitaban con frecuencia para consentir a su pequeña mente.

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