[Terminada] [En edición]
Axel Derry no hubiera creído que un incidente en la biblioteca con el "chico nuevo" iba a iniciar una etapa en su vida que lo iba a marcar para siempre.
Pero había algo en Jayden que lo hacía tan interesante y tan...¿Lindo?
...
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Jayden
Mis ojos estaban cansados. Siento que ya no podía más.
Esta clase me estaba aburriendo.
-¿Tiene algo que aportar a la clase, joven Rizzo? -dirigí mi mirada a la profesora.
-Amm no.
-Siento que no ha prestado atención a mi clase -pero profesora ¿Qué come que adivina?
-No es eso señorita, solo que no he tenido tiempo de descansar.
-Ya veo -cruzó sus brazos, entonces el timbre sonó- bien, salgan.
Esta era la parte divertida de terminar una clase. El poder ver como todos corren como si estuvieran liberándose de la prisión.
-¡Jayden! -gritó Thamara.
-Hola -dije.
-¿Tienes noticias de Axel? -preguntó Johan.
-He estado visitándolo estos días y está mejorando poco a poco.
-Si, no hemos podido ir a verlo por las clases, pero hoy vamos a su casa a darle una sorpresa. ¿No quieres venir?
-No creo que para Jayden no sea algo poco común. ¿Vas seguido a la casa de Axel no? -dijo Sebastián mientras empujaba mi hombro en son de molestarme.
-Solo cuido de mi amigo.
-Ajá.
Una persona conocida se acercó a nosotros. Era él. Era Thomás. Venía con una cajita en sus manos, parece que era algún objeto o algo por el estilo.
-Hola chicos -saludó.
-Thomi -lo abrazó Charlie.
-¿Qué te trae por aquí? -Thamara lo miraba.
-Los escuché hablando en el salón, dijeron que irían a ver a Axel a su casa. Quisiera que le entreguen esto, son algunas cosas que le hice -sonrió- díganle se no he podido ir a verlo porque mi mamá enfermó y debo cuidarla, pero apenas se recupere iré a verlo.
-Oh, que tierno -Charlie hizo un puchero- ya quisiera tener alguien que haga esto por mí.
Thomás río.
-Entonces ¿Se lo darán? -los chicos asintieron- gracias... bueno creo que eso sería todo, es mejor que me vaya.
-Cuídate Thomás -se despidieron.
-¡Que chico para más lindo! -sonrió Sebastián.
-Ha mí no me parece que le ande regalando cosas a mi osito -bufó Johan.
-Cállate Johan.
Yo sólo miraba a Thomás desde lejos. ¿Qué traía la caja? ¿Debía importarme? ¡Dios! Odio admitir esto, pero creo que sí estoy celoso.
