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Super freak/ Rick James.

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-Genial Hayley, de nuevo has tirado todo el café al suelo, es que no sabes hacer nada bien?- le preguntó su compañero de trabajo.

-Lo siento.- dijo ella mientras fregaba el suelo.- Estoy cansada, ayer no dormí mucho.

El chico miró a Hayley con algo de curiosidad.
-Ayer tenías turno verdad?- preguntó algo más comprensivo.- Sabes desde hace mucho que debes dejar ese trabajo de mierda.

-Sabes que no podré pagar el alquiler con lo que me dan aquí.- dijo ella.- De todos modos, tengo una entrevista... mañana.

El chico levantó la ceja.
-Vamos Ricky, no me mires así, que tal tu noche por cierto?- preguntó ella apoyándose en el palo de la fregona.

-Bien, la verdad es que deberías venir algún día a mi casa, una buena película y palomitas no dañan a nadie.- dijo riendo.- Oh, entra más gente.

Hayley asintió mientras iba a tomar nota a los nuevos clientes. Era agotador y desearía estar durmiendo en ese momento pero no podía faltar a su trabajo.

Hayley Lane, sin duda un misterio para muchos que la conocían. Ella estaba sola en el mundo mágico, sin familia y sin amigos.

La chica vivía en un pequeño apartamento, donde casi no podía mantener pues tenía dos trabajos, como camarera.

Su horario era algo completo, lunes, miércoles, viernes y domingo atendiendo de seis de mañana a tres de la tarde. Martes, jueves y sábados por la noche, de ocho de la noche hasta las cuarto, donde casi no tenía tiempo de dormir para seguir con la rutina.

-Bienvenidos, que desearán tomar?- preguntó mientras sacaba su libreta de pedidos.

-Tomaré un cappuccino, y a ti de regalo hermosa.- le dijo el chico junto con otros chicos.

Hayley suspiró y sonrió.
-Adorable, sigue habiendo gente que piensa que somos algún tipo de objeto, algo más?- preguntó mirándolo fijamente.
-No...- dijo este algo avergonzado.

La chica se fue a la cocina donde Ricky reía de lo que acababa de pasar.
-Ya van veinte idiotas esta semana. Te felicito.- dijo haciendo que ella rodara los ojos.

-Si vinieras de noche al local, seguro que te quedarías de lo más sorprendido.- mencionó ella con una sonrisa mientras preparaba el pedido del grupo de chicos.
-Sorpréndeme.- dijo este mientras lavaba los platos sucios.

Hayley sonrió más al acordarse de la peli negra que casi se desnuda para ella encima de la mesa.

No es que no quisiera... pero había sido algo raro. Raro pues nunca había sentido tanta atracción por una chica.
-Nada... chicos, dándome su número, coqueteando conmigo e invitándome bebidas... patético.- dijo mientras reía.

Hayley salió con la bandeja llena de comida y fue hacia la mesa de los chicos, cuando en ese momento, fuera de la tienda vio algo inusual.

De todos los lugares del mundo, de todas las personas, tenia que encontrarse a la misteriosa chica peli negra algo estresada mientras caminaba a paso rápido mientras el platinado y el moreno la seguían.

Los tres chicos pasaron por delante de la cafetería sin darse cuenta de que Hayley los miraba sorprendida.

Parpadeó varias veces para entregar el pedido a los chicos y irse de nuevo a la cocina algo confusa.

Diablos, que coincidencia, como era posible que la volviera a ver?
-Lane!? Estas bien?- le preguntó su compañero algo preocupado.- Estas pálida.
-Estoy bien.- dijo ella volviendo a su trabajo.

-Pansy por el amor de Merlín! Quieres parar un momento!?- le decía Draco.
-Si... por que no vamos a alguna cafetería y lo hablamos tranquilamente?- preguntó Blaise algo cansado.

La peli negra mostró una mueca de asco.
-Desde cuando me veis a mi, yendo a una cafetería estándar? No, ni hablar, en mi casa hay café de sobras.- dijo haciendo que sus amigos rodaran los ojos.

Al llegar a la casa de la chica, Pansy se cambió de ropa y les preparó un café a sus amigos quienes jugaban a los dardos.

-Por qué tienes miedos e hablarle a esa chica?- preguntó Blaise de repente.- Tu nunca solías...
-Por qué todos decís eso!? La vieja Pansy no está! Ahora estoy yo, y no no quiero.- dijo mientras se sentaba con pesadez.

Draco solo escuchaba la conversación sin decir nada, sabía que ella solo necesitaba tiempo a solas, después de todo, era su decisión hablar con la camarera o no.

-Si necesitas algo, sabes que nos encanta pasar tiempo en tu casa, no dudes en invitarnos.- dijo el platinado tirando de Blaise para irse de allí y dejarla sola.

La peli negra suspiró de cansancio para estirarse y dormir tranquilamente. Al fin tenía paz y nadie que la molestara.

Por otra parte Blaise tenía mucha hambre, así que convenció a Draco de ir a tomar algo en la cafetería más cercana.

Al entrar, ambos chicos se sentaron a esperar que alguien los atendiera.
-Hayley, hay más gente.- dijo Ricky haciendo que ella se asomara para ver a quien tendría que enfrentarse.

-Mierda, no puedo ir.- dijo algo asustada.- Ve tu, por favor, por favor...- le suplicó a su compañero quien frunció el ceño.

-Está bien, está bien pero por qué?- preguntó mientras veía como ella se tapaba la cara del platinado y el moreno.

Draco quien estaba algo molesto pues no entendía por qué nadie les tomaba nota miró hacia la cocina.

Una sonrisa empezó a surgir en cuanto vio como la misma Hayley Lane intentaba pasar desapercibida e intentaba esconderse.
-Bingo.- dijo para sí mismo.

-Qué?- preguntó Blaise.
-Ahí está el camarero, pesado.- dijo al ver como el chico se acercaba a pedir nota.

-Bienvenidos, que desearán tomar hoy?- preguntó a lo que Blaise empezó a pedir un montón de cosas.

Mientras, Draco solo miraba a la chica que ahora lavaba platos de espaldas a ellos.
-Malfoy?- preguntó Blaise.
-Claro... un café solo.- dijo aún fijándose en la chica.- Que sea rápido.

-Rápido si Hayley no tira todo de nuevo.- dijo el chico mientras se iba con el pedido a la cocina.

-Rápido?- preguntó Blaise.
-Sabes amigo? Pansy ha dicho que no le gustan las cafeterías... cuando le digamos quien trabaja aquí, no querrá irse.- dijo señalando con la cabeza a la chica.

El moreno miró en dirección a la cocina y abrió la boca al ver a Hayley leyendo el pedido.
-Hemos encontrado a nuestra camarera.- dijo con una sonrisa.

Draco sonrió.
-Claro que lo hemos hecho, somos los mejores.- dijo orgulloso de sí mismo.

out of control (Pansy Parkinson)Where stories live. Discover now