ESPECIAL 5 MILLONES: Ámsterdam [Parte 1]

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N/A: Este extra se sitúa unos meses después de la boda de Leah y Alexander. Pueden tomarlo como su luna de miel si así lo desean. Alto contenido +18 que es por lo que estamos aquí sisi, no se engañen. Contiene también consumo de drogas, alcohol y muchas estupideces. ¡Disfruten!

«¿Pero el erotismo? El erotismo no te jode el cuerpo, te jode los sentidos, seduce tu mente y da vida a tus fantasías»

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(Leah)

—¿Qué hacemos aquí?

Giré mi rostro hacia él, su cabeza recostada sobre el respaldo del asiento con una expresión relajada y los ojos cerrados.

Lo estudié con mórbida fascinación como quien encontraba un raro espécimen en la jungla. Su cara había cambiado con los años, mucho más definida y endurecida por el tiempo y las adversidades, pero la belleza seguía cincelada en la simétrica línea de su mandíbula, su recta nariz y sus rasgos varoniles.

Me gustaba contemplarlo cuando no estaba observándome, porque entonces no tenía que soportar sus comentarios de lo prendada que estaba de él. No era ninguna broma ni mucho menos una mentira, pero tampoco quería inflar más su desmedida confianza en sí mismo.

Adoraba verlo así, lo suficientemente relajado para cerrar los ojos un segundo sin miedo a que algo pudiese suceder en su sueño, sin el incesante halar de la paranoia. Me gustaba la paz, porque era el sentimiento más revitalizante de todos.

Abrió entonces un ojo, curioso.

—¿Ya casi lo logras?

—¿Qué?—pregunté saliendo de mi ensimismamiento.

—Quemarme con la mirada. Llevas cinco minutos viéndome como boba. Si te me vas a declarar, hazlo ahora.

Reí y decidí seguir su juego.

—Me gustas, Alex.

Suspiró con pesar.

—Imposible que no te gustara, pero lo siento, no es correspondido.

Le di un empujón.

—Eres tan imbécil.

—Sé que te gusto, pero deja de mirarme, me incomodas.

—¡Tú me miras mucho más!—rebatí ofuscada.

—Para fines de estudio—argumentó.— Eres un espécimen muy raro. ¿Has visto cómo mueves los ojos cuando miras el teléfono? Eso no es normal. Creo que los cruzas y luego bizqueas un poco...

Le dediqué una ojeada de hastío y él sonrió antes de volver a su posición inicial con la cabeza recostada en el asiento.

—¿Qué hacemos aquí?—intenté otra vez, cruzándome de brazos y contemplando a través de la ventana los techos en punta de los rascacielos y chozas, los primeros perforando como agujas el denso cielo nublado de la mañana.

—¿Aquí en el jet?—asentí, expectante.— Volando.

Le di otro empujón y él emitió un quejido de molestia.

—Tal vez pensar que podrías comportarte como alguien normal por dos horas fue muy optimista de mi parte.

—¿Cómo puedo ser normal si me casé contigo? Algo mal debo tener—apunté sin perder la oportunidad y él torció los labios con burla.— Dime ya, ¿para qué me arrastraste aquí? Si es alguna de tus retorcidas ideas de diversión, Colbourn, voy a divorciarme otra vez.

Abrió los ojos al fin, el intenso azul mirándome con travesura y desafío.

—No lo harías.

Levanté la barbilla, altiva.

Irresistible Error. [+18] ✔(PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora