10. ETÉREO.

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—De acuerdo, te amo, bebé —dice Zhan y cuelga de inmediato sin dejar que YiBo responda, aun le da vergüenza confesarle todo su amor a YiBo, aun sabiendo que al fin es correspondido.


Zhan sonríe mientras mira su teléfono, han sido días cansados y de adaptación a esta su nueva vida que por primera vez le sonríe, tiene un buen empleo y al fin su amor platónico ha dejado de serlo, sería una recarga a su cuerpo si pudiera verlo, Zhan no sabe por qué YiBo se rehúsa a reunirse con él, pero su motivo tendrá.


Zhan está en su apartamento, el día se despide poco a poco para dar paso a la noche, y el chico suspira y admira la belleza del atardecer a través de su ventana, atardecer sublime e intangible típico de los últimos días del año; por primera vez en mucho tiempo Zhan se siente tranquilo, sin la presión de tratar de ser perfecto para sus padres lo cual al parecer nunca sucederá, porque por más que Zhan se esfuerza nunca llena las expectativas de sus progenitores, quienes por cierto no han dejado de insistir en que regrese a su casa, Zhan no quiere saber para qué quieren eso, ya está acostumbrado a no recibir nada bueno de ellos así que ha decidido ignorarlos completamente.


Han pasado dos semanas desde la última vez que vio a YiBo, Zhan ya se siente desesperado, el hablar tres veces al día, todos los días con su novio no le es suficiente, esos son los pensamientos del chico que con uno de sus típicos gorritos, sus gafas, abrigo abultado y su mochila al hombro camina hacia el consultorio de su psiquiatra.


—Zhan, bienvenido —lo recibe la doctora.


—Gracias.


La mujer sentada frente a él lo mira, bueno, más bien lo estudia con detenimiento. —Te veo diferente desde la última vez que estuviste aquí.


— ¿De verdad?


—Sí, te ves... feliz.


Zhan sonríe ampliamente. —Lo soy, doctora.


—Es maravilloso escuchar eso. Dime ¿qué ha sucedido?


—YiBo...


— ¿El chico del que estás enamorado?


Zhan asiente y se muerde su labio inferior. —El mismo...


— ¿Has hablado con él?


—Salgo con él... —responde con voz tímida el chico.


— ¡¿En serio?! —prácticamente grita la doctora fujoshi.


—Sí, supongo que el destino así lo quería, porque nuestro encuentro fue raro si lo analizo bien, YiBo se acercó a mí de la nada, y pues... las cosas se han dado de esa manera, sé que todo ha pasado muy rápido y de verdad sé que debería asegurarme de que YiBo de verdad me ama porque apenas me conoce, ni siquiera sabía que yo existía, en cambio yo llevo años enamorado, pero de verdad quiero creer que sí me ama, quiero ser feliz al menos una vez en mi vida y creer que todo va a salir bien...

Dendrofilia.Where stories live. Discover now