7. Calor

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Yibo entraba a un lujoso restaurante, su mánager lo había citado allí para la cena con el nuevo patrocinador. Llegaba tarde pues tuvo que ir a cambiarse por algo más formal. Siguió a la chica que le indicó la mesa correcta, entonces una sonrisa torcida se formó en sus labios.

-Yibo, que bueno que ya estás aquí, permíteme presentarte – dijo el hombre.

Zhan se levantó de inmediato para saludar a su amigo, pues su nueva cliente, YiFei resultó ser patrocinadora de Yibo, pero se quedó mudo cuando Yibo le tendió la mano simulando que no lo conocía.

-Es un gusto, mi nombre es Wang Yibo – le guiñó un ojo para indicarle que siguiera el juego.

-Ho... hola, mi nombre es Xiao Zhan, soy el encargado de la cuenta publicitaría de la casa motriz que lo patrocina.

-Bien Yibo, y ella es la señorita YiFei representante de la casa automotriz- la chica le sonreía coquetamente y Yibo lo hubiera notado si hubiera despegado la vista de Zhan que apenas si contenía la risa.

La cena transcurrió con normalidad hasta que Yibo se disculpó para ir a los sanitarios, a los pocos minutos el celular de Zhan recibió una llamada y se disculpó para recibirla.

-¿Qué estás haciendo? – preguntó Zhan al teléfono.

-Te espero en los sanitarios- dijo Yibo colgando de inmediato.

Zhan no pudo evitar rodar los ojos y con un suspiro se dirigió a donde lo esperaba su amigo.

-Wang Yibo, ¿qué pretendes? – preguntó Zhan en cuanto entró al sanitario.

-No sé, no lo planee, sólo creí que sería divertido – dijo Yibo encogiéndose de hombros.

-¿Y porqué me has traído aquí? – preguntó cruzándose de brazos.

-Para poder reírnos juntos.

-Eres un niño, Bo- aunque se quejó, comenzó a reírse.

-Esa chica YiFei es linda – comentó Yibo.

Zhan pensó un poco el comentario – Sí, lo es y además agradable, no como tu amiga Lin, ella sí que era una pesada.

-Ni me la recuerdes, ahora tengo que huir de ella – se quejó Yibo.

-Bueno, señor Wang, creo que es hora de regresar.

-No podemos regresar juntos. Tu ve primero y yo después – Yibo se acercó a Zhan para abrirle la puerta.

-No, ve tu primero, si tardas más tiempo creerán que enfermaste del estómago. - le dijo Zhan burlándose.

-O que encontré a alguien interesante en el baño – le respondió guiñándole un ojo.

-¿Lo has hecho en el baño, Wang?- preguntó Zhan levantando una ceja después de que entendió las palabras del menor.

-¿Tu no?- preguntó sorprendido el menor. Sin percatarse ambos se encontraban hablando de frente muy cerca.

-¡Claro que no! He salido con damas, no las orillaría a hacerlo en un baño público. – se indignó Zhan.

-Eres un viejo aburrido. -dijo Yibo con el entrecejo arrugado - Es divertido hacerlo en un baño, ya sabes, la emoción de que te descubran. A veces simplemente estás tan caliente que no puedes aguantar las ganas de tomar a la persona que tienes enfrente. Lo miraba directamente a los ojos dándole peso a sus palabras, aunque Zhan trató de ignorarlo.

-Eres un pervertido, Bo – Zhan golpeó a Yibo en el brazo, pero se hundió en los ojos del menor. Sin querer su mirada se desvió a uno de los cubículos.

Eso fue todo, Yibo lo tomó por la cintura acercándolo aún más – Te lo demostraré – le dijo antes de comenzar a besarlo, rudo, profundo; su lengua se deslizó dentro de la boca de Zhan y poco a poco lo arrastró al cubículo vacío.

Zhan dejó de pensar, simplemente se dejó llevar por la emoción que comenzaba a sentir dejándose invadir por el menor, dejándolo tomar el control. Yibo deslizó sus manos por debajo de su camisa y su toque se sentía tan bien que él hizo lo mismo. El menor lo acorraló contra un muro, cuando no pudieron aguantar más, Yibo deslizó su boca por el cuello de Zhan dejando un rastro de besos húmedos y un ligero chupetón arrancando un delicioso gemido de la garganta del pelinegro quien cerró los ojos concentrándose en sentir todo lo que el menor le hacía a su cuerpo. Sus manos eran un poco ásperas contra su piel, pero eso hacía su toque aún más candente, sintiéndose presionado con fuerza tratando de hacer lo mismo, aunque debido al intenso toque no podía controlar muy bien sus movimientos ya que la experiencia estaba siento muy abrumadora.

Sus respiraciones estaban agitadas, ambos eran conscientes de la excitación dentro de sus pantalones y comenzaron a restregarlas entre sí para generar más de la deliciosa fricción que los volvía locos. Zhan miró hacía abajo observando sus caderas tan unidas como si la imagen lo hipnotizara, relamió sus labios mientras deslizaba sus manos sobre el torso de Yibo sintiendo sus firmes músculos sobre la tela. Había visto a Bo varias veces sin camisa y aunque anteriormente había sentido un poco de envidia porque tenía un cuerpo bien ejercitado mientras que él era más bien flacucho, ahora al sentirlo bajo sus palmas se sentía de forma muy diferente. Le gustaba mucho el tacto contra sus palmas, ambos comenzaron a mover sus caderas tratando de alcanzar el punto máximo. Yibo volvió a adueñarse de los labios de Zhan sintiéndose enloquecer por el toque del pelinegro sobre de él tomándolo más firme de la cintura para pegarlo aún más delineando la silueta del pelinegro. Su piel era tan suave que sólo quería apretarla y estrujarla, incluso se imaginó mordiéndola y eso lo calentó aún más. Dentro del húmedo y pasional beso llegaron al clímax descargándose dentro de sus ropas.

-Creo que me he perdido de mucho al no haberlo hecho antes en el baño – logró decir Zhan cuando recuperó un poco el aliento.

-Me alegra haberte abierto los ojos – le respondió Yibo dejando un ligero beso en su mejilla.

La cordura estaba regresando al mayor poco a poco -Ah..., Bo... esto es...

-No es nada – respondió Yibo, suspiró acomodando sus ropas – Sólo te estaba mostrando que no es tan sucio hacerlo en los sanitarios... para futura referencia – le sonrió para quitar la tensión que se estaba formando entre los dos.

-Bien, de acuerdo. Tienes razón, no es nada – Zhan también comenzó a acomodarse sus ropas.

-Bien, te veo afuera, cariño – dijo Yibo guiñándole un ojo con tono ligero como si no hubiera pasado nada dentro del sanitario. A Zhan le sorprendía la facilidad con que Yibo procesaba todo aquello y le gustaba porque así no lo hacía sentir incómodo.

-Si, voy en un minuto, amor – contestó Zhan. Sin pensar en sus actos, ambos se despidieron con un corto beso en los labios. Al momento se sorprendieron de hacerlo como si fuera algo muy normal, pero lo dejaron pasar como últimamente estaban dejando pasar muchas cosas.

Zhan se miró al espejo, sus mejillas estaban rojas y sus ojos brillosos, sin contar lo rojo de sus labios. Sonrió al recordar lo que habían hecho y sólo movió su cabeza para tratar de concentrarse. Se lavó el rostro y ocultó la oscura mancha con su saco.

Al regresar a la mesa, siguieron con la velada normalmente, se despidieron fuera del restaurante y esperaron a quedarse solos para poder ir a casa.

-¿Trajiste la moto? – preguntó Zhan caminando a su auto.

-No, tomé un taxi por si la noche se ponía interesante – respondió Yibo.

-Perdón por no darte una noche interesante – respondió Zhan fingiendo estar dolido por el comentario.

-Mm, estuvo interesante, sólo diferente a lo que pensaba – respondió con honestidad.

-¿Diferente mal? – preguntó Zhan cuando estaban a medio camino de su departamento.

-Diferente muy, muy bien – dijo sonriendo a Zhan el cual le respondió de la misma manera.

Era Una BromaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz