[ADVERSARIO] PARTE 1

CAPÍTULO 61

Pero este río Wudi es diferente, no es profundo, las olas no son agitadas, y el sonido de la nieve y el hielo que se derriten por debajo es similar al sonido del agua que se desprende de los arrozales como está escrito en el informe. Si se cierran los ojos y no se miran las vigas talladas y los pabellones, se sentirá como si estuviera en medio de un arrozal en el sur del río Yangtze, lo cual es muy relajante.

"Tarde o temprano, tendré que salir del palacio para ver a la gente" Ai Qing pensó en su mente que lo más lejos que había estado del palacio desde los dieciséis años eran los rituales ancestrales y celestiales antes de ascender al trono.

Le encantaría salir del palacio disfrazado e ir a los mercados a comprar y vender cosas con los vendedores y regatear los precios. Quería ir a las montañas lejanas y experimentar un paisaje natural muy diferente al construido con altos muros en el palacio.

Tian Yu y Tian Chen le habían hablado con todo lujo de detalles de cómo era su vida en una granja. Tanto si se trata de nadar en el río como de pescar lochas y caracoles en los campos, todo era muy interesante, lo que hizo que Ai Qing sintiera envidia y entusiasmo.

Por supuesto, esto es sólo un pensamiento, su ámbito de actividad actual es sólo dentro del palacio, no quiere causar problemas a nadie, especialmente a Jing Ting Rui, por lo que este "algún día" es sólo un pensamiento, me temo.

Sin embargo, este palacio es su territorio, y desde que ascendió al trono, Ai Qing siente que ha cambiado. Se ha vuelto más curioso sobre este profundo y amplio palacio, y es como vagar por las montañas, recorriendo los rincones del palacio.

Ahora era el emperador, y no había puerta de palacio en la que no pudiera entrar. Podía entrar y salir libremente de todos los jardines del harén, a diferencia de lo que ocurría antes, cuando era príncipe heredero y estaba confinado en el patio del Palacio del Este.

Nunca supo que este lugar donde nació y se crió fuera tan grande. Había muchos palacios, salas budistas, montañas y cascadas.

Aunque aquí hay montañas y cascadas, a menudo hay tropas prohibidas y eunucos horrorizados diciendo  "¡Viva mi emperador!"

Entonces toda la diversión desaparece.

Ai Qing estaba pensando que por fin había llegado el momento de aclararse los oídos cuando escuchó un grito que no sólo era de terror, sino que podía calificarse de duro.

"¡Su Majestad, Su Majestad!"

"¿Eh? ¿Xiao Dezi?" La voz infantil era tan reconocible que Ai Qing abrió los ojos y giró la cabeza para seguir el sonido, y como no pudo adaptarse a la fuerte luz durante un rato, sólo pudo ver vagamente que parecía haber varias personas de pie en la orilla.

Los de rojo eran eunucos, y los que reflejaban la luz del cobre y el hierro eran probablemente el ejército prohibido.

"¡Su Majestad, tenga cuidado! ¡No te muevas!" No sólo Xiao Dezi gritaba, sino que los guardias también gritaban desaforadamente. Ai Qing se rascó la cabeza y habló al aire: "Estoy bien, voy a ir, esperen todos".

No era de extrañar que gritaran y saltaran, pues Ai Qing estaba de pie justo en medio del río Wudi, sobre un enorme trozo de hielo.

Sin embargo, justo cuando estaba a punto de regresar, se oyó un "¡clic!" El hielo bajo sus pies se resquebrajó como un rayo en una línea extremadamente profunda y larga.

El hielo, que se había derretido al sol durante su anterior ensueño con los ojos cerrados, se hizo aún más fino, y cuando miró hacia abajo, pudo ver peces verdes que se lanzaban bajo el hielo transparente.