Spoiler

1.8K 107 8
                                    


Llegando a casa, invite a Serkan a pasar y tomar algo, Kiraz estaba en casa de su abuela, así que estaríamos solos. Mentiría si dijera que no lo quería a mi lado, porque con el pasar de los días y después de cinco años separados, sentía que lo necesitaba más que nunca y no solo como el padre de mi hija (de nuestra hija) sino como mujer, lo necesitaba tanto, pero era inevitable que mis miedos e inseguridades entraran en juego.

Sentados en la sala, muy cómodos y después de hablar por un buen rato de distintos temas, entre ellos trabajo, nuestra hija y familias. El silencio se apodero de nosotros, mientras el jugaba con la copa ya vacía en sus manos, mi corazón se acelero sin motivo alguno, podia oir sus latidos y de continuar así de seguro él también lo oiría. De repente dejo la copa en la mesa, se dió la vuelta, me miro a los ojos, con esa mirada penetrante que solo podía reconocer en él.

Acercándose a mí lentamente, poso una de sus manos en mi cabello acariciándome con tanta dulzura, sin saber que hacer me quede inmóvil, no sabia cómo reaccionar ante su toque, no podia evitarlo, con una sola caricia suya, mi corazón se desbocada.

- Eres tan hermosa, demasiado hermosa.

Cerre mis ojos, disfrutando del momento. Podía sentir que mi respiración se empezaba agitar y mi corazón latía tan fuerte que era imposible seguirme negando todo lo que Serkan aun me hacia sentir. Pasados algunos minutos, abrí los ojos y me encontré con sus hermosos ojos y esa mirada que años atrás se apoderaba de mis sentidos.

Cada vez se acercaba más a mi, solo para  hundir su rostro en mi cuello, respirando profundamente inhalado mi aroma, acto que imite sin pensarlo, su olor era delicioso, era como estar en casa de nuevo, como si nada hubiera pasado, como si aun estuviéramos juntos. Mi cuerpo estaba reaccionando positivamente a su presencia y sus caricias, pero habia algo en mi mente que evitaba que me entregara por completo al momento.

- Hueles deliciosamente, tu olor sigue siendo tal y como lo recordaba.

Se separo un poco de mi, mirándome con un brillo especial en sus ojos, recorrió mi cuerpo de arriba abajo con la mirada, sin disimulo alguno. Acerco su mano a mi rostro y la dejo sobre mi mejilla pero sin llegar a tocarme, solo sintiendo el calor de su mano, el anhelo que me tocará crecía con forme el tiempo pasaba.

Como si pidiera mi aprobación para poderme tocarme, empezó a recorrer mi rostro conservando la distancia que el mismo habia impuesto, hasta que llego a mis labios, sin poder resistirlo más, necesitaba que que me tocara y en un movimiento simple acerque mi rostro a su mano eliminando el espacio entre nosotros, toco mis labios como nunca antes, su tacto era suave, cerre una vez más los ojos, sintiéndolo, vago por ellos durante algún tiempo. Pero cuando rompió el contacto, me di cuenta que había empezado a recorrer mi cuerpo como lo habia hecho minutos antes, sin llegar a tocarme.

Sus no caricias me estaban enloqueciendo, el calor de sus manos sobre mi cuerpo aumentaban mi deseo por el, las sensaciones que me provocaba estaban empezando a tomar el control dejándome a merced de la pasión. Sus caricias se mezclaban con simulación de besos que podria dejar sobre mi cuerpo. Empezando por mi cuello, siguiendo por mis hombros, bajando por mis clavículas llegando a mis pechos. Podia sentir como el ambiente subía su temperatura.

- Eda, mi amor, perdoname por favor. Dijo, mientras seguía recorriendo mi cuerpo.
- Se que cometí muchos errores, pero por favor dale una oportunidad más a nuestro amor, se que me sigues amando como yo a tí.

Mi mente así como todo lo que estaba sintiendo estaba viajando por mi cuerpo a una velocidad increíble, en medio de la excitación que sentia le dije a Serkan:

- Por favor Serkan no me hagas esto, mi respiración se entrecortada, no podre contenerme de seguir así. Dentro mío se esta librando una batalla entre mis sentimientos y mi lógica.
- No te contengas más, solo ríndete, ríndete a mí a nuestro amor, deja que esta noche triunfe nuestro el amor.

Se acercó a mi rostro, me miro e intento besarme, pero en un segundo y sin saber el porqué voltee mi rostro evitando el beso. Con este acto tan simple y estúpido de mi parte, la magia del momento que estabamos compartiendo se rompió y el brillo de sus ojos se desvaneció sin más. Se alejo de mi de golpe, no pasaron ni cinco segundos para darme cuenta que lo que habia hecho habia sido una gran estupidez.

- Perdón, no quise ofenderte otra vez. Se levanto del sofá. Disculpame no debí, una vez más me comporto como un imbécil, siempre lo arruino todo.

Me quede allí petrificada, en silencio. Vi como cogió su chaqueta y se dirigió hacia la puerta no sin antes pedirme una vez más disculpas. Mis pensamientos iban y venían, desde nuestro reencuentro ya nos habiamos besado, pero la intimidad de este momento lo hacía completamente distinto.

"Tengo tanto miedo que Serkan vuelva a fallarme, que me haga daño una vez más, que me aleje de él, si llegara hacerlo esta vez no podría soportarlo, ya no estoy sola, esta kiraz y debo cuidarla a ella también. Pero tambien se que Serkan me ama, me sigue amando después de años, me ha demostrado que quiere luchar por nuestro amor, porque formemos una hermosa familia y eso me llena de esperanza."

Me levante, camine hacia la puerta, el ya habia salido y se dirigía hacia su auto, podía verlo por la ventana. Me debatía entre mis inseguridades y este gran amor, apesar de todo lo seguía amando tanto o más que el primer día, si esta fuera nuestra última oportunidad de ser felices, de curar nuestras cicatrices, de sanar nuestros corazones, de darle una familia a Kiraz. Sin pensarlo más abrí la puerta para ver como él venia caminando de regresó.

Esa noche me rendí a él, a nuestro amor, me rendí ante la posibilidad de un amor más maduro capaz de sobrevivir al paso del tiempo. Corrí hacía Serkan, cuando me encontré con él me aferre a su cuello sin darle tiempo lo bese, nuestro beso estaba lleno de pasion y  deseo desenfrenado, hundí mis manos entre su cabello acercándolo más a mí, profundizando más nuestro beso.

Nuestros labios se conocían tanto como el primer día, mientras yo sujetaba su labio superior, él tomaba mi labio inferior, que al tiempo abriremos nuestras bocas para dar ingreso a el otro y nuestras lenguas danzaran como hacía cinco años no lo hacían. Pasados algunos minutos y sin quererlo nos vimos obligados a separarnos para tomar un poco de aire.

Nuestro labios estaban hinchados, sentia que mi rostro quemaba, en sus ojos solo podia ver deseo y mucho amor. Acariciando mi rostro y dejando su mano en mis labios para acariciarlos., dijo:

- Te amo como un loco Eda Yildiz
- Vamos adentro, dije tomándolo de la mano

No había marcha atrás, un día le dije que no volvería abrir mi puerta a él, y ahora me encontraba tomándolo de la mano, llevándolo de regreso a mi vida. Entrando en casa con apuro y  cerrando la puerta de una patada dimos rienda suelta a cinco años de amor contenido.

SOMOS DESTINO - EDA Y SERKANWhere stories live. Discover now