5. ARREBOL.

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El cielo despejado solo duró unas horas, horas en que le parecieron a Zhan tener la cita que siempre había soñado con YiBo, porque el cielo volvió a nublarse y una suave pero constante lluvia cae mientras YiBo conduce en dirección a la casa de Zhan, lastimosamente todo llega a su fin.


YiBo maneja despacio por dos razones: la primera es la firme llovizna que nubla el camino y hace resbalosa la carretera, y segundo, YiBo quiere pasar más tiempo con su chico de los gorritos, apenas y hablan en el trayecto, pero el silencio que se ha formado entre ellos es cómodo, se limitan a disfrutar la presencia del otro.


Cuando YiBo detiene el automóvil frente al pequeño edificio de apartamentos suspira, porque sabe que deberá esperar para volver a ver a Zhan.


—Ya estamos aquí —dice Zhan para romper el silencio.


YiBo que mira directamente al frente gira a la derecha su cabeza para ver a Zhan. —Sí, llegamos —le dice con cierto toque de tristeza.


—Gracias por la cena —dice Zhan mientras desabrocha el cinturón de seguridad y abre la puerta.


YiBo recuerda su paraguas y lo toma de inmediato del asiento trasero, luego toma el brazo de Zhan. —Espera, te acompañaré.


YiBo baja y camina hacia la puerta del copiloto, y con paraguas en mano cubre a Zhan, ambos caminan hacia la entrada del inmueble y cuando llegan a la puerta Zhan se detiene y se para frente a YiBo.


—Gracias, YiBo.


—De nada —responde muy suave, y sus ojos están clavados en ese hermoso lunar que Zhan tiene bajo su labio inferior.


«Bésalo» le dice WangJi.


«¿No sería demasiado atrevido de mi parte?»


«Él lo desea, lo sabes, podemos olerlo»


Zhan al ver que YiBo mira fijamente sus labios se pone más nervioso y los presiona en un acto involuntario, pero ese movimiento saca de su trance a YiBo que extiende su mano libre a Zhan, este al ver la formal despedida que su amor platónico le da sonríe de manera incomoda, quizás YiBo no siente ninguna atracción hacia él después de todo, y esta cita fue para comprobarlo, por eso desea despedirse con un apretón de manos, Zhan se resigna y acepta la despedida, pero en lugar de apretar su mano, YiBo la lleva a su boca y deposita un primer beso en el dorso de esta y un segundo en sus dedos entre la zona de los nudillos, el corazón de Zhan late tan rápido que parece que va a explotar y puede jurar que lo escucha en sus oídos, y de verdad teme que incluso sus pulsaciones puedan sentirse a través de su tacto y sean percibidas por YiBo, quien con voz suave le dice—: Gracias a ti por acompañarme —sus labios aún rozan la piel de la mano de Zhan.


Ambos se miran con una suave sonrisa bajo el paraguas que hace que las gotas de lluvia se resbalen y caigan alrededor de sus cuerpos que están tan cerca que sienten su calor, pero a la vez tan lejos por sus dudas e inseguridades.

Dendrofilia.Where stories live. Discover now