V e i n t i t r é s.

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—Ya, Jeongin, vamos levántate.—Hyunjin hizo un berrinche mientras me jalaba del brazo, intentando levantarme.—Seungmin nos está esperando abajo.

Yo me removí aún más en mi cama y le di la espalda mientras abrazaba mi almohada. —Ya te dije que no tengo ganas de salir, Hyunjin.—le dije en un tono molesto.

—Ay, pero habías dicho que sí, anda.—hizo un puchero.—Seungmin ya nos ha hecho una identificación falsa para entrar a la discoteca, sabes que a él no le gusta que su trabajo sea en vano.

—Pues yo no pedí que falsificaran una identidad para mí. Vayan ustedes dos.—zafé su agarre de mi brazo.

—Prometiste que hoy sería una noche de chicos, ¿Qué lo que te hizo cambiar de opinión?

Llevaba casi un mes sin saber nada de Hye In, estaba triste por ello. No me contestaba los mensajes, a Minho tampoco, no sé nada de ella ni cómo la está pasando. Eso me frustra porque pienso todo el día en cómo estará, si ya comió o por lo menos si se siente bien, pero al no obtener respuesta solo me pone más ansioso. No quiero pensar cosas malas ni mucho menos hacer un drama, pero ¿por qué no da indicios de vida? Es decir, sé que seguro debe estar muy ocupada y reposando por la operación, pero no sé. 

Tengo una corazonada de que algo va mal. 

Suspiré.—Nada. Solo estoy cansado.— de tanto pensar.

De pronto el silencio reinó en mi habitación. Solo se podía escuchar el respirar de Hyunjin. Quizás habrá interpretado mi respuesta como algo negativo y sabe que lo que yo tengo no es solo cansancio. Es Hyunjin, él lo sabe todo, no pudo enmascarar mis palabras porque él deduce todo en escasos segundos.

—Jeongin, —rompió el silencio. No podía ver su expresión porque le estaba dando la espalda, pero por su voz supuse que aquí venía otro sermón de esos que siempre me da cuando me ve desanimado.—ella está bien, no tienes...

Sus palabras fueron interrumpidas por el sonido de mi celular. Tuve que saltar de mi cama para ir hacia mi escritorio en donde está mi celular cargando. Al tenerlo en mis manos la sorpresa y alegría me inundó puesto que era una videollamada de Hye In.

—Hyunjin,— me peine un poco el cabello con mis manos.—¿Cómo me veo?—sonreí para que me de una respuesta positiva.

—Pues desde que quitaron los brackets se te ve todo mejor.—bromeó.

—Idiota.—le un golpe en el brazo.

Camine hasta mi cama y me apoye en el respaldo de ella, y sonreí para luego atender la videollamada. Admito que estaba un poco nervioso.

Hyunjin se sentó a mi lado, pero no le di importancia.

—¡Hola, Hye!—agite mi mano con frenesí.

—Ya, no sonrías tanto que la vas a espantar.—Hyunjin me dio un manotazo no tan fuerte en la cara.

Hye rió.—Hola, Jeongin. Hola, Hyunjin.

Por el fondo en la pantalla, deduje que estaba en el hospital, puesto que se veía una parte de la camilla y otros elementos que usan los médicos. Y por lo poco que se veía de su vestimenta, era una de esas batas que usan los pacientes. Sin embargo, ella se veía bien, sonriente y contenta, eso causó que todo remordimiento que tenía hace unos minutos se desvaneciera por completo.

Mi amigo se aclaró la garganta.—Hola, bella dama.—forzó su voz para que sonara la gruesa.—¿Dígame una cosa? ¿Cómo es que hace para verse tan bella y radiante siempre? Su belleza me asombra.— ella sonrió, ruborizándose.

—Oye, —le di un manotazo leve en la frente.—¿te atreves a coquetearla frente a mí?

—Yo puedo con todo y con todos, Jeongin.—rodé los ojos.

Notes and Flowers © Yang Jeongin ✓Where stories live. Discover now