Juegos de seducción II.

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Advertencia: Contenido explicito; juego de roles. Recuerden que todo lo que leerán aquí es ficción, también es importante recalcar que al escribir esto lo hice desde la lógica de que ambos son esposos y tienen un consentimiento mutuo. Espero lo disfruten.


Juego 4 Profesor Mendoza

Betty se encontraba recostada en el sofá de su casa, ella estaba vestida de colegiala, sus pies se movían dejando ver mejor su falda de cuadros, la cual era tan corta que apenas cubría su trasero, debajo de esta tenía solo una pequeña tela tirante que cubría su sexo, por lo que quedaba muy poco a la imaginación. Su cabello crespo caía delicadamente por su espalda y su camisa blanca envolvía perfectamente su cuerpo de mujer y su corbata la hacía ver aún más sexy.

Estaba tratando de estudiar matemáticas, como odiaba esa materia, le constaba tanto entenderla, quizás lo único bueno de ella era su profesor, el cual era su sensual esposo, el profesor Mendoza. Llevo su lápiz a su boca imaginándolo, haciéndole todo tipo de cosas indecorosas, quizás él podría enseñarle algo más que matemáticas y podría aprender mejor de esas enseñanzas.

Betty sintió el sonido de Armando aclarándose la garganta y volteo a verlo de forma juguetona.

— señorita Pinzón ¿cómo va?

Estaba parado detrás de ella con un traje formal que se adaptaba muy bien a su cuerpo, su camisa estaba arremangada hasta los codos haciendo ver bien sus manos masculinas. Su mirada era seria y sus brazos estaban cruzados esperando una respuesta.

Betty resopló.

—La verdad me cuesta demasiado profesor...—dijo desganada mientras movía las piernas sintiendo una brisa de aire en su centro humedecido, tentando a su profesor a mirar su trasero.—

Armando dirigió su mirada a su trasero y sintió de inmediato como su miembro se endurecía, trago en seco y trato de apartar su mirada.

—Señorita Pinzón por favor cúbrase.

Betty se mordió el labio y trato inútilmente de bajar su diminuta falda.

—Lo siento profesor Mendoza...

Armando negó con la cabeza.

— Bajas notas, mal comportamiento, ropa inadecuada, ¿qué le pasa señorita Pinzón?, es que acaso quiere ser expulsada o más bien ¿quiere un castigo?

Se acerco hacia ella con pasos firmes, ella lo miro de forma inocente.

—Creo que me he sentido extraña últimamente, con usted cerca... —trato de articular —

Él se agacho quedando a su altura y observándola. Sus rizos caían por su cara, sus ojos grandes y brillantes lo miraban y su boca carnosa y tentadora se encontraba entreabierta, ella era hermosa.

—Sabe que puede contar conmigo para lo que sea.

Su mano cálida la deposito en su hombro confortándola.

—¿Lo que sea?

Armando escucho su dulce voz y vio cómo se relamía los labios, mierda, lo estaba tentando.

—Así es señorita Pinzón —soltó con voz grave. —

Betty le dedico una sonrisa y se acercó para abrazarlo, sus brazos envolvían con fuerza su torso masculino, pudo sentir su delicioso aroma y el jadeo que salió de su garganta cuando cayó en sus brazos. Armando por su parte sentía cada parte de su cuerpo pegado contra él, cerro los ojos dejándose llevar por la deliciosa tentación de tenerla de esa forma.

Las manos de él cayeron en su cintura, comenzó a acariciar su espalda baja, con la tentación de bajar a su trasero, pero se mantuvo quieto tratando de contenerse.

Oneshots eroticos Armando & BettyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora