CAPITULO 26

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Una vez llegaron al lobby del hotel, ambos estaban completamente empapados de pies a cabeza debido a la intensa lluvia que ninguno de los dos quiso evitar. A pesar de las miradas curiosas que los rodeaban, Paula y Ryan parecían inmunes a las miradas indiscretas. Tomados de la mano y con una sonrisa ladina, decidieron ignorar el escrutinio y caminaron hacia el ascensor.

Al abrirse las puertas del ascensor, se encontraron con un grupo de chicos cuyo interés por Paula era evidente. La lluvia había dejado su ropa transparente, atrayendo miradas lascivas. Al percatarse de la situación, Ryan actuó rápidamente y se colocó frente a Paula, ofreciéndole su chaqueta para cubrirla y evitar que continuaran mirando el cuerpo de su esposa. Paula no pudo evitar sonreír al ver cómo Ryan, con determinación, fulminaba con la mirada a aquellos chicos. Los chicos salieron rápidamente del ascensor, lo cual provocó que tanto Ryan como Paula soltaran una pequeña carcajada.

La escena dejó una mezcla de alivio y complicidad entre ellos mientras las puertas del ascensor se cerraban. Una vez a solas, Ryan se acercó lentamente a Paula, y ella pudo sentir cómo su corazón latía más rápido con cada paso que él daba hacia ella.

Cuando finalmente sus cuerpos estuvieron a centímetros de distancia, la respiración de ambos se volvió más entrecortada, como si el aire se hubiera vuelto más denso en ese pequeño espacio. La mirada de Ryan estaba cargada de pasión, y sus labios rozaban levemente los de su esposa. Paula podía sentir la electricidad recorriendo su piel con cada caricia suave, lo cual solo aumentaba el fuego que ardía dentro de ella. El deseo era palpable en el aire, pero Paula sabía que debían controlarse para evitar escándalos.

- Ryan, creo que deberíamos abstenernos de... – alcanzó a decir, antes de que los labios de Ryan empezaran a rozar los suyos a modo de juego, provocándole una creciente desesperación. Por su parte, Ryan parecía disfrutar viéndola arder de deseo, sabiendo que tenía el control de aquel momento.

- ¿Realmente deseas que me detenga? –pronunció con una voz cargada de provocación, acompañada de una mirada impregnada de lujuria.

Paula solo se limitó a mirar con desesperación los carnosos y exquisitos labios de su esposo. Ryan, al notar hacia dónde estaba dirigida su mirada, no pudo contener una sonrisa ladina, lo cual molestó un poco a Paula.

- Deja de burlarte de mí – alegó, golpeando levemente el pecho de su esposo y apartando la mirada debido a lo roja que seguramente se encontraba su cara.

Verla ruborizada lo excitó tanto que, sin poder resistirse más, capturó los labios de Paula en un ardiente y apasionado beso. La chispa que se encendió en ese instante se convirtió en un fuego avasallador que los consumía. Los besos se volvieron más urgentes y hambrientos, como si el tiempo se hubiera detenido y solo existieran ellos dos en ese pequeño espacio. Sus cuerpos se acercaron aún más, buscando fusionarse en un abrazo apasionado, mientras las manos de Ryan se aferraban suavemente a la cintura de Paula. Cada roce de labios, cada suspiro compartido, reflejaba la intensidad de su deseo mutuo.

En medio del apasionado beso, el ascensor siguió su curso hacia el piso deseado. Aunque las miradas indiscretas de los chicos del lobby los habían incomodado, ahora nada más importaba que el intenso vínculo que compartían en aquel pequeño espacio. El tiempo parecía detenerse mientras se sumergían en esa conexión profunda y apasionada que siempre los unía, reafirmando una vez más su amor incondicional.

El sonido de un "ding" anunció que habían llegado a su destino, y con una sonrisa pícara, se separaron lentamente. Con las manos aún entrelazadas y sus corazones latiendo al unísono, salieron del ascensor.

FRAGMENTOSWhere stories live. Discover now