Durante una noche como cualquier otra, los dos tienen la suerte de encontrarse frente a frente.
Lo que parecía terminar en puñetazos y destrozos, terminó en una charla decente, cosa que ninguno se esperaba.
Además de una promesa que pensaban cumplir...
La misión era fácil, Atsushi sólo tenía que acompañar a los hermanos Tanizaki, y aunque fuera un tanto incómodo ver como se daban "cariño" aprovechó la situación para intentar buscar al mafioso.
Junichiro se encargaba de todo, Naomi hablaba tranquilamente con la chica víctima del robo y el albino sólo observaba sin rumbo fijo los callejones.
Hasta que alcanzó a ver un muy conocido abrigo negro entre las sobras, además de que al parecer iba solo. En un descuido de sus compañeros, se alejó despacio y luego corrió.
Efectivamente estaba ahí, sin hacer nada y revisando su teléfono. Sus emociones le ganaron y se abalanzó contra el abrazandolo por el cuello.
Su tono era de infinito agradecimiento, suave y relajante. Aún sorprendido por la acción tan inesperada, se acopló poco a poco al abrazo, rodeandolo con sus brazos por la espalda.
- Descuida, es lo menos que podía hacer...- Respondió más calmado
Era un callejón bastante alejado de la gente, por lo que ni se molestaron en separarse, al contrario, sólo se dejaron querer por el otro.
A pesar de no decirlo en voz alta, Akutagawa disfrutaba del olor tan peculiar del agente, jabón de miel quizás. Se quedaron así unos minutos más, sin decir nada, en un silencio cómodo.
- Ya sueltame, no me gusta el contacto físico
- Lo siento...- Dijo sonriendo nervioso
- ¿No lo has visto estos días?
- No, tampoco tengo pesadillas y toda la Agencia me ve más alegre
- Que bien, pero de mi no te libras tan fácil Jinko
- Eso lo sé, últimamente llueven los trabajos y ni siquiera me implican directamente... parece que sólo me quieren tener ocupado- Explicó algo afligido
- Si, me pasa lo mismo... pero tengo el sábado libre en la tarde, ¿tú?- Propuso con curiosidad
- Tendría que preguntarle a Kunikida-san, es el que controla mis horarios...- Mencionó mirando hacia arriba intentado recordar sus horarios laborales
Se quedaron pensando en su próxima salida y como hacer que los dos tengan suficiente tiempo libre.
- Llámalo- Ordenó como si nada
- ¿¡Ah!? ¡No, no, no, ni lo sueñes!- Reprochó alterando su estado de tranquilidad de hace unos momentos
- Entonces lo hago yo- Dijo dispuesto a robar el celular del albino
- ¡Muy bien, lo haré!
Akutagawa lo miró victorioso, sus expresiones eran serias pero relajadas.
- No te atrevas a hacer ruido...- Amenazó mientras marcaba el número
Llamó a Kunikida y este le respondió con gritos como de costumbre, el mafioso lo obligó a ponerlo en altavoz.
- ¿Tengo libre el sábado libre Kunikida-san?- Preguntó ignorando los gritos de hace poco
- Si, desde las doce del mediodía, regresas el lunes en la mañana...- Aclaró con un tono más normal
- Eso era todo, gracias- Contestó alegre
- Oye mocoso, Naomi me dijo que te desapareciste en medio de la misión ¿es verdad?
- Oh, si, un niño pequeño me pidió ayuda para bajar a su gato de un árbol del parque... ya voy de regreso, ¿algo más?
- Es todo, sólo avisa cuando hagas esas cosas- Finalmente Kunikida colgó
- ¿Te escapaste de una misión para darme las gracias?- Preguntó el azabache con gracia
En el fondo se sintió importante, ni siquiera su hermana haría algo así. Otra vez ese calor extraño en su pecho se hizo presente cuando vio al agente con las mejillas rojas.
- S-senti que era i-importante...- Se excusó
Akutagawa soltó una ligera risa burlona, haciendo que Atsushi se avergonzara aún más.
- ¡D-deja de reírte!
- Bien, bien, te veo en el parque de siempre cuando salgas de trabajar Jinko
- E-esta bien, te veo ahí...
Se despidieron y los dos siguieron por su rombo, se verían el sábado y apenas era jueves. Definitivamente la espera los iba a matar, pero más muertos iban a quedar si alguien se enteraba de sus reuniones a escondidas.
Akutagawa regresó a trabajar como de costumbre, con Chuuya como su acompañante para la siguiente misión.
- Te veo más alegre Akutagawa, ¿algo que quieras contarme?- Cuestionó luego de ver como sus expresiones eran más diferentes de lo habitual
- No es nada Chuuya-san, sólo he dormido mejor de lo normal- Contestó cubriendo su boca para toser ligeramente
- Cualquier cosa cuenta conmigo
- Se lo agradezco, pero no ocurre nada en particular
- Si tu lo dices...- Contestó divertido subiendo al auto que los llevaría a la reunión
Oh, claro que pasaba algo. Recién saliendo del callejón cayó en cuenta de que ¡había invitado a al agente a una cita! Lo peor fue que éste aceptará.
No se arrepentía, pero pudo haberlo dicho de diferente manera. Además ¡lo abrazó! Necesitaba hablar con Gin de nuevo...
Aún tenía que planear lo que harían, a donde irían, que comerian, por donde estarían para evitar a sus conocidos y millones de preguntas más que se formulaban en su cabeza.
De verdad ocupaba la ayuda de su hermana. Tuvo que sacar esos pensamientos para concentrarse en la reunión que estaban a punto de tener justo ahora.
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Disculpen la tardanza... Internet de Latam, ¿qué puedo decir?
