CAPITULO 3

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-princesa, ¿Qué fue lo que...? -se queda estupefacto al ver cómo Paula está empacando desesperadamente su ropa dentro de una maleta -paula, ¿Que estás...?

-que no es obvio - contesta con un tono de voz alterado - fue un error, en el fondo sabía que era un error, yo no puedo estar aquí, no puedo

-princesa - cierra la puerta y camina lentamente hacia ella -estas adelantando te, respira un poco y...

- ¿No fue para tanto? -alega fulminándolo con la mirada -me congelé, no tenía la más mínima idea de cómo hablarle ni de cómo tocarlo, verlo correr hacia mi mientras me decía mamá fue aterrador

-prin...

-no -niega con la cabeza -no sé cómo tratarlo, lo hice llorar, ese niño lloro por mi culpa y estoy segura que no será la última vez que lo haga, así que lo mejor es que me vaya y cuando mis recuerdos vuelvan volveré, sí, eso es lo que debo hacer - toma un par de camisas más del armario y las tira a la maleta, justo cuando estaba por cerrarla, unas fuertes y grandes manos se posan sobre las suyas

-sé que no es fácil - asegura con un tono de voz tenue -pero créeme cuando te digo que si te vas ahora te arrepentirás en el momento que tus recuerdos vuelvan, solo respira y verás que las cosas empezarán a tener sentido, ¿Si?

-yo...esto es tan extraño, te juro que intento recordar, yo realmente intento adaptarme a todo esto, pero simplemente me sobre pasa, nada es como era, ya no sé qué es real, yo... Yo... -sus palabras se ven interrumpidas debido a un par de gotas saladas que comienzan a rodar por sus mejillas

-princesa - es lo único que dice antes de estrecharla entre sus brazos - todo va a estar bien, solo es cuestión de tiempo, ya verás que con la convivencia y el pasar de los días empezarás a conocerlos y a quererlos

-me quiero ir, por favor Matt llévame contigo, no quiero estar aquí, no quiero estar rodeada de desconocidos, no quiero - repite un par de veces entre lágrimas

- no digas eso princesa, tanto Alan como Ryan son las dos personas que más amas en este mundo, son tu motor y razón de ser, tu...

-eso era antes de que perdiera todos mis recuerdos respecto a ellos - menciona con cierta frustración mientras despega su rostro del pecho de su amigo - ahora mismo los veo y es como si estuviera frente a dos completos extraños, está casa, todos estos muebles y lujos me hacen sentir fuera de lugar, no me gusta estar aquí, me quiero ir, por favor Matt llévame contigo, yo...

-princ...

-bien - se aleja con fuerza - si tú no me quieres ayudar lisa lo hará, ella si entenderá mis razones - intenta tomar la maleta, pero su amigo se lo impide sujetándola fuertemente de un brazo

-solo han pasado un par de horas, por lo menos dales la oportunidad de conocerlos, son tu familia, ellos te adoran Paula, te juro que si en un par de días te sigues sintiendo así yo mismo vendré por ti, pero dales una oportunidad...

- ¿Y si me vuelvo a congelar con el niño?, ¿Y si lo hago llorar otra vez? -inquiere con temor -No, tal vez la Paula de 32 años podía lidiar con eso, pero ahora mismo me siento como la Paula de 26 y te puedo asegurar que es algo que me sobrepasa...

-no es verdad -asegura colocando ambas manos sobre los hombros de su amiga - ya sea la Paula de 32 años o de 26, sigues siendo tú, así que no te ahogues en un vaso con agua

-eso muy fácil para ti decirlo -alega con el ceño fruncido

-tal vez, pero ...

-pero nada -coloca ambas manos sobre el pecho de Matt y lo empuja con fuerza - de la noche a la mañana todo es diferente, yo abrí mis ojos y me encontré con que estoy casada nada más y nada menos que con mi jefe, un hombre al que nunca le había visto la cara más que en revistas de farándula y uno que otro programa de televisión y por si las cosas no fueran más raras resulta que tenemos un hijo, un hijo que se llama igual que mi hermano. Todo esto es de no creer, no es algo fácil de entender y mucho menos de asimilar, así que no me salgas con la mierda de que no me ahogue en un vaso con agua por qué para tu información todo esto es más como un estanque que un estúpido vaso con agua

-bien -toma la maleta que se encontraba sobre la cama y se dirige a la puerta para abrirla, pero antes se gira y clava su mirada sobre los orbes de su amiga - vámonos, pero recuerda que estás cometiendo la mayor tontería de tu vida

-una tontería fue venir aquí - pronuncia con un tono de voz tajante

Sin nada más que decir Matt gira la perilla de la puerta y en el momento que está se abre se puede ver la figura de un hombre, este era nada más y nada menos que Ryan, el cual por supuesto había escuchado cada detalle de aquella conversación. El desconsuelo y abatimiento era más que visible en su mirada

-Ryan...-aunque el moreno intento excusarse la verdad era que las palabras no salían o se habían quedado atascadas en su garganta al ver el rostro derrotado de Ryan

Las miradas de Ryan y Paula se encontraron por unos minutos, y aunque ninguno de los dos soltó alguna sílaba era obvio que se podía sentir la tensión en el aire

-lo siento -siseo cabizbajo el moreno pasando por el lado de Ryan

Paula no sabía que decir así que se limitó a agachar la mirada y pasar lo más rápido posible por el lado de su esposo, de repente algo o más bien alguien la detuvo sujetando una de sus manos

-por favor, no te vayas así...yo...yo... -su voz comenzó a quebrarse y aquella mano con la que sostenía la mano de esposa comenzó a temblar

-tu harías lo mismo en mi lugar - sisea mientras se zafa del agarre de su esposo

Una vez estuvo libre se precipitó hacia la sala para poder salir de aquel lugar lo más rápido posible, pero aquella carrera que lleva se vio frenada en el instante que su mirada se cruzó con la de un pequeño que miraba con horror la maleta en manos de Matt

-mami -musito con desolación

En el instante que los ojos del pequeño comenzaron a tornarse rojos por las lágrimas que empezaron a bajar sin ningún control sobre sus mejillas, algo dentro de Paula se sintió extraño, un fuerte pinchazo agudo comenzó a golpear su corazón una y otra vez, aquel dolor comenzó hacerse cada vez más grande cuando el pequeño se aferró una vez más a sus piernas

-no te vayas, no me dejes, mami, mami, no me dejes, mami, mami... - repetía una y otra vez entre lamentos

-cupcake -intenta alejar al pequeño, pero este se aferra con fuerza a las piernas de su madre

-No, no -negaba con la cabeza -mami, no te vayas, mami, mami...

-cariño -rápidamente Jenny se inclina y trata de consolar al pequeño -mami no se va a ir, ¿Verdad?

Paula estaba casi idea, su rostro se encontraba completamente blanco como una hoja de papel

-mami, mami... -repetía el pequeño sin que sus lágrimas dejaran de rodar por sus mejillas

-cupcake - sisea al mismo tiempo que acaricia la espalda de su hijo -suelta a tu mamá, ¿Si?

-no, no quiero, no lo haré, nunca, nunca

Al ver cómo aquel pequeño se aferraba con fuerza a ella mientras lloraba desesperadamente y le pedía que no se fuera logro traer a ella un pequeño flashback del día en el que pudo ver el rostro de su hijo luego de nueve largos meses, aquellos sentimientos de felicidad, nostalgia y euforia que sentido en ese momento lograron hacerla despertar del trance en el que estaba

-Alan, suelta a mamá, ella...

Antes de que Ryan pudiera decir algo más, Paula se inclina hacia su pequeño hijo y lo toma entre sus brazos

-lo siento, lo siento, lo siento -repetía sin dejar de rodear el cuerpo de su pequeño hijo

-mami...

-lo siento, mami es una tonta, mami no se va a ir, mami no se va a ir... - menciono entre sollozos

FRAGMENTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora