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Raro. Ginny podía usar esa palabra para describir aquel momento.

Arthur comía tranquilamente mientras que Fred y George hablaban de sus cosas entre sí. Harry estaba a su lado algo incómodo al igual que ella.

Pero sin duda los más raros eran Hermione quien se encontraba nerviosa, mirando sobretodo a Ron quien definitivamente no estaba nada bien.

Se veía cansado, derrotado, tenía los ojos rojos, de llorar? Nadie se había dado cuenta?

La pelirroja le hizo unas señas para hablar con él en privado, a lo que este asintió a duras penas, sin embargo no fueron lo suficientemente rápidos.

-Ron... que tal la cita con Avery?- decidió preguntar Molly intentando acabar con la tensión y la incomodidad.

Toda la atención recayó en el pelirrojo quien no podía aguantarse de pie. No se creía que nada de lo sucedido en la cena ocurriera.
-No me digas que lo teníais planeado.- dijo mirando a su madre y Hermione quien ahora miraba su plato.

-De que hablas?- le preguntó Fred.
-De que hablo?- preguntó Ron mientras se levantaba de la mesa.- Hablo de que la única razón para que Hermione estuviera aquí es que a mamá no le caiga bien Avery, por eso le enviaste la carta.- dijo finalmente Ron.

-Ron tranquilízate, Hermione puede que esté ahí pero no creo que haga nada...- empezó a decir Harry intentando calmar la situación.

El pelirrojo miró a la castaña quien ahora se había levantado de su silla.
-En realidad, me gustaría hablar con Ron a solas.- dijo ella.

-A solas? A solas!? Para que? Para volverme a besar!? Avery nos vio, entiendes!? Y todo lo que he conseguido para poder estar junto a ella... ya no tendré más oportunidades.- dijo mientras miraba a su madre.- La quiero demasiado y ahora... todo esta arruinado.

-Ron...- empezó a decir la castaña.
-Que has hecho que!?- preguntó Ginny furiosa.- Es que no sabes conformarte con nada!?- dijo mientras dejaba la servilleta en la mesa y se levantaba.

-Hija... donde vas?- le preguntó Molly con tono algo culpable.- Ginny...
-Es que no está claro? Voy a ver que tal está Avery.- dijo saliendo finalmente dejando a todos sin palabras.

Ron por otra parte se fue a su cuarto y cerró la puerta de golpe.
-Harry, yo no...- empezó a decir Hermione intentando excusarse.

-Lo siento Hermione, creo... creo que sería mejor que te vayas.- dijo el azabache subiendo las escaleras para ir con su mejor amigo.

-Es que no lo entiendo!- dijo Fred de repente mirando a su madre.- Por qué has hecho esto?
-Fred yo no quería dañar... yo solo no pensaba que fuera tan importante para él.- dijo la señora Weasley.

-Chicos, ya basta.- dijo Arthur entendiendo a su esposa.- Vuestra madre siempre ha querido lo mejor para vosotros.

George quien escuchaba de brazos cruzados la conversación y analizaba la situación miraba a Hermione quien no hacía nada y estaba de pie, sin hacer sus maletas.
-Por qué lo has hecho?- le preguntó de repente.

La castaña parecía como si no entendiese lo que estaba diciendo, se sentía avergonzada y algo nerviosa.
-No te hagas la tonta, por que lo has hecho?- preguntó Fred mirándola.

-Yo... no lo sé, solo hablamos y salieron temas antiguos y recordé lo que era estar con él y... lo siento.- dijo ella cruzándose de brazos.- Pero si tan importante era ella, Ron debería haberse apartado.

George soltó una risa sarcástica mientras se levantaba de su sitio.
-Primero deberías aprender a escuchar, Avery ha sido el motivo para que nuestro hermano sonría de nuevo, por que has tenido que meterte en medio? Tan celosa y egoísta eres para no dejarlo ser feliz?

Hermione no dijo nada. No tenía palabras y entendía que debía irse inmediatamente.
-Mándale recuerdos a Viktor, seguro que tendrás mucho que explicarle.- dijo Fred mientras tan bien subían a la habitación del pelirrojo.

Cuando los gemelos llegaron a la habitación de su hermano, este se encontraba como el primer día. Depresivo y sin escuchar a nadie.
-Ronnie.- dijo Fred sentándose a su lado.

-Estoy seguro de que puedes arreglar esto.- dijo George mirándolo, sin embargo no había reacción de su hermano.- Has hablado con ella?

-Si.- respondió algo molesto.- Pero está todo mal, no creo que vuelva a hablarme ni verme más.- dijo cerrando sus ojos.

Harry quien estaba cruzado de brazos pensaba en lo que estaría haciendo Ginny, esperaba que Avery estuviera bien.
-Esperemos a que llegue Ginny, seguro que ella puede ayudar.- dijo el azabache creando esperanza en Ron.

Esperanza? Avery perdió toda su esperanza cuando era tan sólo una niña.

En ese momento, se encontraba curando de nuevo la herida de Zeus quien lloraba y se quejaba.
-Siento todo... yo, lo siento mucho.- le decía ella mientras limpiaba de nuevo todo.

El perro por otro lado quien estaba estirado el su sofá personal miró a su dueña y le lamió la mano en forma de que todo estaría bien.

Pero nada lo estaba, su vida... no tenía lugar. Tenía que volver a casa, tenía que hablar con su madre y arreglar, posiblemente salvar el negocio de Nicole.

El timbre sonó, y Avery se empezó a asustar pensando que podía volver a ser ese hombre. Se levantó con la varita en mano y miró por mila mirilla.

Al abrir la puerta, la pelirroja la abrazó con todas sus fuerzas posibles.
-Avery...- dijo Ginny al separarse mirando todo.- No me digas que te vas.

La chica sonrió débilmente.
-Tengo cosas muy importantes que debo resolver en... Noruega.- dijo muy segura de si misma.- Siento todo esto.

-Ni te disculpes, además... espera, que te ha pasado?- le preguntó mirando su cara, brazos y la casa la cual aún no había podido ordenar.- Que ha pasado aquí?

Avery miró a Zeus quien aún se encontraba en el suelo. Ginny abrió los ojos para agacharse junto con el perro.
-Avery, dime que ha pasado.- dijo ella muy preocupada.

-No... no importa, solo han entrado en casa a robar, Zeus estaba solo... así que..- empezó a decir.- Yo... cielos yo no debería haber ido a la estúpida cita con Ron. Nada de esto hubiera pasado, todo es mi culpa.- dijo ella mientras acariciaba a su perro.

Ginny miró a Zeus quien movía la cola algo lento, estaba tranquilo. Miró a su amiga quien estaba igual o peor que Ron e intuyó que había algo que no le estaba contando.

Miró en dirección a su dormitorio y vio que las sábanas de su cama no estaban, solo el colchón, y en la cabecera de la cama habían... arañazos.

La pelirroja cerró los ojos para acabar de pensar en que podría hacer.
-Bien, irás a Noruega, conmigo.

my only exception (Ron Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora