Aquella extraña muchacha de cabellos rizados y ojos azules, le había dado una pequeña nota. La cual había leído en su presencia y aunque su rostro no lo evidenció, había sentido una especie de dicha invadirlo.
Rin le había pedido hablar y él se moría de ganas de hacerlo...
Luego de la discusión con su padre, no había dejado de sentirse mal. Y no había vuelto a ver a Toga desde esa noche.
La mansión había recuperado aquel aire frío y solitario que siempre lo acompañó. Realmente se sentía conforme con eso, sin embargo, había algo que no lo dejaba sentirse tranquilo.
Los primeros días la ira había reinado en su ser, gracias a lo ocurrido, pero aquello había menguado rápidamente dejándole una sensación de vacío. No solo su vida familiar era un desastre, sino que su corazón también parecía estar hundido.
En su interior sentía que algo le faltaba. Algo que le brindará calidez, tal cual como ella lo lograba con su sonrisa. Pero su orgullo no le permitía acercarse y menos al saber que había alguien más a su lado.
Al llegar al salón que aquel papel le indicaba, la vio desde la vidriera de la puerta asomada en la ventana. Se veía concentrada y hasta hacía movimientos extraños con sus manos. Entró sigiloso y ella no se percató en lo absoluto.
Se quedó de pie un rato en el umbral contemplándola, hasta qué... —¿Te crees con el derecho de burlarte de los sentimientos de los demás? ¡Imbécil! —exclamó la muchacha, llena de molestia.
No pudo ocultar su expresión de desconcierto. ¿A quién se estaba refiriendo? Se preguntó en silencio.
Los minutos pasaron y Rin se disponía a marcharse. Acababa de entender que él no aparecería y eso le provocaba mucha tristeza.
Pero aquel sentimiento arrollador fue suplantado rápidamente, al girarse y encontrarse con unos ojos dorados que la miraban fijamente.
La muchacha se vio obligada a sujetarse del marco de la ventana, para no caer por la impresión. El susto y los nervios se desplazaron velozmente por todo su cuerpo. Si su intención había sido provocarle un infarto, por poco y lo lograba.
El silencio reinó a la vez que ella bajaba la mirada, y volvía a preguntarse la razón por la cual accedió a hacer una cosa tan descabellada. ¿Hanae, por qué me hiciste esto? Se lamentaba.
La nota que su amiga le había obligado a escribir, expresaba su deseo de hablar con el muchacho que ahora tenía enfrente. El motivo de dicha conversación era hacerle una pregunta en específico...
¿Pero realmente debería preguntarle algo como eso?
¿Tenía sentido siquiera hacerlo?
La inseguridad y el miedo empezaron a tomar el control de su mente. Le daba pavor la idea de que su respuesta fuese tan fría como un témpano de hielo.
—Q-quisiera hacerte una pregunta —habló al fin armándose de un valor que no sentía realmente.
Sus ojos café se elevaron buscando los dorados en una muestra de confianza. El muchacho se mantuvo en silencio, únicamente observándola.
Al percatarse de su estado de inamovilidad absoluta, le pareció que podía asemejarse a una estatua. Una muy seria de hecho, y que si se quedaba viéndola por mucho rato lograba intimidarla.
Rin bajó la mirada evitando caer en el hechizo que aquellos ojos le provocaban. No iba a dejarse acobardar—¿Qué hacías en mi casa esa noche? —pregunto luego de dar una profunda bocanada.
Sesshomaru no cambió en nada su inexistente expresión. Internamente, la evaluaba con atención. El tono de su voz, su mirada cohibida y su nerviosismo no le había pasado desapercibido.

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LA CHICA DE LA SONRISA ALEGRE | SESSHRIN
FanfictionRin es una joven alegre que pese a las dificultades que enfrenta en su vida no deja de sonreír y mirar hacia el futuro. Su anhelo es cumplir su sueño de ser abogada y para ello deberá hacer grandes sacrificios. Pero... su mundo cambiará drásticament...