D i e c i o c h o.

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 —Así que es oficial entonces.—Hyunjin me miró con picardía.

—Todavía no, creo.—me rasque la nuca, un poco avergonzado.

—¿Cómo qué no?—mi amigo alzó una ceja.—Si ya hasta se dieron varios besos.

Hyunjin y Seungmin están muy al pendiente de todo lo que pasa con Hye. Y yo que le sigo juego contándoles mis cosas. 

—Es complicado, es decir yo todavía no le dije que sea mi novia.

Bueno, nunca antes había tenido una novia. No sé mucho como funciona esto de las relaciones pero, no hay nada que no pueda resolver unos cuantos dramas y el internet. 

Seungmin dice que así aprendió, aunque es muy malo ligando.

Bueno, al menos tengo a mis dos mejores amigos que me pueden dar buenos consejos ¿no?

—Jeongin, —Hyunjin se llevó un mano a la cintura y su expresión se tornó a una seria. Ay cielos, ya va comenzar con sus sermones.—estamos en siglo veinte...

—Veintiuno.—corrigió Seungmin, quien estaba sentado a mi lado mientras jugaba con mi Nintendo.

—¿Qué tiene el veintiuno?—dijo mi otro amigo.

—Que estamos en el siglo veintiuno.—habló incrédulo. 

—Ya bueno, veinte o veintiuno es igual.

—No, no es igual, porque en los siglos se...

—¡Ay ya!—interrumpió a Seungmin, este solo formó una sonrisa juguetona en el rostro, a veces le gustaba hacerle enojar a Hyunjin y dejarlo como un tonto.—El punto es que ahora ya no es importante que le digas que sea tu novia porque con el beso ya da a entender que son novios, ¿me entiendes, no?

Claro que sí entendía, pero creo que esas cosas no serían apropiadas para Hye. Además yo quiero que lo nuestro sea algo especial y para eso quiero empezar como se debe; una declaración de amor especial.

—Te entiendo, pero quiero pedirle a Hye que sea mí novia de manera especial ¿sabes? Algo que se pueda quedar grabado en su mente.

Ya había pasado una semana desde aquel momento y realmente las cosas entre Hye y yo mejoraron mucho; tuvimos muchas citas en una semana en las cuales pudimos conocernos más. Y obvio que había uno que otro beso que le robaba, pero que ella aceptaba sin rechistar. Todo iba tan bien que no parecía real. 

Ya saben, dicen que las cosas buenas no duran mucho, pero yo solo hacía oídos sordos y solo disfrutaba el momento junto con mi chica.

—Eso está mejor que las estupideces que dice Hyunjin.—agregó Seungmin.

La expresión de Hyunjin cambió a una seria.—Está bien, hagan lo quieran, mi opinión vale una mierda.—se cruzó de brazos e hizo un puchero para luego dejarse caer al sofá. 

Seungmin y yo nos dimos unas miradas cómplices y de burla.

Seungmin y yo nos dimos unas miradas cómplices y de burla

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Al día siguiente, Hye no había ido al instituto. 

No es por ser un paranoico o exagerado, pero eso de las faltas de Hye no me daban buena espina.

Tengo una corazonada de que algo malo pasa con Hye. O quizás solo soy yo y las idioteces que me imagino.

Sin embargo, siento que podía caber una posibilidad. Durante las primeras clases le he enviado mensajes de texto a Hye para que se recupere rápido de la aparente "enfermedad" que pudo haber cogido, no obstante, no recibía ni un mensaje de vuelta o siquiera miraba mis mensajes.

La última vez que pasó esto, no hablé más sobre el tema porque a Hye In se le veía incómoda con mis interrogatorios, así que solo lo dejé ahí. Pero ahora está pasando de nuevo.

El timbre del receso sonó y los salvajes de mis compañeros salieron a toda velocidad del salón sin dejar de terminar de hablar al profesor.

—¡Te esperamos abajo, Jeongin!—gritó Hyunjin desde el umbral, junto a él estaba Seungmin. Les di un asentamiento como respuesta.

Y yo, como siempre, fui el último en salir del salón.

Con las manos en los bolsillos, me dirigí primero al baño, y cuando salí me encontré a Minho recargado en la pared de enfrente, y me miraba con el ceño fruncido. 

No hice caso y solo desvíe la mirada para seguir con mi camino. Sin embargo, cuando pase por su lado, él me cogió del hombro y giré a verlo.

—Aléjate de Hye, niño.—habló.

Quité su mano de mi hombro.—¿Y tú eres...?—dije con desdén.

—Mira, Jeongin, desde ahora te voy avisando que te alejes de Hye.

Me causaba gracia. ¿De verdad cree que me van a dar miedo sus amenazas? ¿Acaso va a pegarme o algo por el estilo? Bueno, puede que sí, pero igualmente no me impone miedo. Además no puede prohibirme nada, él y Hye no son nada. Y lo cierto es que me parece estúpido que haga esto.

—¿Y por qué lo haría? ¿Solo por qué lo dices tú?—solté una risa sarcástica.—Ahórrate tus numeritos, Minho.

—Es serio, Jeongin. No puedes seguir con Hye, ella...—paró de golpe sus palabras y su semblante cambió a una menos dura.—Solo haz lo que te digo si no quieres salir lastimado como yo, por favor.

¿Lastimado como él? ¿A que se refiere con eso?

—¿Qué tratas de decir?—fruncí el ceño, desentendido. Minho solo guardó silencio y tragó duro para luego seguir con su camino.

¿Qué es eso lo que sentía? Mi pecho se encogía a medida que se acelera. 

—Algo malo pasa con Hye ¿no?—eso hizo que Minho detuviera el paso y gire levemente su cabeza quedando a mi merced su perfil, no obstante, solo asintió despacio y luego salió de mi campo de visión.

Mierda. Ahora mis sospechas iban aumentando.


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Notes and Flowers © Yang Jeongin ✓Where stories live. Discover now