CAPITULO 14

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-viva, viva –grita entusiasmado el pequeño corriendo hacia la orilla del mar

-ni un paso más, Alan –le advierte mientras instala la sombrilla

-pero...

-nada de peros –interviene, mirando firmemente al pequeño – ni un paso más, ¿entendido?

-sí, papá –asiente con las mejillas abultadas

Al ver como su pequeño hijo infla sus mejillas, les resulta casi que imposible a los dos no soltar una pequeña carcajada

-Alan, cariño ven aquí –solicita, mientras empieza a buscar dentro de su bolso

El pequeño se acerca rápidamente a su madre, pero en el instante que paula saca el bloqueador el pequeño se esconde detrás de su padre

-no quiero –sisea, aferrándose con fuerza a las piernas de su padre

- ¿Por qué no quie...? –antes de que pueda decir algo más, su pequeño hijo se le adelanta

-no me gusta, no me gusta sentir mi piel babosa, no quiero, no quiero –repite un par de veces al mismo tiempo que mira con aborrecimiento el bloqueador

-no es tan malo –saca un poco de bloqueador, lo frota entre sus manos y luego lo esparce en sus brazos –lo vez, además si no te pones bloqueador te quemaras, y no queremos eso, ¿verdad? –pone un poco más de bloqueador en sus manos y se acerca a su hijo para intentar ponerle bloqueador, pero este se niega y se apartar

-no quiero, es asqueroso, no me gusta, no quiero –repite, manteniéndose firme en su decisión de no querer echarse bloqueador

-Alan, cariño...

-bien –suelta Ryan, logrando así que su esposa lo mire con reprensión

- ¿Qué? Pero si no...

-está bien –asiente –si Alan no quiere que le coloques bloqueador no lo obligaremos, pero eso significa que no podrá nadar con nosotros y tendrás que quedar debajo aquí cubriéndote del sol para que tu piel no se queme

-pero....

-papá tiene razón –confirma –así que mientras Alan se queda aquí cuidándose de que el sol no le da, papá y yo iremos a nadar un poco y.... –antes de que pueda decir algo más, el pequeño se abalanza a sus piernas aferrándose con fuerza a ellas

-no –levanta la carita, mostrándole una mirada llena de pena a su madre – yo quiero nadar con mamá y papá, no me quiero quedar aquí solo, no quiero, no quiero, por favor, mami

Rápidamente los orbes de paula se clavan sobre los de su esposo y ahí se da cuenta que no fue la única que cayo completamente rendida por ver aquella mirada

-bien –toca afectuosamente la cabeza de su hijo –mamá no te dejara aquí, pero tienes que ponerte bloqueador, ¿de acuerdo?

-si –asiente varias veces

En el instante que las manos de paula completamente llenas de bloqueador se posaron sobre el cuerpo, el pequeño no puedo evitar mostrar su repugnancia cada vez el bloqueador era esparcido por su cuerpo, cosa que logra sacarle una que otra carcajada a ambos, pero trataron de contenerse en el instante que su hijo los miro con el ceño fruncido

-listo, he terminado –sonríe –ahora estas complemente listo para nadar

-si –brinca feliz –ahora es el turno de papá –a punta con su dedo a su padre

-claro –toma el bloqueador de las manos de paula y cuando está a punto de echarlo en sus manos el pequeño lo detiene tomando una de sus manos

-no –niega tomando el bloqueador –mamá es quien le pondrá el bloqueador a papá

FRAGMENTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora