CAPITULO 11

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- ¿Qué paso?, ¿pudieron arreglar las cosas?, ¿le hablaste sobre los vide...?

-no –niega cabizbaja

- ¿Cómo que no? –alega la rubia –se supone que hablarías con el cuándo volvieran a casa, no entiendo

-lo intente, me disculpe e intente explicarle las cosas, pero el evadió el tema, y...

-vamos –bufa –¿entonces tampoco paso nada cuando compartieron la cama?

-nada –contesta desalentada

-esto debe ser una broma –alega estampando con fuerza la palma de su mano sobre el escritorio –bueno no hay porque desanimarse, tal vez está guardando su distancia porque no quiere incomodarte –asiente con fervor –sí, eso es, eso tiene que ser, el...

- ¿y si no es así? –inquiere –¿y si simplemente se aburrió de esperar que lo recordara?, ¿Qué tal si el amor que decía tenerme se acabó debido a mi forma de tratarlo?, ¿Qué tal si ya se cansó de esperar y....? -deja de hablar en el instante que sus orbes se encuentran con la mirada aguda que su amiga

-imposible, imposible –repite un par de veces

- ¿y si fuera posible? –suelta aquellas palabras con cierto tono temor – El amor en sus inicios es maravilloso, pero con el tiempo puede llegar a ser tedioso y aburrido, ¿y si eso fue lo que sucedió?, ¿y si Ryan se cansó de esperar?, ¿Qué tal si...?

-no, no, no –repite agitando sus manos con fuerza –Se puede fingir todo lo que uno quiera, pero una mirada siempre lo confesará todo, y la forma en la que Ryan te mira es la de un hombre completamente enamorado, así que olvida eso –se levanta rápidamente de la silla dirigiéndose hacia paula –lo primero que vas hacer es ir ahora mismo a su oficina y decirle lo que ya habíamos decidido

-pero...

-pero nada –evita escuchar cualquier excusa de su amiga y la ayuda a levantarse de la silla –si de verdad estas dispuesta a darlo todo no puedes seguir poniendo excusas, ¿entendido?

-lo sé, lisa, pero...

-nada de peros –abre la puerta de la oficina y saca a su amiga a empujones de aquel lugar–hoy es el día que darás el primer paso para ser feliz, así que fuerza –manifiesta con una sonrisa de oreja a oreja mientras sigue empujando a su amiga por el pasillo en dirección a la oficina de Ryan –bien, aquí estamos –menciona alegre –toca un par de veces la puerta y esperan pacientemente que les permitan pasar–animo

En el momento que se puede escuchar la voz de Ryan permitiéndoles pasar, paula se gira hacia su amiga con cierto titubeo en la mirada, la rubia le responde con una sonrisa sobre sus labios y antes de que paula pueda decir cualquier cosa, lisa abre la puerta y la empuja dentro de la oficina.

- ¿paula? ... -inquiere un tanto sorprendido por aquella visita tan inesperada - ¿paso algo?, ¿acaso Alan?

-no –niega rápidamente –Alan está bien, yo...yo...bueno... –por más que intentaba forma una oración coherente la verdad era que no podía forma ni una sola silaba sin dejar de titubear

se levanta precipitadamente de su asiento al ver el estado de nervios en el que se encuentra su esposa –¿estás bien? – intenta tocar su rostro, pero se detiene –si te sientes mal podemos llamar al doctor y...

-no es necesario, estoy bien –asegura dedicándole una pequeña sonrisa

- ¿de verdad? Porque si sientes, aunque sea algo mínimo puedo llamar al doctor y...

-estoy bien –afirma, tocando sutilmente las manos de su esposo

Aquel pequeño contacto consigue hacer que Ryan de un pequeño brinco

-bien –sisea, tomando un poco de distancia de su esposa –¿entonces se puede saber porque viniste?

-quería ver...

-parece que debemos dejar nuestra reunión para después –comenta una voz femenina

-Daniel –se aclara la garganta –bueno...

La mujer se acerca a paula y le extiende la mano –mucho gusto soy Daniel Williams

Paula se queda mirando fijadamente por unos segundos aquella despampanante mujer

-mucho gusto –estrecha la mano de la mujer –yo soy...

-la señora Carter –manifiesta con una pequeña sonrisa sobre sus labios –me alegra ver que estas mucho mejor, supe por ry lo de tu pérdida de memoria, espero que pronto puedas recuperarte por completo

- ¿ry? –repite con cierto tono de disgusto al mismo tiempo que fija la mirada sobre su marido

-sí, ry –asiente la mujer –¿Por qué?, ¿acaso te molesta que lo llame ry?

-no –niega con una falsa sonrisa sobre sus labios –para nada, Jenny también lo llama de la misma forma así que no hay porque estar molesta

-que bueno –suelta una pequeña risita –la verdad lo he llamado de esa forma desde que éramos pequeños así que sería un poco extraño para mi llamarlo de otra forma

-ya veo –asiente – así que se conocen desde hace años

-si –asiente con una pequeña sonrisa –somos muy buenos amigos la verdad

Luego de eso el silencio se hace presente y los tres se quedan mirándose sin saber que decir o que hacer, haciendo cada vez más incómodo el momento

-creo que ustedes dos tienen cosas importantes que hablar, así que me retiro y más tarde te llamo para que terminemos de hablar sobre esos documentos que te tienen un tanto preocupa...

-espera –la interrumpe haciéndole una señal con la mano para que se detenga –¿podrías darme un minuto?

Ante su petición la mujer acede respondiéndole con un leve cabezo, rápidamente Ryan le hace una señal a paula para que lo siga hasta la puerta

- ¿de verdad te sientes bien? –sisea mirándola fijamente

-sí, ya te dije que si...

-bien –asiente con la cabeza –entonces si no es muy urgente lo que quieres hablar conmigo podrías decírmelo cuando vuelva a la casa, ya que ahora mismo estoy un poco ocupado y necesito hablar con Daniel de...

-claro –asiente al mismo tiempo que sus orbes se posan por unos segundos sobre Daniel – entiendo que existen prioridades, nos vemos en casa –se da media vuelta y cuando está a punto de girar la perilla, Ryan la detiene colocando una de sus manos sobre la puerta

-lo siento, paula, mi intención no era decir que...

- no –niega con la cabeza – aquí la única que debe disculparse soy yo por venir hasta aquí cuando estás tan ocupado

-paula.

-ry, si quieres podemos dejarlo para después –sugiere la mujer

-bueno...

-no es necesario, ustedes dos tienen cosas importantes que resolver así que yo me retiro – sin nada más que decir abre la puerta y sale rápidamente de aquella oficina

-creo que se molestó, si quieres puedes ir detrás de ella para que...

-no –niega, mientras camina hacia su asiento –continuemos 

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